Varadkar sacrifica a su 'número dos' para evitar elecciones en Irlanda
La viceprimera ministra irlandesa ha sido cuestionada por su gestión de un escándalo por un chivatazo policial. Con su dimisión se evita la caída del Gobierno de Dublín.
28 noviembre, 2017 15:38La viceprimera ministra irlandesa, Frances Fitzgerald, cedió a las presiones de la oposición al dimitir este martes por su gestión en un caso de corrupción policial, lo que evita la caída del Ejecutivo y la convocatoria de comicios anticipados en diciembre. La nueva cita en las urnas, después de la de febrero de 2016, hubiese llegado en un momento crítico para el primer ministro, el democristiano Leo Varadkar, inmerso en las negociaciones sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), en las que se decide, entre otros asuntos, el futuro de la frontera norirlandesa tras este divorcio.
El taoiseach (primer ministro) comunicó al líder del centrista Fianna Fáil (FF), Micheál Martin, que ha aceptado la salida de su "número dos" y desactivó así su peor crisis política desde que tomó las riendas del partido Fine Gael (FG) y del Gobierno el pasado junio, en sustitución de Enda Kenny.
Ninguno de los dos dirigentes quería unas nuevas elecciones, pero la moción de censura presentada por el FF implicaba la retirada del apoyo del principal partido de la oposición al Ejecutivo, que gobierna en minoría desde 2016 con un grupo de diputados independientes.
Ambos partidos firmaron entonces un acuerdo de "confianza y facilitación", por el que el FF se comprometió a no presentar mociones de censura contra los ministros y a apoyar a Varadkar en, al menos, tres presupuestos generales y en votaciones clave para el interés nacional. Ese pacto, no obstante, ha estado a punto de saltar por los aires tras conocerse detalles de la gestión de Fitzgerald en un caso de corrupción en la Policía nacional (Garda), mientras fue titular de Justicia e Interior entre 2014 y 2016.
A pesar de la pruebas presentadas, la ex viceprimera ministra, de 67 años, ha negado repetidamente que tuviera conocimiento de la estrategia legal seguida por el Ministerio de Justicia e Interior y por la cúpula de la Garda para supuestamente desprestigiar a un agente que destapó en 2015 un caso de corrupción en el cuerpo.
Tras varios días de intensos contactos entre Varadkar y Martin, el taoiseach, que hasta ayer mismo expresaba su apoyo hacia Fitzgerald, ha terminado por aceptar la dimisión, después de perder también la confianza de los independientes y de un sector de su partido, sin apetito para regresar a las urnas antes de las Navidades.
Abandona "por el bien del país"
Según la cadena pública RTE, la dimisionaria explicó al consejo de ministros que abandona el cargo "por el bien del país" y para evitar unas nuevas elecciones generales, que se hubiesen celebrado días después de la cumbre comunitaria en la que se decidirá si se pasa a la segunda ronda de conversaciones sobre el "brexit".
En esta primera fase de negociación, Londres y los Veintisiete abordan cuestiones relacionadas con los derechos de los ciudadanos, la factura de salida que debe pagar el Reino Unido y la frontera norirlandesa, clave para las economías de las dos jurisdicciones de la isla de Irlanda y su proceso de paz.
En las últimas semanas, Varadkar ha endurecido su posición sobre el tema de la frontera al pedir al Reino Unido más "claridad" para encontrar una solución, pero sus demandas hubiesen tenido menos fuerza si hubiese acudido a la cumbre como un "taoiseach" saliente.
Asimismo, Fitzgerald comunicó hoy a sus excompañeros que no ha sido forzada a tomar esta decisión y que "nadie" le ha pedido que lo haga, al tiempo que recordó que será el tribunal especial establecido para investigar el caso de corrupción policial el que depurará su responsabilidad al respecto El FF ha confirmado que retirará la moción de censura que tenía previsto debatir y votar esta noche la Cámara baja del Parlamento de Dublín (Dáil).
Sigue en pie, sin embargo, otra propuesta presentada contra Fitzgerald por este mismo caso por el nacionalista Sinn Féin, tercera fuerza nacional, que, aunque no prosperará, ha servido para aumentar la presión y avivar esta crisis.