Se calcula que en la ciudad de Mosul, controlada por el grupo terrorista Estado Islámico (EI) desde 2014, aún viven 1,2 millones de personas, de las cuales la mitad son menores. Tras dos años bajo el yugo del EI, las tropas iraquíes y kurdas -con la ayuda de la coalición internacional- se encuentran ya a escasos 20 kilómetros de la urbe preparando el asalto final para reconquistarla.
Save the Children teme lo que les pueda suceder a los 600.000 niños de Mosul durante el fuego cruzado y ha pedido este jueves que se establezcan rutas seguras de escape y otras medidas de protección civil.
Los terroristas que aún controlan la ciudad están rodeados por todos los flancos excepto por el norte, lo que también podría facilitar la huida a los civiles y evitar que los puedan usar como escudos humanos, apuntaba recientemente en EL ESPAÑOL el investigador principal de Seguridad y Defensa del Real Instituto Elcano, Félix Arteaga. Pero admitía que evitar víctimas civiles no sería fácil.
Save the Children alerta este jueves en un comunicado de que "sin vías de escape seguras, los que intenten huir podrían enfrentarse a francotiradores, minas terrestres y a ser capturados o ejecutados" por los terroristas.
Se prevé un posible éxodo masivo de la población de Mosul para el que se están preparando Naciones Unidas y organizaciones de ayuda humanitaria en lo que será "una de las respuestas humanitarias más difíciles de los últimos años", adelanta esta ONG. Sin embargo, la ONU únicamente ha recaudado un 48% de la ayuda humanitaria que solicitó.
“Mosul es una ciudad llena de niños y la comunidad internacional debe hacer mucho más para asegurarse de que están seguros. Si ignoramos esta tragedia, cientos de miles de niños pagarán por ello”, ha advertido el director de la ONG en Irak, Maurizio Crivallero.
Una madre que recientemente huyó de la ciudad ha contado a Save the Children cómo ella y sus tres hijos, entre ellos un bebé de cuatro meses, esquivaron las balas cuando atravesaron la línea de combate. Otros dos jóvenes que son hermanos también relataron cómo huyeron corriendo descalzos hacia las afueras de la ciudad, dejando a su madre en avanzado estado de gestación atrás.
“Para las familias es imposible tomar una decisión. Si se quedan, sus hijos pueden quedar atrapados en medio del conflicto y llegar a quedarse sin comida y medicinas. Y si deciden huir tendrán que enfrentarse a los disparos de los francotiradores y a las minas terrestres”, ha asegurado Crivallero.
No será la primera operación de reconquista de una ciudad controlada por el Estado Islámico en Irak, pero sí la que se va a librar en la mayor urbe y con mayor población hasta ahora. Crivallero ha subrayado: "Ahora la prioridad es asegurar que las familias estén a salvo mientras huyen y que estén adecuadamente protegidos si logran salir con vida”.
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