El adiós definitivo de Reino Unido a la Unión Europea es ya sólo cuestión de horas. Después de que la Eurocámara haya ratificado el Acuerdo de Retirada, Londres se marchará el viernes 31 de enero a medianoche (23:00 hora local británica). Una salida en la que tanto los europeos como los británicos pierden, pero unos pierden más que otros, según el argumentario que esgrimen los dirigentes comunitarios.
La UE preserva la fuerza de su mercado único con 450 millones de consumidores y una red de 700 acuerdos con el resto del mundo. Reino Unido encoge a potencia de tamaño medio tirando a pequeño en un mundo dominado por gigantes como Estados Unidos, China o Rusia.
¿Pero qué es lo que pierde la Unión Europea con el brexit? "Para empezar, la pérdida que tiene más carga simbólica es la salida de un Estado miembro. Ya está descontada desde el momento del referéndum, pero volverá a evidenciarse a partir del 31 de enero", relata a EL ESPAÑOL Carme Colomina, investigadora especializada en la UE del Centro de Relaciones Internacionales de Barcelona (CIDOB).
Hasta ahora, Bruselas había funcionado como polo de atracción: los países hacían cola para entrar por las expectativas de mejora económica, democratización o ambos. Reino Unido es el primer país que se va, lo que en Bruselas se vive como una amputación.
"La UE pierde evidentemente peso económico y tamaño para el mercado interior. Estamos hablando de un país de 55 millones de habitantes, la tercera economía más importante de la Unión. De un país que tiene un sector servicios, educativo y de innovación punteros. Con un asiento en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y con la bomba atómica", explica a este periódico Federico Steinberg, investigador principal del Real Instituto Elcano y profesor de economía en la Universidad Autónoma de Madrid.
"En un mundo geopolíticamente cambiante, donde el tamaño importa cada vez más y en el que vamos a un escenario de grandes potencias, que la UE pierda al Reino Unido no es una buena noticia. Desde el punto de vista militar, de seguridad o de innovación también supone un problema", sostiene Steinberg.
Cambian los equilibrios internos
La marcha de Reino Unido altera además el equilibrio de fuerzas entre los Estados miembros de la UE. El gran ganador podría acabar siendo el presidente francés, Emmanuel Macron. "Reino Unido siempre ha sido uno de los países que ha dado a la UE un impulso liberalizador en términos económicos. Sus prioridades fueron siempre los acuerdos de libre comercio y la expansión del mercado interior. Ahora no es que esto se vaya a revertir, pero sí se pierde un contrapeso a la visión franco-alemana que es más intervencionista", señala el investigador del Real Instituto Elcano. Holanda y los países nórdicos, los aliados tradicionales de Londres, se quedan más solos.
El impacto del brexit se sentirá de inmediato en las negociaciones sobre el presupuesto plurianual de la UE para el periodo 2021-2027. La marcha de Reino Unido, que era contribuyente neto a las arcas comunitarias, deja un agujero de hasta 14.000 millones de euros al año. "Ahora habrá que discutir quién paga más, quién asume el coste de la salida de Londres", apunta Colomina.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha convocado una cumbre extraordinaria para el 20 de febrero para tratar de cerrar un acuerdo. Pero Alemania se niega a asumir la factura y pide más recortes, que afectarían a países como España.
Eso sí, el adiós de los británicos despeja la vía para que la UE avance más rápido en la integración política. "Para Reino Unido, la idea de integración política nunca ha sido interesante. Siempre ha tenido una visión transaccional de su pertenencia a la Unión: yo estoy porque me sale a cuenta. No es como en España o Alemania, donde la pertenencia a la Unión forma parte del proyecto de país. Ahora habrá menos palos en las ruedas por parte de los británicos, por ejemplo en la reforma de la eurozona", señala Steinberg.
¿Cómo será Reino Unido fuera de la UE?
Otra prioridad de la UE que podría despegar gracias al brexit es la política exterior y de seguridad. "Desde el referéndum de salida, el resto de países han querido avanzar en la cooperación en materia de defensa, en la que Reino Unido no ha creído nunca. Pero a la hora de la verdad, también se ha visto que a la UE le cuesta progresar sin Reino Unido. Al final, como la política exterior de la UE, por mucho que se hable de integración, es completamente intergubernamental, acaba mirando a Londres y continua considerando a Londres como un socio necesario", afirma la experta del CIDOB.
Pero la principal incógnita a las puertas del brexit sigue siendo qué tipo de relación mantendrán en el futuro la UE y Reino Unido. "¿Cómo será este Reino Unido fuera de la UE? ¿Será un aliado? ¿Será un vecino hostil? Esta incertidumbre también es un lastre en estos momentos para la UE", resalta Colomina. La siguiente fase del brexit, que debe despejar todas estas cuestiones, arranca el 1 de febrero.