Grecia vuelve a salvarse en el último minuto de una crisis de verano como la de 2015, que estuvo a punto de provocar su quiebra y su salida del euro. La junta directiva del fondo de rescate de la UE (MEDE), en la que están representados todos los países de la eurozona, ha aprobado este viernes tras múltiples retrasos un tramo de 8.500 millones del rescate que permitirá a Atenas atender los importantes vencimientos de deuda que tiene durante el mes de julio.
España ha levantado su veto después de que las autoridades griegas retiraran los cargos contra un funcionario español de la troika -y otros dos colegas italiano y eslovaco- acusados de provocar pérdidas multimillonarias por mala fe en un informe sobre privatizaciones. El ministro de Economía, Luis de Guindos, había amenazado con paralizar de nuevo el rescate griego si no se resolvía su situación.
"La decisión de la junta directiva del MEDE muestra que Grecia ha completado las reformas exigidas en esta etapa. El Gobierno y los ciudadanos griegos merecen reconocimiento por haber recorrido un largo camino para volver a la sostenibilidad fiscal y al crecimiento económico. El Gobierno debe continuar por esta vía para reconstruir una economía competitiva y recuperar la confianza de los inversores", ha dicho el director del fondo de rescate, el alemán Klaus Regling.
Los 8.500 millones de euros corresponden al tercer tramo del tercer rescate para Grecia de 86.000 millones de euros, que se acordó en julio de 2015. Esta cantidad se desembolsará en dos partes. El próximo lunes, Atenas recibirá 7.700 millones, de los que 6.900 irán a vencimientos de deuda y 800 millones al pago de facturas atrasadas. Los 800 euros restantes se abonarán el 1 de septiembre, siempre que las autoridades griegas hayan hecho progresos suficientes para reducir su nivel de morosidad.
El alivio de la deuda, pendiente
En los próximos días está previsto que el Fondo Monetario Internacional (FMI) apruebe sumarse al tercer rescate griego. Pero el FMI no realizará ningún desembolso hasta que el Eurogrupo llegue a un acuerdo sobre la deuda griega. La cuestión de la deuda sigue siendo el gran problema pendiente para resolver de forma definitiva la crisis helena.
El alivio de la deuda griega es un tema tabú en Berlín, al menos hasta después de las elecciones de septiembre. Con el veto de Alemania, el Eurogrupo ha vuelto a aplazar cualquier decisión hasta que concluya el rescate de Grecia, a mediados de 2018. Este retraso ha hecho que el Banco Central Europeo no incluya a Atenas en su programa de compra de bonos públicos, ya que no tiene garantías de que su deuda sostenible.
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