Más aulas y 80.000 docentes nuevos: las lecciones de Italia a España en la vuelta al cole
El objetivo para el próximo año del país transalpino académico es ir con pies de plomo a pesar de tener menos casos nuevos de coronavirus.
20 agosto, 2020 02:51Noticias relacionadas
Italia ya tiene puesta la mirada en la reapertura de los colegios, dando por descontado que habrá nuevos casos de Covid dentro de los centros educativos. El país con forma de bota fue el primer Estado europeo en padecer, a gran escala, las consecuencias de la epidemia por coronavirus en Europa; y el primero del mundo en decretar el cierre de todos los centros educativos de su territorio. Aunque el repunte paulatino de nuevos positivos, por el momento, representa una media de medio millar de contagiados más al día; Italia todavía está teniendo unas cifras muy contenidas en relación a los nuevos casos de coronavirus respecto a España, entre 8 y 10 veces menores que España. Sin embargo, el objetivo para el próximo año académico es ir, igualmente, con pies de plomo. Entre otras cosas porque las autoridades italianas dan casi por descontada una segunda oleada este otoño.
En relación a la vuelta a los colegios en Italia, en los últimos días, hay dos grandes novedades. La primera de ellas, es que el Comité Técnico-Científico transalpino, el órgano experto que ofrece sus consejos al primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ha confirmado que “los niños mayores de 6 años tendrán que llevar mascarilla” en los centros educativos. La medida, igualmente, incluye importantes excepciones para no llevar dicha protección facial, como en los comedores, en los gimnasios y durante los exámenes orales, muy frecuentes en Italia en todos los niveles de estudio. “Los menores no oyentes, aquellos con dificultades neurológicas o psicológicas no tendrán que llevarla”, explicó el colectivo de expertos ante la prensa del país itálico.
En un primer momento se pensaba que la obligatoriedad de las mascarillas no habría sido necesaria, pero el comité epidemiológico que asesora al Ejecutivo italiano las considera una herramienta fundamental, ya que los alumnos, de todas las edades, comparten muchas horas juntos en el interior de las aulas: “Esta enfermedad ha impuesto tres pilares: el distanciamiento, el uso de las mascarillas y la higiene”, aseguran desde el Comité Técnico-Científico italiano para el coronavirus. Para ello, informa el conocido periódico italiano Corriere della Sera, las autoridades italianas deberán abastecer a todos los centros educativos del país con “11 millones de mascarillas al día”.
Cierres temporales
La segunda gran novedad de los últimos días tiene que ver con los test diagnósticos en los colegios. Tal como dio a conocer el Ministerio de Sanidad transalpino, este septiembre volverán a abrir las aulas pero con una importante condición: si hubiera incluso un solo positivo por coronavirus entre los estudiantes y/o docentes de un centro educativo, se harán pruebas PCR a todos ellos; con la posibilidad de que se pueda incluso llegar a cerrar temporalmente dicho colegio o instituto: “Desde el punto de vista sanitario tenemos que ser rígidos, pero los colegios tienen que volver a abrir. Teniendo que convivir con el coronavirus”, explican desde el Ministerio de la Sanidad italiano.
¿Cómo actuará un centro educativo, concretamente, ante la posibilidad de una persona positiva? De registrarse un contagiado en un centro educativo -tal como se pudo apreciar estos días en una infografía publicada en el diario La Repubblica-: en primer lugar, el alumno tendrá que avisar a su docente; en segundo lugar, el responsable escolar avisará a los padres del alumno; en tercer lugar, el menor será acompañado a una habitación destinada al aislamiento, provisto de mascarilla y gel desinfectante, acompañado por un adulto; en cuarto lugar, los padres se llevan al alumno para aislarlo en su domicilio, para luego avisar al médico de cabecera; en quinto lugar, se le hará una prueba diagnóstica al estudiante.
En sexto lugar, el responsable escolar avisará al centro de salud de todos los alumnos y docentes en contacto con el estudiante positivo desde las 48 horas anteriores a los síntomas; en séptimo lugar, todos sus compañeros y los profesores empezarán la cuarentena -donde, en tal caso, se pasaría a la didáctica telemática-, mientras el aula pasa a ser higienizada; en octavo y último lugar, el alumno contagiado podrá volver a clase regularmente siempre que, tras haberse curado, dé negativo en dos PCR distintos, con 24 horas de separación. En cualquier caso, explican los expertos, “que haya un caso no significa que haya que cerrar los colegios, sino que habrá que analizar caso por caso”.
Nuevos hábitos
Para volver a empezar el año académico, los docentes y los alumnos italianos tendrán que seguir unos nuevos hábitos de comportamiento, en línea con la convivencia con el coronavirus. Para empezar, los pupitres tendrán que mantener una separación mínima de un metro. Esto implica que los estudiantes que hasta el año pasado cabían en una misma aula ahora tendrán que estar repartidos en más de una; y por ello el Gobierno italiano ha decretado la contratación de más de 80.000 docentes para garantizar el distanciamiento entre alumnos. Las entradas y salidas de los estudiantes tendrá que estar reglada internamente, siguiendo un protocolo de desplazamiento para mantener la distancia interpersonal y evitar así las aglomeraciones. Además de las mascarillas, tendrá que haber geles desinfectantes repartidos por todos los espacios existentes de cada centro educativo. Sólo un padre o una madre por alumno podrá acompañar el mismo al colegio, respetando siempre la distancia de seguridad y evitando entrar en los espacios interiores. No se admitirán visitantes externos si no es con cita previa.
Atendiendo a los datos ofrecidos por las autoridades sanitarias transalpinas, en Italia, desde que empezó la epidemia en el país con forma de bota, se contabilizan unos 256.000 contagios totales, entre los cuales destacan unas 205.000 personas curadas, 35.000 fallecidos y unos 15.000 positivos actuales. Entre estos últimos, la gran mayoría son asintomáticos en aislamiento domiciliario, pero también se registran unas 800 personas hospitalizadas, donde menos de 100 se encuentran en terapias intensivas. El total de test diagnósticos realizados asciende a casi 8 millones de pruebas de positividad por coronavirus.