
Zelenskiy, antes de reunirse con el enviado especial de Estados Unidos para Ucrania, ayer, en Kiev. Reuters
EEUU impone la ley del silencio a Zelenski en el proceso de paz para Ucrania y le presiona para quedarse con sus minerales
Siguen las críticas feroces contra el presidente Zelenski, a las que se ha sumado MikeWaltz, consejero nacional de defensa de la administración Trump.
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El enviado especial de la Casa Blanca para el conflicto entre Ucrania y Rusia, Keith Kellogg, visitó Kiev este jueves y se reunió con el presidente Zelenski. Kellogg, general retirado, fue la elección de Trump para acabar la guerra "en 24 horas" y su nombramiento llegó antes incluso de la investidura del multimillonario. Había algo en Kellogg que llamó la atención de Trump y ese algo probablemente tuviera que ver con su combinación de experiencia militar y sus nexos con el gobierno ucraniano.
Kellogg no solo se ha mostrado siempre partidario de la ayuda a Ucrania, sino que su hija, Meeghan Mobbs, dirige una fundación de ayuda a los civiles afectados por la guerra a través de la frontera con Rumanía. La reunión fue calificada por el presidente Zelenski como "constructiva y productiva"… aunque esta valoración tuvo que quedar para sus redes sociales, pues Estados Unidos se negó a llevar a cabo la anunciada rueda de prensa tras el encuentro, como es habitual en estos casos.
Es difícil saber a qué tenía miedo exactamente la Casa Blanca, si a que Zelenski respondiera a los ataques voraces del presidente Trump y su vicepresidente Vance -incluso el Consejero de Seguridad Nacional, Mike Waltz, se unió a estas críticas el miércoles por la noche en la cadena FOX- o si a que Kellogg se saliera del discurso oficial marcado desde arriba.
Porque el caso es que Kellogg es un verso suelto en la administración Trump. Todo lo que ahora mismo suene mínimamente proucraniano está condenado al ostracismo. Así, el general ha tenido que ver como sus labores se las repartían entre el Secretario de Estado, Marco Rubio, el propio Mike Waltz, y el enviado especial para el conflicto entre Israel y Hamás, Steve Witkoff, quien, en la práctica, está llevando ambas negociaciones él solo tras el éxito de su intervención en Gaza.
La verdad frente a la propaganda del Kremlin
Si tenemos esto en cuenta, lo que Zelenski pueda hablar o negociar con Kellogg tiene ahora mismo un valor muy limitado. El presidente ucraniano insistió también en sus redes sociales en la necesidad de tener una buena relación con Estados Unidos y volvió a alabar al país americano, al que calificó de gran y necesaria potencia. Zelenski sabe que cualquier movimiento en falso será utilizado por los altavoces del movimiento MAGA para poner al pueblo estadounidense en su contra y en favor, sorprendentemente, de Putin.
La posición de Trump ha ido escorándose con el tiempo en favor del Kremlin, algo que tampoco sorprende, aunque sí la virulencia con la que se está distanciando del consenso occidental. El siempre moderado Zelenski advirtió a su homólogo estadounidense de que estaba "mal informado"… y es que lo único que han hecho Trump y su entorno en los últimos días es repetir al pie de la letra la propaganda rusa: Zelenski es un interlocutor ilegítimo porque no ha convocado elecciones -la ley marcial se lo impide… a él y a cualquiera que viva en un país medio sensato-, la situación en el frente es insostenible para Ucrania, Rusia se está reservando sus mejores armas para más adelante y, en realidad, hubiera bastado con rendirse desde el principio para evitar el baño de sangre.
I had a productive meeting with @SPE_Kellogg—a good discussion, many important details. I am grateful to the United States for all the assistance and bipartisan support for Ukraine and the Ukrainian people.
— Volodymyr Zelenskyy / Володимир Зеленський (@ZelenskyyUa) February 20, 2025
It’s important for us—and for the entire free world—that American… pic.twitter.com/LH2vNGVGFQ
La naturalidad con la que Trump repite todas estas mentiras -nunca hubo opción a una negociación justa, ni en Estambul ni en ningún lado, la situación actual de Ucrania en el frente es mucho mejor que la de febrero de 2022 y, desde luego, Zelenski no es ningún "dictador"- está dejando pasmados a muchos de los que no le conocían. A los que venían siguiendo sus halagos a Putin y recuerdan cómo acogió la invasión de Ucrania en sus primeros días –"es un genio", llegó a declarar, refiriéndose al presidente ruso-, esto no les sorprende tanto.
La batalla por los “minerales raros”
Dicho esto, no se puede obviar que el discurso del gobierno estadounidense se ha radicalizado especialmente desde que Zelenski recibiera al Secretario del Tesoro, Scott Bessent, y se negara a firmar un documento por el cual vendía la mitad de los "minerales raros" ucranianos a precio de baratija. Ni Bessent ni Trump, adinerados hombres de negocios, se han tomado a bien esta negativa. Querían mucho a cambio de prácticamente nada y Zelenski se les ha cruzado en el camino.
Basta con ver la cronología para darse cuenta de que la compra de los minerales está detrás de mucho de lo que está pasando: Bassent visitó Kiev el miércoles 12 de febrero por la mañana, Trump llamó por la tarde a Putin y por la noche ya estaba criticando al presidente ucraniano en rueda de prensa. Desde entonces, los ataques han sido constantes y los lazos con Rusia han ido estrechándose mientras se rompían también las viejas amistades con la Unión Europea. No puede ser casualidad.
Thank you, Mr. President! We are grateful for your Historic Leadership bringing Peace and Prosperity to our Country and the World. https://t.co/YAae7UvrHU
— Secretary of Treasury Scott Bessent (@SecScottBessent) February 18, 2025
Trump quiere esos minerales raros porque considera que es la única manera que tiene Ucrania de devolverle a Estados Unidos todo lo que ha invertido en su defensa. Forma parte de la narrativa por la cual Biden se dejó engañar por Zelenski durante tres años. El propio Zelenski ha manifestado en repetidas ocasiones que no tendría problema en utilizar esos minerales como garantía de pago… pero la oferta de Trump parte, como siempre, de la mentira: exagera las cifras y exige unas compensaciones que no tuvo que soportar ni Alemania después de la I Guerra Mundial.
Por eso, pese a las presiones, Zelenski se niega a un acuerdo así. Por eso y porque, digan lo que digan en Moscú y en Washington, su posición no es tan desesperada. Rusia lleva desde verano intentando tomar Pokrovsk y no lo consigue. Tampoco consigue expulsar a los ucranianos de sus posiciones en Kursk. El Institute for the Study of War publicaba este jueves un informe en el que se contemplaba un posible colapso ruso para 2026 o 2027: la pérdida de blindados es enorme, las balas no se reponen a la velocidad a la que se gastan, el acuerdo con Irán no incluye la defensa mutua y la inflación está arruinando a millones de rusos. Con esa perspectiva, rendirse a cambio de tan poco sería una locura.