Bruselas

Silencio absoluto entre los líderes europeos sobre los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia. A diferencia de lo ocurrido en 2017, la campaña electoral ha pasado totalmente desapercibida en Bruselas. En los anteriores comicios, la Unión Europea se jugaba la supervivencia en plena ola populista tras el Brexit y la victoria de Donald Trump en Estados Unidos. Ahora, todas las energías están concentradas en definir una respuesta unida a la guerra de Vladímir Putin contra Ucrania. De hecho, los ministros de Exteriores debaten este lunes en Bruselas un posible embargo al petróleo ruso para tratar de asfixiar la maquinaria de guerra del Kremlin.

Sin embargo, la tendencia ascendente de la líder de extrema derecha, Marine Le Pen, dispara todas las alarmas en la capital comunitaria. El duelo en segunda vuelta entre Emmanuel Macron y Le Pen se daba por descontado desde hace semanas. También se esperaba una victoria incontestable de Macron, que durante las primeras semanas de marzo se disparó en los sondeos por su papel de líder de la UE al inicio de la invasión rusa. La sorpresa ha sido que la candidatura del presidente se ha desinflado en campaña electoral, mientras Le Pen ha remontado pese a sus vínculos probados con Putin. El escaso margen que le dan todas las encuestas a Macron en segunda vuelta causa escalofríos en Bruselas.

En 2017, los líderes europeos recibieron con alivio e incluso euforia la victoria en primera vuelta de Macron, el único candidato que había hecho profesión de fe europeísta. El entonces presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, le llamó para felicitarle, saltándose las convenciones diplomáticas que obligan a esperar al resultado final. Su triunfo se interpretó como el final de la explosión populista. Esta vez, en vez de alegría por el primer puesto que ha conservado el presidente, hay inquietud por el ascenso de Le Pen y los dirigentes comunitarios han eludido expresarse públicamente.

"Macron está por delante y Le Pen justo detrás de él, con una estrecha diferencia del 5%. Las dos semanas de campaña que se avecinan van a ser durísimas: habrá que suplir la falta de campaña que hemos vivido hasta ahora. Se presentarán dos plataformas programáticas con perspectivas muy diferentes sobre la política exterior y europea y, por tanto, con consecuencias diferentes para la soberanía europea, la pertenencia a la OTAN y la migración", explica Tara Varma, investigadora del European Council on Foreign Relations.

"El 24 de abril, los franceses se enfrentan a una elección fundamental: a favor o en contra de la UE. Pido a todos y todas las progresistas que voten para detener a Le Pen, que pone en peligro la democracia y la paz social", ha dicho Iratxe García, la líder del grupo socialista en la Eurocámara, cuya familia política se ha hundido este domingo en las presidenciales francesas. "Señor presidente, querido Emmanuel, ningún polaco decente apoya a la señora Le Pen, como ningún polaco decente apoya a Orbán o Putin", afirmó el viernes Donald Tusk, el presidente del Partido Popular Europeo, también al borde de la desaparición en Francia.

Desde la marcha de Angela Merkel, Macron ha ejercido de líder de la Unión, un papel reforzado por ejercer la presidencia de turno durante el primer semestre de este año. El presidente francés protagonizó las negociaciones agónicas con Putin para intentar evitar la guerra en Ucrania hasta el último minuto. Tras el fracaso del diálogo, ha abanderado también las sanciones sin precedentes contra el Kremlin, Un papel que le ha valido elogios mayoritarios en Bruselas, salvo en Polonia y los países Bálticos, que le acusan de buscar una política de apaciguamiento con Moscú.

"Señor presidente Macron, ¿Cuántas veces ha negociado con Putin? ¿Qué ha logrado? ¿Ha detenido alguna de las acciones que tuvieron lugar? Con los criminales no se negocian, los criminales deben ser combatidos", le atacó el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki. "Es un antisemita de extrema derecha que veta a las personas LGTB", contraatacó el presidente francés en una entrevista en Le Parisien la semana pasada.

Pese a las críticas de Morawiecki contra Macron, la consecuencia más inmediata de una victoria de Le Pen en segunda vuelta sería la ruptura total de la unidad de la UE frente a Putin. Pese a que la líder de la Agrupación Nacional y el primer ministro polaco participaron juntos en la reunión de partidos de derecha radical organizada por Vox en Madrid a finales de enero, los dos militan en bandos opuestos por lo que se refiere al Kremlin.

Mientras que Morawiecki reclama de forma insistente en la UE endurecer las sanciones contra Rusia, todos los eurodiputados de la Agrupación Nacional se ausentaron el pasado jueves en la votación de la Eurocámara que reclamaba un embargo total e inmediato contra el petróleo y el gas rusos. Una victoria de Le Pen rompería el aislamiento del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que ahora mismo es el único aliado que tiene Putin dentro de la Unión.

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