Por qué la Unión Europea no usará la vacuna rusa Sputnik
La Agencia Europea del Medicamento (EMA) está examinando los datos del fabricante, pero de momento no hay solicitud formal de autorización.
2 febrero, 2021 15:30Noticias relacionadas
La escasez de inyecciones contra la Covid-19 está provocando nerviosismo y frustración en todas las capitales europeas, que ven en peligro inminente su estrategia de vacunación para frenar la pandemia. Pero pese a la situación de penuria, Bruselas descarta (al menos de momento) firmar un contrato de compra centralizada para distribir entre todos los Estados miembros la vacuna rusa Sputnik V. Este antídoto tiene una tasa de eficacia del 91,6%, según un estudio que acaba de publicar la prestigiosa revista británica The Lancet.
¿Por qué se niega la Comisión de Ursula von der Leyen a incorporar el antídoto ruso a su cartera de vacunas? El primer argumento hasta ahora era la falta de datos verificables sobre su eficacia. Un motivo que ahora ha quedado desmontado por el estudio de The Lancet.
En un comentario asociado a esta investigación, Ian Jones, de la Universidad de Reading, y Polly Roy, de la London School of Hygiene & Tropical Medicine (que no participaron en el estudio), afirman: el desarrollo de la vacuna Sputnik V ha sido criticado por "una premura impropia, atajos o falta de transparencia", pero el resultado que aquí se presenta "es claro y se demuestra el principio científico de la vacunación".
Para poder comercializarse en toda la UE, cualquier vacuna debe ser autorizada por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés). La EMA ya está en contacto con el fabricante de la vacuna rusa desde mediados de enero para revisar su seguridad, calidad y eficacia. Pero de momento, la compañía no ha presentado una solicitud formal para recibir luz verde en la Unión.
Aunque la EMA le acabe dando luz verde, el Ejecutivo comunitario no tiene ninguna intención de cerrar un contrato con el fabricante de Sputnik V con el fin de comprar de forma centralizada millones de dosis de esta vacuna para todos los Estados miembros, como ha hecho con Pfizer, Moderna, AstraZeneca, Janssen, Curevac o Sanofi.
El fabricante no cumple uno de los criterios más importantes que ha utilizado Bruselas para seleccionar a los beneficiarios de estos contratos: las compañías deben tener capacidad de producción en Europa.
"Esto es un elemento importante. El objetivo es garantizar que el suministro comience rápidamente el día en que la vacuna reciba luz verde de la EMA, de forma que las vacunas preproducidas puedan entregarse de inmediato", explica el portavoz de Sanidad de la Comisión, Stefan de Keersmaecker.
El portavoz ha asegurado no obstante en que "en ningún caso hay nacionalismo" a la hora de decidir con qué laboratorios se firman los contratos. "No se trata de tener únicamente compañías de una determinada nacionalidad", insiste De Keersmaecker.
Hasta ahora, el único Estado miembro que se ha desmarcado de esta línea oficial es la Hungría de Viktor Orbán, que ha criticado con dureza la estrategia de Von der Leyen. El Gobierno húngaro ya ha autorizado por su cuenta la vacuna Sputnik V utilizando un procedimiento de emergencia y busca un acuerdo bilateral con Moscú para lograr suministros.
La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, no descarta que en un futuro la vacuna rusa Sputnik pueda emplearse en la UE y con ello en España. No obstante, ha dejado claro en una reciente entrevista en La Sexta que España no se plantea seguir los pasos de Hungría sino que supedita cualquier movimiento la autorización de la EMA.