Bruselas

"Es un momento histórico. Primero para Grecia, porque se acaban ocho años de esfuerzos y sacrificios y se abre un nuevo capítulo. Pero también para la eurozona, porque la conclusión del programa griego pone punto final a una crisis existencial para nuestra moneda única, a la cual ha sobrevivido", ha proclamado el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, tras una jornada maratoniana de negociaciones en el Eurogrupo que ha concluido de madrugada.

Los ministros de Finanzas de la eurozona han alcanzado finalmente un difícil acuerdo para poner fin a ocho años de rescates a Grecia, durante los que ha recibido una cifra récord de 273.700 millones de euros de la UE y del Fondo Monetario Internacional (FMI). El pacto incluye un último tramo de ayuda de 15.000 millones de euros, una extensión de otros 10 años en el plazo de devolución de los préstamos para aliviar la carga de la deuda y una vigilancia reforzada para que el Gobierno de Alexis Tsipras no dé marcha atrás en las reformas. Atenas sale oficialmente de los rescates el 20 de agosto.

Un tramo final de ayuda de 15.000 millones de euros

El Eurogrupo pone fin a ocho años de rescates en Grecia

El Eurogrupo ha certificado en primer lugar que Tsipras ha cumplido las 88 medidas que debía poner en marcha para recibir este último tramo del rescate, fundamentalmente reformas en el sector energético, privatizaciones y aplicación de ajustes ya aprobados previamente. En total, el Gobierno de Syriza ha tenido que aplicar 450 medidas exigidas por la troika desde que se aprobó el tercer rescate en julio de 2015. Grecia ha estado en la agenda de casi todos los Eurogrupos desde que estalló la crisis en 2010.

A cambio, los ministros han aprobado un desembolso inusualmente grande de 15.000 millones de euros. El objetivo es que Grecia cuente con un confortable colchón de liquidez de 24.100 millones de euros (sumando las reservas con las que ya cuentan las autoridades helenas) que cubre sus necesidades financieras durante 24 meses. "Esto representa una importante red de seguridad frente a cualquier riesgo", ha dicho el presidente del Eurogrupo, el portugés Mário Centeno.

Una prórroga de 10 años en el plazo de devolución de los créditos

Esta ha sido el acuerdo más difícil por la resistencia férrea de Alemania hasta el último minuto. Pero finalmente, el Eurogrupo ha aprobado una serie de medidas para aliviar la carga de la deuda de Grecia, que alcanza ya el 178,6% del PIB. La más importante es alargar otros 10 años el plazo de devolución y la moratoria de los pagos de los alrededor de 100.000 millones de euros del segundo rescate. Atenas tendrá que hacer los primeros reembolsos en 2033, en lugar de en 2023 como estaba inicialmente previsto. Eso sí, no habrá ninguna quita sobre la deuda griega.

Además, se transferirán a Grecia los beneficios que ha obtenido el BCE de la compra de bonos helenos. Alrededor de 4.000 millones de euros que se pagarán en cuatro tramos de 1.000 euros cada uno entre 2019 y 2020. El desembolso se condicionará a que el Gobierno griego mantenga el impulso reformista. La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, presente en la reunión, se ha felicitado por estas medidas pero ha dicho que mantiene "reservas" sobre la sostenibilidad de la deuda griega. Por ello, el FMI ha decidido no participar en el tercer rescate, aunque seguirá aportando asistencia técnica. El Eurogrupo se compromete a volver a examinar la deuda en 2032 por si se necesitaran más medidas.

Un sistema de vigilancia reforzada

Pese a que los rescates de Grecia se acaban, el Gobierno de Atenas seguirá teniendo limitada su autonomía en política económica. El Eurogrupo teme que las autoridades griegas tengan la tentación de revertir los ajustes tras una subasta de promesas en campaña electoral o durante una burbuja de crecimiento. Y por eso se ha diseñado un sistema de vigilancia reforzada, mucho más estricto del que se aplica a los otros países rescatados (Irlanda, Portugal, Chipre y España para su sector bancario).

Los hombres de negro de la Comisión, el Banco Central Europeo, el FMI y el fondo de rescate (MEDE) realizarán visitas e informes trimestrales y podrán pedir a las autoridades griegas que tomen medidas si se detectan desvíos. Grecia debe mantener un superávit primario del 3,5% del PIB hasta 2022 y después del 2,2% entre 2023 y 2060. Ningún país ha sostenido nunca superávits tan grandes durante tanto tiempo.

Aún así, Moscovici ha querido insistir en que "no se trata de un programa disfrazado y no habrá una vigilancia intrusiva, sino precisa, respetuosa y benevolente porque lo que queremos es emprender juntos la vía del éxito".

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