¿Ballena espía o fugitiva? La beluga Hvaldimir pudo escapar de una base en el Ártico donde era adiestrada por los rusos
- Un documental de la BBC apunta a que el cetáceo, cuyo nombre real sería Andruha, habría sido entrenado para vigilar unas instalaciones militares.
- Más información: Así es la guerra de los mamíferos marinos: de los delfines rusos antisabotaje a las belugas que espían
La aparición hace cinco años de una beluga macho en varias localidades noruegas despertó todo tipo de especulaciones. Hvaldimir -como fue bautizado este mamífero en su día combinando la palabra hval (ballena) y el nombre del presidente ruso, Vladimir Putin- no sólo llamó la atención del mundo por su gran docilidad, sino por la correa que llevaba amarrada con una cámara en su espalda con una enigmática etiqueta en la que podía leerse "equipo de San Petersburgo".
Desde su primer avistamiento en 2019 se desató todo un aluvión de teorías sobre si podía tratarse de una ballena "espía" de Rusia, debido a su habilidad de chocar con barcos, interactuar con pescadores de salmón e incluso robar (y devolver) GoPros que se habían perdido en el océano.
El enigma que rodeaba a la solitaria beluga, que apareció muerta a finales del pasado agosto, podría haberse resuelto por fin gracias a un documental de la BBC que reconfigura el origen de este misterioso ejemplar.
El documental, Secrets of the Spy Whale, echa por tierra la "profesión" que se había asignado hasta ahora a Hvaldimir. No era ningún espía como se creía, sino un "fugitivo" que logró escapar del duro entrenamiento al que estaba siendo sometido por parte del Ejército ruso para convertirse en el "guardián" de una base naval en el Círculo Polar Ártico.
Esta es al menos la teoría que apunta la doctora Olga Shpak, experta en mamíferos marinos y extrabajadora en la investigación de estos animales en Rusia durante la década de 1990. Ella se muestra "100% segura" de que esta ballena pertenecía al Ejército ruso y escapó de una base en el Ártico, donde estaba siendo entrenada para protegerla.
Esta doctora revela además el que podría ser el nombre original de esta beluga. La experta explica en este documental que cuando el animal fue avistado en Noruega, veterinarios y entrenadores rusos difundieron el mensaje de que les "faltaba una beluga llamada Andruha”.
Según Shpak, Andruha/Hvaldimir habría sido capturado por primera vez en 2013 en el mar de Ojotsk, en el extremo oriental de Rusia. Un año después, fue trasladado desde unas instalaciones propiedad de un delfinario en San Petersburgo al programa militar en el Ártico ruso, donde sus entrenadores y veterinarios siguieron en contacto.
La beluga parecía estar entrenada para identificar objetivos, poniendo su nariz para señalar diferentes lugares, sin embargo, también era traviesa. "Lo que escuché de los chicos del delfinario comercial que solían tenerla es que Andruha era listo, con lo que era una buena elección para entrenar. Pero, al mismo tiempo, era una especie de gamberro, una beluga activa", cuenta la doctora.
Y eso es precisamente lo que habría pasado. Cuando las fuerzas rusas empezaron a trabajar con este mamífero en aguas abiertas, confiando en que el animal no se alejaría nadando, simplemente los abandonó.
De 'celebridad' a un triste final
Tras aprender a alimentarse por sí misma, Hvaldimir pasó varios años viajando hacia el sur a lo largo de la costa de Noruega y en mayo de 2023 fue avistado incluso en Suecia.
En Noruega, Hvaldimir se convirtió en toda una celebridad atrayendo hasta 300 turistas por día. OneWhale denunció entonces que el cetáceo desencadenó una industria turística no regulada, por lo que instructores de buceo y operadores turísticos vendían viajes en grupo para nadar y bucear con él.
El turismo le causó un estrés visible debido a que las personas le ofrecían objetos dañinos y a veces se los introducían en la boca. Debido a ello, el animal sufrió de lesiones potencialmente mortales en los dientes y en su boca. En diferentes ocasiones se encontró con hélices de barcos y objetos afilados, denunció entonces la organización OneWhale.
Hvaldimir fue trasladado a un fiordo de la región del este de Finmark, donde las autoridades confiaban en que podría integrarse con otros ejemplares de su misma especie.
Sin embargo, la ONG OneWhale anunció en septiembre en su cuenta de Instagram la triste noticia del fallecimiento de la beluga, apuntando a un disparo como causa de su muerte. La autopsia confirmó poco después que Hvaldimir/Andruha murió después de que un palo se le incrustara en la boca.
Una muerte prematura, ya que el promedio de vida de las belugas es entre 35 y 50 años. Hvaldimir tenía 15 años cuando murió.
Animales entrenados desde la Guerra Fría
Rusia siempre se ha negado a confirmar o negar que esta ballena beluga fuera entrenada por sus militares.
Las especulaciones de espionaje de animales marinos se remontan a la Guerra Fría. Tanto Estados Unidos como la Unión Soviética entrenaron a belugas, delfines, leones marinos, focas peleteras, tiburones, rayas, tortugas y aves marinas, por sus capacidades sensoriales y físicas.
La estrategia soviética era que las belugas, los delfines, leones marinos y las focas peleteras buscaran minas submarinas y otros objetos bajo el mar. Después del colapso de la Unión Soviética, Time indica que los delfines fueron vendidos a Irán, ya que el programa de adiestramiento de mamíferos marinos fue suspendido.
Hoy en día los rusos tienen delfines militares entrenados para resolver diferentes tareas, desde analizar el fondo del océano hasta matando a buceadores extranjeros y colocando minas en los cascos de barcos extranjeros con el fin de proteger un tramo de agua. La instalación para los delfines está en Sebastopol, Crimea, y antes de 2014 estaba bajo control ucraniano.
En 2016, un nuevo programa bajo la supervisión del Ministerio de Defensa ruso comenzó a buscar nuevos reclutas para entrenar delfines de combate y focas para la marina rusa. De hecho, Time indica que ofreció hasta 24.000 dólares por cinco delfines mulares.
El Programa de mamíferos marinos en Estados Unidos, actualmente entrena a delfines mulares y leones marinos de California con el objetivo de detectar, localizar, marcar y recuperar objetos (y amenazas) en puertos, zonas costeras y en el mar abierto, explica el Centro de Guerra de Información Naval del Pacífico (NIWC Pacific). Las amenazas incluyen explosivos, minas, buzos (enemigos) y buques tripulados o no tripulados de superficie o subsuperficiales, especifica el Departamento de Estado estadounidense.
En el presente, los animales marinos no sólo son utilizados como espías por diferentes gobiernos y, por tanto, están sometidos a otros peligros. Los cetáceos, por ejemplo, son víctimas de experimentos militares. Éthique Animale denuncia que, en ocasiones, los ejércitos prueban los efectos de sus nuevas armas en objetivos en movimiento y, por tanto, atacan a los animales.
El objetivo es observar la resistencia del cuerpo de los animales ante ataques o situaciones extremas que puedan sufrir los mismos soldados durante los conflictos. Además, los animales también pueden ser sujetos de experimentación quirúrgica para que los médicos militares aprendan a tratar las heridas de armas y su capacidad de cicatrización.