"Lo que hemos visto en Afganistán es ciertamente una tragedia para el pueblo afgano, un revés para Occidente y un posible cambio radical para las relaciones internacionales". Con estas palabras ha definido Josep Borrell el desmoronamiento del Ejército y del Gobierno afganos, la toma del poder por parte de los talibanes y el caótico abandono de Kabul por parte de Estados Unidos en apenas 10 días de agosto tras 20 años de presencia en el país.
En un debate en el pleno de la Eurocámara, el jefe de la diplomacia de la UE ha descartado que la caída de Afganistán provoque una nueva avalancha de refugiados y migrantes hacia Europa como la de 2015 por la guerra de Siria, tal y como temen muchas capitales. Borrell ha defendido además la necesidad de que la UE tenga presencia en Kabul y dialogue con los talibanes -sin que eso signifique un reconocimiento- pese a que éstos han incumplido la primera condición impuesta por Bruselas: formar un Gobierno inclusivo.
"Es un gobierno del ala dura de los talibanes, es un Gobierno en el que algunos de sus hombres fuertes están en la lista negra de Naciones Unidas y con un ministro de Educación que se ha estrenado diciendo que lo que cuenta no es estar educado, lo que cuenta es ser piadoso. Pues con estos planteamientos vamos bien", ha ironizado el Alto Representante para la Política Exterior.
Pese a ello, Borrell defiende que la UE tiene que hablar con los talibanes, tanto para completar las evacuaciones de colaboradores afganos como para canalizar la ayuda humanitaria que necesita el país. "Para tener alguna posibilidad de influir en los acontecimientos, no tenemos otra alternativa que dialogar con los talibanes. Diálogo no significa reconocimiento. No, diálogo significa hablar, discutir y llegar a acuerdos cuando sea posible", ha dicho a los eurodiputados.
"Hay que intensificar también los contactos con Pakistán, con Qatar, con Rusia, con China, con Tayikistán, con Turquía y con Uzbekistán. Son actores clave en esta región y por eso nuestra delegación en Arabia Saudí va a enviar a Qatar a dos personas y desde Qatar intentaremos poner pie en Kabul. La prioridad debe ser evitar quedar excluidos. La retirada de EEUU no debería significar ipso facto nuestra exclusión geoestratégica", sostiene el jefe de la diplomacia europea.
La prioridad para la UE debería ser ayudar al pueblo de Afganistán, en particular a los cinco millones de afganos desplazados en el norte que "están amenazados por una hambruna excepcional". "Hay salvarles o intentarlo, pero por razones humanitarias, no porque tengamos miedo de que si no lo hacemos van a emigrar y van a provocarnos un problema en casa", ha señalado Borrell.
"No creo, frente al temor expresado por muchos, que haya que esperar un gran movimiento migratorio hacia Europa salvo que se produzca una guerra civil, lo cual tampoco parece probable en lo inmediato. Los que querrían emigrar son las clases medias de las ciudades que se han desarrollado durante los últimos 20 años y que probablemente querrán ir antes a Estados Unidos, Canadá o Australia que a Europa", ha explicado.
Para Borrell, lo que ha pasado en Afganistán "nos demuestra que la solución a muchos problemas no es militar". "La mayor potencia militar del mundo -después de 20 años gastando 300 millones de dólares al día- no ha conseguido ganar una guerra frente al país más pobre de la tierra", subraya.
Al mismo tiempo, el Alto Representante ha insistido en que cualquier acción diplomática, si quiere tener éxito, debe estar respaldada por una capacidad militar de intervención y ha reclamado de nuevo "una autonomía estratégica para Europa". En concreto, Borrell reclama una fuerza de intervención rápida de 5.000 soldados, pero su propuesta no ha logrado el apoyo unánime de las capitales.
"A veces las cosas se ponen feas y la palabra no basta. Y aunque sólo sea por el carácter disuasivo, una capacidad militar la tiene que tener cualquier actor que se quiera llamar a si mismo geopolítico Por lo tanto sí, la solución a los grandes problemas del mundo no es la guerra, pero eso no nos exime a los europeos de tener una capacidad de acción propia", ha concluido.
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