El uso de la vacuna rusa Sputnik V, cuya compra ha sido sondeada por el Gobierno madrileño de Isabel Díaz Ayuso, ha abierto una nueva brecha en la Unión Europea, donde cunde la frustración y la impotencia por la lentitud de la campaña de vacunación contra la Covid-19 y la escasez general de dosis. Unos problemas agravados por los recortes de entregas y las dudas sobre AstraZeneca.
Los Estados miembros se han dividido en tres bandos enfrentados a propósito de Sputnik. En primer lugar, los países que han decidido comprar la vacuna rusa por su cuenta y riesgo, al margen de la UE, como Hungría, Eslovaquia o ahora Austria. Después están aquellos que no descartan recurrir a Sputnik si la Agencia Europea del Medicamento (EMA) la autoriza, entre ellos Alemania o España.
El tercer bando es el de los que desconfían de la vacuna rusa y la consideran como arma diplomática del Kremlin en su intento de desestabilizar la UE. Una posición en la que está Francia, pero también las instituciones comunitarias. De hecho, la Comisión de Ursula von der Leyen sigue oponiéndose a firmar un contrato de compra centralizada para suministrar Sputnik V a todos los Estados miembros.
"En la actualidad no hay negociaciones con el fabricante de Sputnik para integrar esta inyección en la cartera de vacunas de la UE. No obstante, los Estados miembros y la Comisión pueden decidir conjuntamente y en cualquier momento ampliar la cartera de vacunas", explica a EL ESPAÑOL el portavoz de Sanidad del Ejecutivo comunitario, Stefan de Keersmaecker.
La EMA inició la revisión continua de la vacuna rusa el pasado 4 de marzo, pero de momento su fabricante no ha presentado una solicitud formal de autorización. La directora de la Agencia, Emer Cooke, ha anunciado este miércoles una inspección en Rusia para verificar si los ensayos clínicos de la inyección respetaron los estándares éticos y científicos exigibles. "Es un procedimiento normal", sostiene Cooke.
Moscú, feliz con la división
"Sin duda, al vender Sputnik a tantos países como sea posible, Rusia quiere mejorar su posición en el mundo, su prestigio, y usarla como herramienta diplomática", relata a este periódico Joanna Hosa, investigadora en el think tank European Council on Foreign Relations.
"Si Sputnik lleva a la división entre los Estados miembros de la UE, el Kremlin estará seguro feliz por ello, aunque ese no fuera el objetivo final del desarrollo de la vacuna. Rusia lleva mucho tiempo poniendo en marcha estrategias para debilitar a Occidente y si la distribución de vacunas puede contribuir a esto, el Kremlin lo aprovechará", apunta la investigadora.
La Hungría de Viktor Orbán, que tiene abierto un expediente en la UE por su deriva autoritaria, fue el primer Estado miembro en desmarcarse de la estrategia de compra centralizada de Von der Leyen y adquirir por su cuenta la vacuna rusa. Lo hizo utilizando un procedimiento nacional de autorización de emergencia. Un atajo permitido por el derecho comunitario, pero que obliga al Estado húngaro a asumir plena responsabilidad por cualquier daño que pueda causar Sputnik.
A día de hoy, Hungría ha recibido un total de 829.700 dosis de la vacuna rusa, según los datos del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés). El Gobierno de Orbán culpa a Bruselas de los problemas en la llegada de inyecciones y presume de que gracias a Sputnik tiene el doble de tasa de población vacunada con primera dosis que Francia (26,3% frente a 13,7%, según Our World in Data).
En Eslovaquia, la polémica causada por la compra de la vacuna rusa ha provocado la caída del primer ministro, Igor Matovic, al que sus socios de coalición acusaron de no haberles informado del trato con Moscú. Eslovaquia recibió 200.000 dosis de Sputnik el pasado 1 de marzo de un total de 2 millones contratadas. Pero la agencia del medicamento del país rechaza dar luz verde a las inyecciones por falta de datos suficientes, según informa Reuters.
El último en sumarse al bando de los partidarios de Sputnik V es el canciller austriaco Sebastian Kurz, que vive una situación crítica porque no compró todas las dosis que le correspondían a su país prorrata en los contratos de la UE. Kurz ha acusado falsamente a Bruselas de un reparto injusto de las dosis. La semana pasada anunció un acuerdo inminente para comprar un millón de dosis de la vacuna rusa: 300.000 en abril, 500.000 en mayo y 200.000 en junio.
¿Hay vacunas rusas?
Precisamente, la principal duda de los escépticos en la UE es la capacidad de fabricación de Sputnik. Las dosis se necesitan ahora y el fabricante ruso no tiene plantas en Europa ni una producción suficiente en Rusia para suministrar a la UE. Apenas un 5,3% de la población rusa ha recibido la primera dosis.
"No nos privamos de ninguna vacuna útil. Hay dos criterios simples: la validación científica y la producción. La vacuna rusa se produce poco, no hay centenares de miles de dosis que duermen en los armarios", ha dicho el secretario de Estado para la UE de Francia, Clément Beaune.
"No necesitaremos en absoluto a la Sputnik V", sostiene el comisario de Industria, Thierry Breton, al que Von der Leyen ha encargado acelerar la fabricación de vacunas en Europa. Breton asegura que la producción actual de las inyecciones que ya han sido autorizadas por la EMA (Pfizer-BioNTech, Moderna, AstraZeneca y Janssen) es más que suficiente para alcanzar el objetivo de inmunizar al 70% de la población adulta a mediados de julio.
"Los rusos tienen muchos problemas para fabricar la Sputnik V. Probablemente tendremos que ayudarles, lo veremos en la segunda mitad del año. Si hace falta proporcionarles una o dos plantas para producirla, ¿por qué no?. Pero de momento, prioridad a los europeos", dijo el comisario de Industria en una entrevista en TF1.
Unas declaraciones que indignaron al fabricante ruso, que sostiene que tiene capacidad para suministrar 50 millones de dosis a la UE a partir del tercer trimestre del año. "Breton es claramente tendencioso contra la vacuna Sputnik V sólo porque es rusa. Ignora que tiene un historial de mayor eficacia y seguridad que algunas de las otras vacunas aprobadas por la UE", ha escrito la compañía en su cuenta de Twitter.
"Sputnik V está presionando a los funcionarios de la UE. La UE ya tiene una cartera completa de vacunas seguras y la producción está aumentando. Si la EMA aprueba la vacuna Sputnik, no habrá dosis disponibles a gran escala antes de 2022, como muy pronto. Es un hecho, no un sesgo", replican desde el gabinete del comisario de Industria.
Dejarse engañar
El presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, celebraron una videoconferencia conjunta con el presidente ruso, Vladimir Putin, el pasado 30 de marzo. Una reunión en la que discutieron una "posible cooperación en materia de vacunas" supeditada a la aprobación de Sputnik por parte de la EMA, según informó El Elíseo. De momento no hay ningún resultado concreto.
"No debemos dejarnos engañar por China y Rusia, ambos regímenes con valores menos deseables que los nuestros, cuando organizan operaciones muy limitadas pero ampliamente publicitadas para suministrar vacunas a otros. Según las cifras disponibles, estos países han administrado la mitad de dosis por cada 100 habitantes que la Unión Europea. Y Europa no utilizará vacunas con fines propagandísticos. Promovemos nuestros valores", sostiene el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
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