Angela Merkel lleva un porro en la mano y viste con gorro rastafari. Está rodeada por los líderes de los partidos con los que le toca gobernar. Las rastas es el peinado que todos han adoptado sin excepción. Cem Özdemir, el líder de Los Verdes, se esfuerza en mantener los ojos abiertos. Tiene cara de fumado, al igual que la lideresa conservadora. Ésta pasa un porro en forma de ele a un ansioso Christian Lindner, el jefe de los liberales del FDP. Detrás de ellos aparece con rastas canas Horst Seehofer, presidente de la Unión Social Cristiana (CSU) de Baviera, partido al que está hermanado la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de Merkel.
La imagen podría pertenecer a una revista satírica. Pero no, era la portada del último número de septiembre del semanario de actualidad Frankfurter Allgemeine Woche, revista del influyente diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung. La escena constituye una clara prueba de que la política alemana se mueve estos días al ritmo de estereotipos jamaicanos.
Esto se debe a que las últimas elecciones generales alemanas dejaron a Merkel una única e inédita vía para seguir siendo canciller. A saber, liderar una mayoría parlamentaria en la que quepan los conservadores de su partido, los de Baviera, los liberales y Los Verdes. A esa unión se le llama 'Coalición Jamaica'. En Alemania, a la CDU y la CSU se les asocia con el color negro, a los liberales con el amarillo y a los ecologistas con el verde. Son los colores de la bandera de Jamaica. Este miércoles comienzan las negociaciones que deben dar lugar al acuerdo que determine el reparto de competencias y prioridades del próximo Gobierno.
Tres años duró en El Sarre (suroeste) un inestable Gobierno regional en manos de una 'Coalición Jamaica'. En otro Ejecutivo regional formado por conservadores, liberales y ecologistas, estos tres partidos comparten aún con aparente éxito las riendas del norteño Land de Schleswig-Holstein tras las elecciones celebradas allí en mayo. “Las comparaciones entre gobiernos regionales y el gobierno federal no funcionan en la política alemana. No es porque una 'Coalición Jamaica' funciona en un Land que esa coalición tiene éxito luego a nivel federal”, dice a EL ESPAÑOL Nils Diederich, politólogo de la Universidad Libre de Berlín.
A nivel federal, un Gobierno con representantes de cristianodemócratas, liberales y ecologistas es algo que durante muchos años ha parecido improbable. Hoy, sin embargo, es la única salida que le queda a Merkel. El Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) ha dicho por boca de su líder, Martin Schulz, que va a estar en la oposición en la próxima legislatura. Los otros partidos presentes en el Bundestag, la formación izquierdista Die Linke y la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) nunca optaron a las tareas de Gobierno.
La otrora “improbable” 'Coalición Jamaica' puede ahora deparar grandes sorpresas. Por ejemplo, la legalización del cannabis. Ésto es algo en lo que parecía que pensaban tras las elecciones de septiembre los responsables de la Frankfurter Allgemeine Woche. “Fue idea suya que se presentara así a la canciller”, dice a EL ESPAÑOL sobre la imagen de la Merkel porrera el artista gráfico Mart Klein, uno de los ilustradores de la revista. “La legalización de la marihuana ha sido un tema de debate recurrente en Alemania”, añade Klein.
Una “zona gris” para el cannabis en suelo alemán
Ahora, sin embargo, el cannabis podría dejar la “zona gris” en la que se encuentra a efectos legales. Así define el estatus de esa sustancia en Alemania Torsten Dietrich. Él es el fundador del primer Club Social de Cannabis de Berlín, una asociación que lucha por la legación de la marihuana.
“Para determinados enfermos, en condiciones muy concretas, se puede adquirir cannabis en algunas farmacias pero a un precio muy elevado, algo impagable a 23,5 euros el gramo, muchos de nuestros miembros están obligados a ir al mercado ilegal, que es el modo más fácil de comprar marihuana”, según describe la situación a EL ESPAÑOL este hombre de 44 años. “En toda Alemania sólo hay un caso de un enfermo al que se le dejó plantar marihuana en su casa por motivos médicos”, añade.
El pasado mes de marzo entró en vigor la nueva ley que autoriza el consumo de marihuana con fines terapéuticos para casos de enfermedades graves. A Dietrich la medida no le resulta suficiente. Le encantaría ver una legalización total del cannabis, pero se muestra escéptico al leer titulares como el del periódico Süddeutsche Zeitung, donde se informaba hace unos días de que “La Coalición Jamaica' podría legalizar el cannabis”.
El diario muniqués subrayaba en su información, dedicada a la posición en materia de salud de los diferentes partidos llamados a gobernar, que un cúmulo de circunstancias permite pensar en una posible legalización total del cannabis en Alemania. Los Verdes, que han estado tradicionalmente en contra de la prohibición, y los liberales, que consideran la legalización una forma de permitir a la policía el concentrarse otros asuntos más acuciantes, verían con buenos ojos la legalización. Los conservadores de la CDU y la CSU, sin embargo, siempre se han opuesto.
La marihuana como factor de negociación
Pero esta cuestión podría convertirse en un elemento de negociación para Merkel. A cambio de la legalización del cannabis, la lideresa germana podría obtener importantes concesiones de liberales y ecologistas. “En unas negociaciones, por complicadas que sean, las partes tienen que ver dónde están los puntos sobre los que se pueden alcanzar compromisos. Y en cuestiones como la legalización del cannabis o la protección del medio ambiente, con Los Verdes se pueden alcanzar acuerdos”, explica Diederich.
Tras el abandono de la energía nuclear anunciado en 2011, la aprobación del matrimonio gay, la instauración del salario mínimo y la apertura de las fronteras a los refugiados por motivos humanitarios de la pasada legislatura, Merkel podría añadir la legalización del cannabis a los hitos que han jalonado hasta ahora su era en el poder. No se ha ganado un sitio en la historia como la figura más conservadora entre los cancilleres de la CDU.
La legalización del cannabis es, en cualquier caso, de los escasos temas en los que no hay opiniones aparentemente irreconciliables entre todos los partidos 'jamaicanos-alemanes'. Sobre los impuestos, los ecologistas quieren subirlos a los que más ganan, mientras que conservadores y liberales hablan de reducir la presión fiscal. En la política presupuestaria, la CDU/CSU desea mantener las cuentas del Estado en negro, algo que choca con las intenciones ecologistas, mientras que en el FDP se habla de frenar deudas y subvenciones en organismos públicos.
La inmigración, un tema crítico
“Pero el punto crítico es la inmigración”, sostiene Diederich. En este sentido, CDU y CSU ya han dejado claro qué línea quieren seguir. A principios de mes, ambos partidos se ponían de acuerdo en la idea de limitar la entrada de refugiados a 200.000 personas al año, un número que sólo se podría superar añadiendo casos excepcionales. Éste es otro tema que puede resultar espinoso, pues en el FDP, más restrictivos en la materia, formulan críticas. Hacen lo propio Los Verdes, donde se muestran más abiertos a la inmigración.
“Merkel va a tener que mediar entre los diferentes partidos y no llega como gran vencedora”, plantea Diederich. La CDU consiguió en las elecciones generales un 32,9% de los votos. Fue la formación más votada, pero su resultado fue mucho peor que el de hace cuatro años (41,5%) y uno de los peores de su historia. El pasado fin de semana, la CDU cayó derrotada en las elecciones regionales de Baja Sajonia, en las que se impuso el SPD. Esta circunstancia no favorece a los cristianodemócratas antes de las negociaciones.
Éstas, según Diederich, serán largas. “Me sorprendería mucho que se alcanzaran acuerdos rápidamente”, concluye este politólogo.