Un militar ruso camina entre ruinas en Sudzha.

Un militar ruso camina entre ruinas en Sudzha. Ministerio de Defensa ruso

Europa

Caos y repliegue en Kursk: soldados ucranianos describen como una "película de terror" sus combates contra los rusos

Tropas ucranianas relatan su huida de la región rusa ocupada entre ataques de drones y carreteras bloqueadas por vehículos destruidos, según un reportaje de la BBC.

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E. E.
Publicada

Soldados ucranianos que combatieron en la región rusa de Kursk han descrito escenas "como de una película de terror" durante su retirada del frente, según un reportaje de la BBC. Las tropas relatan una retirada "catastrófica" bajo intenso fuego enemigo, con columnas de equipos militares destruidos y ataques constantes de enjambres de drones rusos, lo que dificultó enormemente su repliegue.

Uno de los soldados, identificado como "Volodymyr" para proteger su identidad, informó que el 9 de marzo aún se encontraba en Sudzha, donde prevalecía el "pánico y colapso del frente". Las tropas ucranianas intentaban evacuar la zona, pero los convoyes de soldados y equipos eran atacados por drones rusos en las carreteras, haciendo imposible la retirada durante el día. Según su testimonio, el camino que conectaba Sudzha con la región ucraniana de Sumy, antes seguro, quedó bajo el fuego enemigo, con varios drones sobrevolando la zona en todo momento. "En un minuto podías ver dos o tres drones. Es demasiado", afirmó.

Otro militar, "Maksym", indicó que Rusia había acumulado una fuerza considerable para retomar la ciudad, incluyendo un gran número de soldados norcoreanos. Según estimaciones de expertos militares, Moscú desplegó hasta 70.000 efectivos en la región, de los cuales 12.000 serían combatientes procedentes de Corea del Norte. Rusia también reforzó su ofensiva con unidades de drones de última generación, utilizando modelos kamikaze y otros operados en primera persona (FPV), que tomaron el control de las principales rutas logísticas ucranianas.

Entre ellos había drones conectados mediante cables de fibra óptica, imposibles de interferir con contramedidas electrónicas.

"Maksym" relató que estos drones consiguieron destruir decenas de vehículos militares, generando grandes atascos en las rutas de suministro. Con el avance ruso, los ucranianos recibieron la orden de retirarse de manera organizada, aunque la realidad en el terreno convirtió ese repliegue en un éxodo caótico.

Por su parte, "Anton", que servía en el cuartel general del frente de Kursk, calificó la situación de "catastrófica". Explicó que las líneas de suministro habían sido completamente interrumpidas, dejando a las tropas sin acceso a armas, municiones, alimentos ni agua. "La logística ha dejado de funcionar. Las entregas organizadas de material ya no son posibles", aseguró. Para escapar de Sudzha, tuvo que caminar de noche, enfrentándose al constante hostigamiento de drones. "Casi morimos varias veces. Los drones no desaparecen nunca del cielo", relató. En su opinión, la situación en Kursk se había vuelto insostenible y mantener esa posición carecía de sentido desde el punto de vista militar.

Otro testimonio, el de "Dmytro", refuerza la idea del colapso. En mensajes en redes sociales del 11 y 12 de marzo, este soldado comparó la retirada con "una escena de una película de terror", describiendo carreteras llenas de vehículos destruidos y numerosos heridos y fallecidos. Relató cómo su vehículo quedó atascado y, al intentar liberarlo junto a sus compañeros, fueron atacados por un dron FPV. Aunque el impacto no alcanzó el coche, uno de sus compañeros resultó herido. Para evitar ser detectados nuevamente, tuvieron que esconderse en un bosque durante dos horas antes de ser rescatados.

Según su testimonio, muchos soldados ucranianos se vieron obligados a huir a pie, recorriendo distancias de hasta 20 kilómetros en condiciones extremas. "Lo que era difícil y crítico se convirtió en catastrófico", lamentó. Días después, el 14 de marzo, concluyó con un mensaje desolador: "Todo ha terminado en Kursk... la operación no tuvo éxito".

Sin embargo, no todos los relatos transmiten el mismo pesimismo. "Artem", hospitalizado tras ser alcanzado por metralla en un ataque con dron, aseguró que los combates en la zona occidental de la región, cerca de la aldea de Loknya, seguían siendo intensos. Según él, las tropas ucranianas resistían y "luchaban como leones". Creía que la ofensiva había logrado ciertos objetivos, como la creación de una franja de amortiguación que impedía a las fuerzas rusas avanzar hacia Sumy.

A pesar de ello, la realidad es que la situación en el frente ha cambiado significativamente en los últimos meses. Según analistas militares, Ucrania ha perdido dos tercios de los 1.000 km² que había conseguido controlar al inicio de la ofensiva. El jefe del Ejército ucraniano, Oleksandr Syrskyi, ha asegurado que las tropas han retrocedido a "posiciones más favorables" y que permanecerán en Kursk "mientras sea conveniente y necesario".

El presidente Volodímir Zelenski declaró la semana pasada que la ofensiva había "cumplido su cometido" al obligar a Rusia a desviar tropas desde el este, aliviando la presión sobre la estratégica ciudad de Pokrovsk. No obstante, las dudas persisten sobre el costo real de la operación y si el sacrificio de tantos efectivos y material ha valido la pena.