Volodímir Zelenski, en su visita a una fábrica armamentística en Estados Unidos.

Volodímir Zelenski, en su visita a una fábrica armamentística en Estados Unidos. Presidencia de Ucrania

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Objetivo, evitar a Trump: Zelenski presentará su 'plan de la victoria' a Biden para que lo active antes de las elecciones

Kiev teme que una victoria republicana acabe con las ayudas a Ucrania. El principal objetivo es asegurarse algún tipo de garantía gane quien gane.

24 septiembre, 2024 03:12

El presidente ucraniano Volodimir Zelenski comienza este martes una visita oficial por Estados Unidos en la que asistirá a la reunión de la Asamblea General de la ONU y departirá con el presidente Joe Biden. El viaje llega en un momento clave en el marco de la guerra entre Ucrania y Rusia, con varios aspectos sobre la mesa que ambos líderes tendrán que tratar: de entrada, la negativa de Estados Unidos (refrendada este lunes por el Reino Unido) a permitir que sus armas se utilicen sobre suelo ruso, al entender que eso se tomaría desde Moscú como una declaración de guerra.

Aparte, Zelenski llega con lo que él llama un "Plan de la Victoria" para distinguirlo de los "planes de paz" que han presentado últimamente varios países, destacando el avalado por China y Brasil, y que básicamente reproducen las tesis del Kremlin: cualquier acuerdo de alto el fuego debe de responder a la situación actual del frente. ¿Qué quiere decir eso? Que Ucrania debe aceptar la soberanía rusa sobre los territorios ocupados desde 2014, incluyendo Crimea, prácticamente la totalidad de Lugansk, buena parte de Donetsk y el sur de Jersón y Zaporiyia.

Por supuesto, Ucrania se niega en redondo a un acuerdo de este tipo, que más se parece a una rendición que a otra cosa. El propio secretario general saliente de la OTAN, Jens Stoltenberg, declaró la pasada semana que la mejor manera de acabar con una guerra es perderla y que una victoria rusa supondría un serio riesgo para la Alianza. El objetivo de Zelenski es que Biden entienda ese riesgo, lo valore y lo priorice sobre los consejos de Jake Sullivan, el Secretario Nacional de Defensa, que busca siempre evitar cualquier provocación contra Rusia por miedo a una guerra nuclear.

Como la OTAN, pero no en la OTAN

Zelenski sabe también que, además de Putin y Sullivan, tiene otro rival: el tiempo. Queda poco más de un mes para que se celebren las elecciones en Estados Unidos y la vicepresidenta Kamala Harris no consigue distanciarse de Donald Trump. Ahora mismo, la situación es de un empate total en los siete estados clave que decidirán al próximo presidente. Teniendo en cuenta que Trump ya ha mostrado varias veces su admiración por Vladimir Putin -en el debate con Harris no quiso pronunciarse sobre una posible victoria de Ucrania en la guerra- y que su vicepresidente Vance es aún más radical en sus posturas prorrusas, Kiev necesita un compromiso de Biden lo antes posible.

Zelenski estrecha la mano del gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, durante su visita a la planta de municiones del ejército de Scranton.

Zelenski estrecha la mano del gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, durante su visita a la planta de municiones del ejército de Scranton. Reuters

De eso, precisamente, tratan los cuatro puntos básicos del Plan de la Victoria de Zelenski, que el propio presidente ucraniano mencionó muy vagamente el pasado fin de semana en una entrevista televisada. De hecho, lo esencial se resume en el primero de estos puntos: la garantía de seguridad para Ucrania por parte de Occidente. Una garantía que pasaría por llegar a un acuerdo de defensa mutua similar al que tienen entre sí los miembros de la OTAN… pero sin exigir nominalmente la entrada en la Alianza, algo que Moscú ya ha dicho que no aceptaría jamás.

De esta garantía, que Zelenski pretende que se concrete cuanto antes para que Trump no pueda cumplir su promesa de "acabar la guerra en dos días", emanan los otros tres puntos del plan: apoyo a la operación en Kursk para obligar a Rusia a dividir sus tropas en dos frentes distintos, entrega de una serie de armas avanzadas que Zelenski no quiso especificar y un acuerdo económico con la comunidad occidental que espante el fantasma de la pobreza de posguerra y la posibilidad de una nueva intervención rusa.

La reunión con Trump y la nueva conferencia de paz

Zelenski, que se reunirá con Trump a lo largo de su viaje, y que siempre se ha cuidado de hablar mal del expresidente -aunque no olvidemos que el primer intento de "impeachment" que sufrió el republicano tuvo al propio Zelenski como protagonista, cuando Trump intentó presionarle para airear posibles trapos sucios de Hunter Biden, el hijo de Joe- no quiere saber nada de una reedición de los Acuerdos de Minsk de 2014 y 2015 que derivaron en la pérdida de Crimea, la prolongación de la guerra del Donbás y el incumplimiento sistemático de todas las garantías, culminando en el intento de invasión en febrero de 2022.

A cambio, propone una conferencia multilateral en noviembre, que continúe el trabajo hecho en junio en la localidad suiza de Bürgenstock, y a la que estaría invitada Rusia. Desde el Kremlin ya se hizo saber en su momento que no tenían ningún interés en asistir a dicha conferencia. Aunque los mensajes son siempre confusos, no se observa en Rusia ningún afán claro de negociación, más bien de poner sobre la mesa la "realidad del territorio", razón por la cual los últimos dos meses han visto más avances rusos que en cualquiera de los doce meses anteriores.

Zelenski durante una visita a una fábrica del estado de Pensilvania.

Zelenski durante una visita a una fábrica del estado de Pensilvania. Efe

De hecho, este lunes se confirmó la caída de la ciudad de Ukrainsk y la penetración de unos dos kilómetros al sur de Selidove, ciudad al sur de Pokrovsk que es clave para un eventual ataque sobre el segundo mayor nudo de comunicaciones de Ucrania en Donetsk después del conglomerado Sloviansk-Kramatorsk. Si esa penetración se debe a una retirada masiva de tropas ucranianas, podría llegar a ser realmente problemático. Si simplemente es producto de la lucha de varios días, la cosa cambiaría, pero el ejército de Oleksandr Syrskyi cada vez tiene más complicado defender a la vez el eje Selidove-Pokrovsk y la línea Vuhledar-Velyka Novosilka.

Cuando se habla de objetivos, es complicado cifrarlos en días, meses o años, pero parece claro que Rusia también quiere llegar a la inauguración del nuevo presidente estadounidense con el mayor número de fichas sobre el tablero. Si lo conseguirá o no, dependerá del éxito de la contraofensiva de Kursk (de la que no se ha vuelto a saber) y de la firmeza de los aliados ucranianos. Firmeza que se pondrá en juego en los próximos días.