Miles de personas han sido detenidas este lunes en Rusia, la mayor parte en Moscú y San Petersburgo, en un esfuerzo de las autoridades por reprimir las marchas contra la corrupción gubernamental convocadas por el líder opositor Alexéi Navalni.
A falta de cifras oficiales, el portal informativo OVD Info señaló que en Moscú fueron detenidas 750 personas y en San Petersburgo 900.
Navalni, que aspira a concurrir a las elecciones presidenciales en 2018 y ya había sido arrestado en marzo por manifestarse contra el Kremlin, había convocado protestas en más de 200 ciudades de todo el país contra la corrupción en las altas esferas del poder.
En Moscú, el opositor había conseguido la autorización del Ayuntamiento para celebrar una marcha de protesta y mitin en la avenida Sájarov, en el nordeste de la ciudad, pero anoche, a menos de 24 horas, cambió el lugar y pidió a sus partidarios que acudieran a la calle Tverskaya, en el mismo corazón de Moscú.
Las autoridades lo consideraron una provocación, y la fiscalía advirtió de que la gente podía acudir a "pasear" por esa zona junto a las miles de personas que celebraban el Día de Rusia, pero "sin sacar pancartas ni gritar eslóganes".
El líder opositor no pudo no llegar hasta el lugar de la protesta ya que fue detenido en el mismo portal de su casa, según informó su esposa en Twitter. "Saludos. Soy Yulia Navalnaya. Felicidades a todos por la fiesta (Día de Rusia). Alexéi ha sido detenido en la puerta de casa. Me ha pedido que os transmita que los planes no cambian: Tverskaya", escribió.
Pero varios miles de personas, en su mayoría jóvenes y hasta adolescentes, acudieron a la llamada de Navalni y se sumaron a la protesta, donde enseguida comenzaron a corear eslóganes contra el presidente ruso, Vladímir Putin.
"Rusia sin Putin", "Putin ladrón" fueron algunos de los lemas coreados por los asistentes, mientras se mostraban pancartas con eslóganes como "La corrupción nos está robando el futuro".
Cientos de policías y antidisturbios intervinieron para reprimir la manifestación no autorizada y comenzaron a practicar detenciones, en muchos casos empleando la fuerza y de manera indiscriminada.
Entre los detenidos, varios de los correligionarios de Navalni, numerosos jóvenes e incluso un periodista de la Agencia Efe en Moscú que cubría la manifestación. Ignacio Ortega fue llevado a un furgón policial con decenas de personas y de ahí a una comisaría, donde tras ser identificado quedó en libertad.
Vladímir Chernikov, jefe del departamento de policía de Moscú, que había advertido contra cualquier intento de alterar el orden y la ley, aseguró tras las masivas detenciones que "lo más importante es que la situación está bajo control".
Afirmó que "ha sido cien por cien una provocación" y que los manifestantes pro Navalni apenas fueron unos 5.000, frente a los cientos de miles de moscovitas que participaron, en esa misma calle, en el festival popular organizado por el Día de Rusia.
Mientras, en San Petersburgo, en el Campo de Marte, cerca de mil personas fueron detenidas por participar también en una protesta no autorizada bajo el lema "Queremos respuestas".
En otras ciudades rusas tuvieron lugar manifestaciones convocadas por Navalni que terminaron sin incidentes, aunque en algunos casos con detenidos.
La jornada de este lunes quería repetir las masivas protestas del pasado 26 de marzo, cuando tuvieron lugar las mayores manifestaciones desde el retorno de Putin al Kremlin en 2012 y que pusieron el punto de mira en el primer ministro, Dmitri Medvédev, al que el opositor acusa de enriquecerse con el cargo.
Con sus acciones Navalni pretende "apoyar la demanda de investigar los casos de corrupción de altos cargos en Rusia (...) y crear una atmósfera de tolerancia cero hacia la corrupción en cualquiera de sus formas".
En Moscú la protesta, que no fue autorizada por el Ayuntamiento, se saldó con Navalni y varios centenares de manifestantes detenidos, entre ellos muchos estudiantes de secundaria y universitarios.
Según sus asesores, el opositor tiene intención de proseguir su campaña con vistas a las elecciones presidenciales de 2018, pese a que ha sido privado del derecho a presentar su candidatura tras ser condenado por estafa.
Los analistas consideran que Navalni es el único candidato que podría hacer algo de sombra al presidente ruso, Vladímir Putin, que previsiblemente buscará la reelección.