Bruselas

Se acaba una era de estímulos económicos sin precedentes en la eurozona para combatir la Gran Recesión. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha decretado este jueves el punto y final oficial del programa de compra de deuda pública  que puso en marcha en 2015. Un programa con el que ha adquirido bonos de los Estados miembros por valor de 2.600 millones de euros, de los cuales 260.000 millones corresponden a España. La última compra, por valor de 15.000 millones, concluirá este mes de diciembre

La adquisición de deuda por parte del BCE termina justo en un momento en el que vuelven a acumularse nubarrones en el horizonte. La economía de la eurozona ha empezado a debilitarse y está acechada por riesgos como el brexit, el desafío presupuestario de Italia, los problemas en Francia, la crisis de los emergentes, la volatilidad en los mercados financieros o las políticas proteccionistas de la Casa Blanca de Donald Trump. De hecho, el propio Draghi ha rebajado sus previsiones: la eurozona crecerá un 1,9% en 2018, un 1,7% en 2019 y 2020 y un 1,5% en 2021.

"Todavía se necesita un significativo estímulo de política monetaria? El principal mensaje que ha querido transmitir el banquero italiano es que, aunque la adquisición de bonos concluya, el BCE tiene previsto seguir utilizando un amplio arsenal de medidas de estímulo para apuntalar la economía de la eurozona. Desde mantener los tipos de interés en sus mínimos históricos al menos hasta después del verano de 2019 hasta reinvertir el dinero de la deuda que llegue a su vencimiento.

1.- Compra de bonos

El BCE lanzó el programa de compra de deuda pública en marzo de 2015 con el objetivo declarado de combatir el riesgo de deflación: una espiral de caídas generalizadas y prolongadas de precios que amenazaba entonces a la eurozona, la penúltima réplica de la Gran Recesión. Empezó a un ritmo mensual de 60.000 millones de euros al mes, marcó un máximo de 80.000 millones en 2016 y desde entonces se ha reducido gradualmente: en el último trimestre ha sido de 15.000 millones mensuales. 

La mayoría de los economistas atribuyen a esta actuación de Draghi la recuperación de la eurozona. Sin embargo, la política del banquero italiano chocó desde el principio con la oposición frontal de Alemania, desde donde se acusa al BCE de "expropiar" a ahorradores y pensionistas. El Tribunal Constitucional alemán cuestionó su legalidad y lo llevó ante la justicia europea, que acaba de confirmar que se ajusta al derecho comunitario. El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, que votó en contra del programa, lleva meses reclamando que concluya. Draghi ya no tenía margen de maniobra políticamente para prolongar de nuevo la compra de deuda pese al empeoramiento económico.

2.- Tipos de interés

Aunque la adquisición de bonos públicos se acabe, los tipos de interés seguirán en los actuales mínimos históricos durante un prolongado periodo de tiempo. El tipo de interés de referencia se mantiene en el 0%, mientras que los bancos seguirán teniendo que pagar una penalización del 0,4% por aparcar sus fondos en Fránctfort.

¿Cuándo tendrá lugar la primera subida de tipos? El BCE repite sin cambios la orientación que ha venido repitiendo en los últimos meses. "Los tipos se mantendrán en sus niveles actuales al menos hasta el final del verano de 2019". Sin embargo, Draghi ha dejado claro que cualquier eventual subida "depende de la situación económica". Y ha venido a dar la razón a las expectativas de los mercados, que retrasan el primer incremento hasta 2020 precisamente por la debilidad económica

3.- Reinversión de los bonos que venzan

Además, el BCE tiene previsto gastar todo el dinero obtenido de los bonos que venzan -casi 200.000 millones de euros el próximo año- para seguir comprando deuda pública y mantener así los costes de financiación bajo control. Estas adquisiciones continuarán "durante un amplio periodo de tiempo", incluso después de que empiecen a subir los tipos de interés.

Es más, proseguirán "todo el tiempo que sea necesario para mantener unas condiciones de liquidez favorables y un amplio grado de acomodación monetaria". Es decir, aunque formalmente el programa se acabe oficialmente en diciembre, en la práctica las adquisiciones de deuda pública continuarán probablemente hasta 2021.

4.- Préstamos baratos para la banca

Por si todo esto fuera poco, el Banco Central Europeo sopesa reactivar los créditos baratos y de larga duración, una especie de barra libre de liquidez para los bancos. Se trata de los préstamos condicionados a largo plazo (o TLTROs), que se pusieron en marcha en 2014 como parte de su arsenal para combatir la crisis de deuda. "Estamos reflexionando sobre ello, es otro instrumento de política monetaria", ha dicho este jueves Draghi. "La intención es mantener toda la liquidez que se necesite para que la política monetaria logre sus objetivos", ha agregado.

El banquero italiano sostiene que el BCE sigue disponiendo de suficientes instrumentos para hacer frente a la próxima crisis. Además, ha defendido que la compra de bonos se ha convertido ya en una herramienta permanente de su arsenal, que puede volver a utilizarse en cualquier momento, tal y como ha confirmado la justicia europea. Su compromiso de hacer todo lo necesario para salvar el euro sigue vigente.

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