Los 47 años de (des)amor entre la UE y Reino Unido: una cronología rápida
Los británicos siempre han mantenido una relación ambivalente con Bruselas: apoyo al mercado único pero recelo ante la integración política.
29 enero, 2020 02:24Noticias relacionadas
Después de tres largos años de negociaciones para cerrar todos los aspectos de la separación, el divorcio entre la Unión Europea y Reino Unido se consumará finalmente este viernes a medianoche (23:00 horas en Londres). Aunque el resultado del referéndum del brexit el 23 de junio de 2016 provocó un terremoto en las capitales comunitarias, lo cierto es que desde la creación de la Comunidad Económica Europea las relaciones entre Bruselas y Londres nunca fueron fáciles.
En los 47 años que ha durado el matrimonio, Reino Unido siempre ha mantenido una actitud de ambivalencia hacia la UE. Siempre ha estado a la vez medio dentro y medio fuera del club. Por un lado, ha impulsado todos los proyectos de liberalización económica y comercial y la ampliación del mercado único. Por el otro, Londres ha visto con recelo cualquier paso para profundizar la unión política.
Los sucesivos Gobiernos británicos han apostado por un traje a medida dentro de la Unión. Reino Unido está fuera del euro, fuera del espacio sin fronteras Schengen y escoge a la carta si participa o no en la cooperación en materia de justicia e interior. Un estatus especial dentro del matrimonio que a la postre no ha servido para estrechar los lazos sino para distanciar cada vez más a los cónyuges. ¿Era inevitable el divorcio?
9 DE AGOSTO DE 1961: Primera petición de entrada. El recién elegido primer ministro británico, el conservador Harold MacMillan, envía una carta a Bruselas pidiendo entrar en la entonces Comunidad Económica Europea (CEE). Los socios fundadores le habían invitado a sumarse desde su creación en 1957, pero Londres declina la oferta e incluso trata de boicotear el proyecto. MacMillan cambiará de idea cuatro años más tarde empujado por el declive económico británico. Pero el presidente francés, Charles de Gaulle, veta el ingreso de Londres dos veces: primero en 1963 y también en 1967. Reino Unido es un país “insular” y “marítimo” cuya naturaleza “difiere profundamente” de sus socios continentales, alega.
1 DE ENERO DE 1973: Adhesión de Reino Unido a la UE. Habrá que esperar a la dimisión del general De Gaulle en 1969 para que se desbloquee la adhesión de Reino Unido. El Gobierno tory de Edward Heath cierra el acuerdo con Bruselas y el Parlamento británico lo aprueba en octubre de 1971 por 358 votos a favor y 246 en contra. La votación pone ya de manifiesto las divisiones que provoca en la política británica la pertenencia a la CEE, incluso dentro de cada partido. Con Reino Unido entran también Irlanda y Dinamarca.
5 DE JUNIO DE 1975: Primer referéndum del brexit. El siguiente Gobierno laborista de Harold Wilson reclama tras llegar al poder renegociar las condiciones de adhesión. Exige, en particular, reducir la aportación británica al presupuesto comunitario. Los socios europeos acceden a la mayoría de sus pretensiones para que Reino Unido se quede. El acuerdo se somete a referéndum el 5 de junio de 1975. Tanto Wilson como la nueva líder conservadora, Margaret Thatcher, hacen campaña por el sí. Los británicos eligen quedarse con el 67,2% de los votos, mientras que los partidarios del brexit suman un 32,8%.
26 DE JUNIO DE 1984: "Devuélvanme el dinero". Tras su llegada al poder, Thatcher relanza la campaña para disminuir la contribución de Reino Unido a las arcas comunitarias. En la cumbre de Dublín de noviembre de 1979, la primera ministra lanza a sus socios una de sus frases más famosas: “¡Devuélvanme el dinero!”. Las reivindicaciones de Thatcher abren una crisis de cinco años en la CEE, con choques constantes entre Reino Unido por un lado y Francia y Alemania por el otro. El conflicto no se resolverá hasta la cumbre de Fontainebleau, el 25 y 26 de junio de 1984. Allí, la primera ministra logra el famoso cheque británico, que sigue vigente.
7 DE FEBRERO DE 1992: Londres se autoexcluye del euro. El cheque británico será la primera de las derogaciones especiales que logra Reino Unido. A partir de aquí, Londres empieza a diseñarse su propia Europa a la carta y no participa en aquellas políticas que no le interesan. Durante la negociación del Tratado de Maastricht, firmado el 7 de febrero de 1992 y por el que se crea la Unión Europea, el entonces primer ministro John Major consigue una excepción para quedarse fuera del euro. Tampoco participa en el espacio sin fronteras Schengen cuando éste se incorpora al Tratado de Ámsterdam en 1997 y eso que ya había llegado al poder el laborista Tony Blair, uno de los primeros ministros más proeuropeos de la historia británica.
13 DE ENERO DE 2013: Cameron anuncia un nuevo referéndum. La crisis de deuda ha aumentado la desconfianza británica hacia la UE y el sector euroescéptico del partido conservador presiona al entonces primer ministro, David Cameron, que gobierna en coalición con los liberales. En un discurso el 13 de enero de 2013, Cameron promete que si es reelegido renegociará de nuevo la posición de Londres dentro de la Unión y convocará una consulta a más tardar en 2017. Inesperadamente, los tories logran la mayoría absoluta en las elecciones de mayo de 2015 y Cameron se presenta en Bruselas con una nueva lista de peticiones a la carta. Los otros 27 socios aceptan la mayoría, otra vez con la esperanza de que Reino Unido se quede.
23 DE JUNIO DE 2016: El terremoto del brexit. Las concesiones obtenidas por Cameron no sirven de nada en campaña frente a los eslóganes falsos de Nigel Farage o Boris Johnson (por ejemplo, que Londres envía a Bruselas 350 millones de libras a la semana que se redirigirán a la sanidad). En el referéndum del 23 de junio de 2016, los partidarios de marcharse de la UE ganan por un estrecho margen del 51,9% de los votos frente al 48,1%. Cameron dimite de inmediato. La nueva primera ministra británica, Theresa May, envía a Bruselas el 29 de marzo de 2017 la carta pidiendo el divorcio. Comienza la cuenta atrás irreversible de dos años para que Reino Unido diga adiós a la UE.
25 DE NOVIEMBRE DE 2018: El fallido acuerdo de May. La UE se prepara concienzudamente para negociar y designa como interlocutor único a Michel Barnier, ex comisario y ex ministro francés, que contra todo pronóstico consigue mantener la unidad entre los Veintisiete durante todo el proceso. En el otro extremo de la mesa, la delegación británica no sabe lo que quiere, no tiene una estrategia clara e improvisa sobre la marcha. La cuestión más espinosa es la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte, que obliga a May a rectificar: frente a la ruptura brutal que defendía al principio, acaba aceptando un brexit más blando con Reino Unido quedándose en la unión aduanera. Se gana así la ira de los radicales euroescépticos de su propio partido. El acuerdo de divorcio de May se firma el 25 de noviembre de 2018, pero el Parlamento británico lo rechaza tres veces y la primera ministra acaba dimitiendo.
31 DE ENERO DE 2020: El brexit de Boris Johnson. Al llegar al poder en julio de 2019, Johnson amenaza a la UE con una salida caótica con impacto económico incalculable para los dos bandos. Los Veintisiete le contestan que no renegociarán el Acuerdo de Retirada de May. Al final, las dos partes ceden y firman un nuevo pacto en tiempo récord el 17 de octubre de 2019. Johnson vuelve a la versión más dura del brexit, pero con un estatus especial en la UE para Irlanda del Norte con el fin de evitar una frontera en la isla. Para garantizar que esta vez el divorcio sí será ratificado, convoca elecciones anticipadas y logra mayoría absoluta el pasado 13 de diciembre. El brexit se producirá finalmente el 31 de enero, diez meses y tres prórrogas más tarde de lo previsto.