Angela Merkel dice tener la intención de “construir un Gobierno estable”. Es su responsabilidad dado que la Unión Cristiano Demócrata (CDU) fue el partido más votado en las elecciones generales del domingo. Sin embargo, la legislatura que tienen ante sí Merkel y los suyos será la más complicada a la que se han enfrentado desde que ella llegó a la Cancillería Federal.
Aunque Merkel ha propuesto negociar a los socialdemócratas, éstos han decido ser la principal fuerza de la oposición. Las opciones de Merkel quedan reducidas a alcanzar acuerdos con los liberales del FDP y los ecologistas de Los Verdes. “Merkel no tiene otra elección”, indicaba el lunes en su primera página el diario berlinés Berliner Morgenpost.
La era Merkel de la política alemana puede darse por terminada y esto tendrá repercusiones en Europa. Asistimos “al final del régimen que había instaurado Merkel en la política Alemana”, dice a El ESPAÑOL Nils Diederich, profesor en la Universidad Libre de Berlín. Este politólogo hace referencia así a que Merkel y su CDU se habían acostumbrado a dominar en el poder.
Daba igual que fuera en Grandes Coaliciones con los socialdemócratas, con los que gobernó la canciller los últimos cuatro años y entre 2005 y 2009, o con los liberales, compañeros en el Ejecutivo de los cristianodemócratas entre 2009 y 2013.
No obstante, la CDU consiguió en las elecciones del domingo un 33% de los votos, su peor resultado desde 1949. “La CDU ha perdido más de dos millones de votos en estas elecciones y esto debilita a Merkel”, apunta Diederich. Con esos números no va a ser fácil para la canciller manejarse en el poder. Debilitada, Angela Merkel iniciará próximamente el diálogo con ecologistas y liberales con la idea de formar una coalición gubernamental nunca vista.
A esa unión se la llama “Coalición Jamaica”, porque a la CDU y a su hermanada Unión Social Cristiana (CSU) de Baviera se les identifica políticamente en Alemania con el color negro, a los liberales con el amarillo, mientras que Los Verdes llevan el tono en el nombre.
Los programas de cristianodemócratas, liberales y ecologistas no son insolubles. A nivel local y regional, las alianzas 'jamaicanas' han funcionado y todavía funcionan. Por ejemplo, en la norteña región de Schleswig-Holstein gobierna el conservador Daniel Günther con apoyo del FDP y de Los Verdes. Pero llevar una coalición así a nivel federal constituye un desafío inédito.
“Merkel será dependiente de dos partidos que serán molestos, porque tendrá que hacer concesiones”, comenta Diedrich.
Influencia de la ultraderecha
Consecuencia de las duras negociaciones que están por llegar es que Merkel vaya a cambiar su perfil en Europa. En esto también influye que el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) haya entrado en el Bundestag como tercera fuerza política en virtud del 12,6% cosechado el domingo.
Además de islamófobo y xenófobo, el programa de AfD es claramente nacionalista y antieuropeo. Este partido plantea que Alemania siga siendo un “estado soberano” que diga “'no' a los 'Estados Unidos de Europa'”. “El próximo Gobierno alemán va a tener que tener en cuenta que existe un mayor euroescepticismo en el país”, dice a EL ESPAÑOL Ulrike Esther Franke, experta en cuestiones europeas de la oficina berlinesa del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, un think tank paneuropeo.
Liberalismo cauto en Europa
A falta de poder negociar seriamente con el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), la canciller ha de acostumbrarse al tono eurocrítico de los liberales. “Los liberales se han presentado en esta campaña como el partido más pro-europeo de Alemania, pero lo que les interesa es trabajar con países que estén bien económicamente”, dice Esther Franke. “Los liberales no van a querer hacer gran cosa en Europa hasta que Francia no haya mejorado”, agrega.
Habiendo obtenido un 10,7% de los votos en las elecciones, los liberales que lidera Christian Lindner vuelven a ser relevantes en la política alemana. Lindner ha dicho que la pasada legislatura será “la última en la historia” de su partido fuera del Bundestag. En 2013, el FDP se quedó sin representación parlamentaria al no superar la barrera 5%. En esta campaña, el FDP se ha renovado, adoptando un discurso que gusta entre conservadores. “Los liberales salen fortalecidos de las elecciones por el deseo de los votantes de un Gobierno más conservador”, según Diederich.
Los liberales no van a querer hacer gran cosa en Europa hasta que Francia no haya mejorado
En lo que toca a Europa, el elemento liberal en la Coalición Jamaica se percibe como un freno para el necesario relanzamiento de la Unión Europea, un objetivo que comparten Angela Merkel y el presidente francés Emmanuel Macron. “En Europa, la posición de Merkel también se va a debilitar, las ideas de Macron no van a tener fácil aceptación ahora en Alemania”, sostiene Diederich.
No convencen a Lindner y los suyos ideas europeas como las del jefe de Estado galo sobre la creación de un ministro de Finanzas de la UE o un presupuesto par a la zona euro. Esas iniciativas, en principio, ya tienen el aval de la canciller.
Hasta ahora, Merkel siempre pudo torcer el brazo de aquellos que planteaban resistencias al sistema de salvamento económico en Europa, incluidos los de su propio partido. Pero los liberales suman al campo conservador, entre otras cosas, más voces que no consideran un tabú una salida de Grecia del euro.
“Merkel siempre pudo superar en el debate a Wolfgang Schäuble [ministro de Finanzas alemán, nldr.], pero si ahora se suman los liberales, eso ya no va a pasar”, apunta Diederich. Eshter Franke matiza esta observación al señalar que “la política europea es sólo un factor en las negociaciones que tendrán lugar para formar Gobierno”. “Puede que los liberales cedan ante Merkel en lo que toca Europa a cambio de bajar los impuestos como quiere el FDP”, abunda.
Europeísmo verde
No hay que perder de vista la influencia de Los Verdes en la ecuación política jamaicana que ha de permitir a la canciller mantenerse en el poder. Pero con Los Verdes, que al igual que FDP se han dicho favorables a asumir “responsabilidades” en el próximo gabinete de Merkel, Europa no es un problema.
“Los ecologistas son partidarios de mantener el consenso sobre política europea que ha reinado en Alemania hasta ahora”, subraya a EL ESPAÑOL Olaf Boehnke, asesor de la consultora internacional Rasmussen Global. El partido ecologista mantiene posiciones muy cercanas a las de los grandes partidos en las cuestiones centrales de la UE. Desean más Europa, más cooperación, mayor acción internacional europea e implicar aún más a Alemania al proyecto continental.
Antes y después de las elecciones, a los líderes de Los Verdes se les oye hablar, sobre todo, “del clima, la agricultura y el tráfico”. “Esos son nuestros temas”, recordaba en la noche electoral del domingo Katrin Göring-Eckardt, quien liderara junto a Çem Özdemir la campaña de la formación ecologista. Los Verdes, que el domingo se hicieron con un 8,9% de los Votos, constituyen la fuerza política más pequeña del Bundestag. Fue superada por la formación izquierdista Die Linke (9,2%).
Los Verdes no alterarán, si lo quisieran, las tradicionales posiciones europeas de la canciller. Lo que no podrá ignorar Merkel es que casi uno de cada cuatro electores votó el domingo al FDP o a AFD, partidos que sí traducen la demanda de otra política alemana para Europa.
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