La UE aprueba la entrada de Rumanía y Bulgaria a un espacio Schengen en crisis tras más de una década de bloqueo
- Austria levanta su veto a cambio de reforzar el control de la frontera entre Bulgaria y Turquía y mantener seis meses algunos controles internos.
- Más información: Bruselas sube la presión para admitir a Bulgaria y Rumanía en Schengen tras 10 años de espera
"Plenamente integrados en Schengen, donde pertenecéis", ha celebrado la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. Los ministros del Interior de la Unión Europea han aprobado este jueves por unanimidad la entrada completa de Rumanía y Bulgaria en el espacio sin fronteras Schengen a partir del 1 de enero de 2025, tras más de una década de bloqueo. El acuerdo ha sido posible después de que Austria levantara su veto, que justificaba por motivos de seguridad y presión migratoria.
El Gobierno de Viena alcanzó el pasado 22 de noviembre un acuerdo trilateral con Rumanía y Bulgaria para poner fin a su bloqueo. A cambio, Austria ha exigido un refuerzo de la frontera entre Bulgaria y Turquía, para lo que se desplegará un contingente policial multilateral de 100 guardias fronterizos. Además, se introducirán controles en las fronteras terrestres entre Hungría y Rumanía y Rumanía y Bulgaria durante un período inicial de al menos seis meses.
Con la entrada de Rumanía y Bulgaria, el espacio sin fronteras Schengen cubre ahora 29 países (25 de los 27 Estados miembros de la UE, y además Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza) y una población de 420 millones de personas, lo que lo convierte en el mayor espacio de libre circulación del mundo. Los controles en las fronteras con Chipre todavía no se han levantado, mientras que Irlanda ha decidido no formar parte de la zona Schengen.
Sin embargo, la llegada de estos dos países se produce en un momento en el que Schengen se encuentra en crisis. Un total de 10 Estados miembros (entre ellos Alemania, Francia o Italia) han reintroducido controles en las fronteras interiores en un intento de frenar la inmigración irregular, pese a las múltiples peticiones de Bruselas para limitar estos controles al mínimo posible.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que siempre ha sido uno de los principales valedores de Rumanía y Bulgaria en el Consejo de la UE, ha celebrado el acuerdo. "Era algo que la Unión Europea debía tanto a Rumanía como Bulgaria", ha dicho. Bajo presidencia española de la UE, los Veintisiete ya aprobaron el 30 de diciembre de 2023 suprimir los controles en las fronteras aéreas y marítimas con los dos países, pero no en las terrestres.
La Comisión Europea sostiene que Rumanía y Bulgaria cumplen todos los requisitos exigidos para entrar en Schengen desde 2011: gestión eficaz de fronteras, visados uniformes Schengen, cooperación con las fuerzas de seguridad de otros países y conexión con todas las bases de datos.
Sin embargo, varios países no se fiaron del dictamen favorable de Bruselas. Los más recalcitrantes han sido Países Bajos y Austria, que argumentaban que admitir a Rumanía y Bulgaria en Schengen generaría problemas en los controles fronterizos y supondría una amenaza para la seguridad. Los holandeses retiraron su veto hace un año, y desde entonces sólo quedaba el Gobierno de Viena.