La campaña militar que lidera el Ejército iraquí para liberar Mosul del grupo terrorista Estado Islámico se alargará al menos hasta enero de 201. Esa es la fecha que calculan los analistas del Instituto para el Estudio de la Guerra con sede en Estados Unidos y delegados en Irak (ISW, por sus siglas en inglés). La operación comenzó el 17 de octubre desde las afueras de la segunda ciudad más grande del país y segundo bastión más importante del EI, tan sólo por detrás de su “capital” en Siria, Raqa.
Las fuerzas iraquíes y kurdas avanzaron rápidamente con el apoyo de la coalición internacional en las primeras semanas, hasta que el 1 de noviembre los militares consiguieron entrar en la ciudad que lleva más de dos años tomada por el grupo terrorista. Se abrieron paso por el este y la temida complejidad de la batalla urbana se ha cumplido: “siguen atrincheradas en los mismos barrios que ocuparon” entonces, explica el ISW en su análisis periódico de la situación. La resistencia del Daesh (acrónimo del árabe para el EI) es fuerte, añade.
Las tropas iraquíes siguen atrincheradas en los mismos barrios que ocuparon
Los avances se limitan a la periferia de Mosul; el más notable, la toma por parte de las milicias chiíes de una base aérea el 16 de noviembre. Progresar por las calles de la ciudad es otra historia.
La Policía Federal iraquí anunció el pasado 19 de noviembre que había asegurado sus posiciones al sur del bastión terrorista y se preparaba para entrar por esa zona de la ciudad, donde lucharían por recuperar el aeropuerto y la base militar. Sin embargo, ha pasado casi una semana y esas importantes infraestructuras siguen en manos de los terroristas.
El jefe de los combatientes chiíes, Abu Mahdi al Mohandes, aseguró este jueves en un comunicado recogido por Efe que Mosul está rodeada “por completo”, excepto la carretera que une este bastión del grupo terrorista con la localidad cercana, también en sus manos, de Tel Afar.
Sin embargo, el investigador principal de Seguridad y Defensa del Real Instituto Elcano (RIE), Félix Arteaga, es escéptico: “Con el ritmo actual, cuando se dice que se ha cercado la ciudad, el círculo es tan amplio y la capacidad de controlarlo es tan limitada... La prueba es que sigue saliendo gente”. La Organización Internacional de la Migración calcula que hay 68.100 desplazados por la campaña militar sobre Mosul.
EL PARÓN REVELA FALTA DE PREPARACIÓN
Pero la cantidad de información se ha reducido mucho en las últimas semanas y en las imágenes de satélite tampoco se observan grandes movimientos, indica Arteaga. “No hay muchas noticias de las propias fuentes del mando de las operaciones, lo cual seguramente quiere decir que la cosa se está estancando, porque rápidamente en cuanto hay un pequeño avance, lo airean”, comenta.
"Hay que dar tiempo a la liberación de la ciudad (iraquí) de Mosul. Esto va lentamente porque el EI quiere más víctimas", dijo el ministro de Exteriores iraquí, Ibrahim al Yafari, esta semana. Aseguró que el grupo terrorista emplea a los civiles como escudos humanos, lo que obliga a las fuerzas iraquíes a “avanzar lentamente”. “Para que haya menos víctimas, hay que dar tiempo”.
El coronel retirado y experto en geoestrategia Pedro Baños cree que el parón es señal de que la operación militar no va bien, al igual que Arteaga y los analistas del ISW. Señalan que el Ejército iraquí sufrió grandes bajas y que las tropas no están bien preparadas. A ellos se suma que el Servicio Antiterrorista -que es “la mayor unidad de élite del Ejército iraquí y la única con suficiente entrenamiento en batallas urbanas”, según el ISW- tiene ya otros enfrentamientos duros tras de sí, la reconquista de Ramadi en enero, Faluya en junio y Qayyarah en agosto. Ello les ha dado “un tiempo limitado para reagruparse” antes de atacar al Estado Islámico en Mosul.
Baños considera que una parada operacional es una excusa, porque ya hicieron una hace dos semanas y si las tropas estuvieran bien preparadas, no debería hacer falta. Él cree que "la gran diferencia está en la moral" de las tropas. “El Estado Islámico cree que está defendiendo lo que es su territorio y el otro bando está actuando fuera de su escenario natural”, destaca, pues es una zona suní y entre la población, inicialmente, hubo muchos que los apoyaron porque pensaron que venían a mejorar sus condiciones de vida, pues se sentían marginados por Bagdad.
La gran diferencia está en la moral de las tropas. El Estado Islámico cree que está defendiendo lo que es su territorio y el otro bando está desgastado y actuando fuera de su escenario natural
Las fuerzas especiales están ya muy "desgastadas" por las ofensivas anteriores, coinciden Baños y Arteaga. Y la Policía Federal al sur, no está preparada para la resistencia que se está encontrando, mayor de la prevista.
El ministro de Exteriores iraquí presume de que hasta ahora han matado a 1.700 terroristas del EI en la batalla por Mosul, han desactivado más de 650 bombas colocadas en vehículos y actualmente tienen a 120 rehenes del EI. Pero lo cierto es que la situación en la ciudad está bloqueada.
“Del paseo militar (del inicio de la ofensiva), hemos pasado a una temporada de invierno”, expone el analista del RIE. “La visión de que las fuerzas iraquíes estaban bien entrenadas... Lo estarían para un combate convencional, pero no urbano. Si siguen con este ritmo, irán más poco a poco, pero el resultado es el mismo”, comenta Arteaga, que ve factible que sea ya Donald Trump -que toma la presidencia de Estados Unidos el 20 de enero- quien “se apunte el tanto” de la derrota en Mosul.
¿CIVILES QUE AYUDAN AL DAESH?
Si ahora la batalla se encuentra estancada en el este de la ciudad, la única zona donde los militares ya han entrado, según avancen hacia el oeste será más difícil. La mayoría de la población se encuentra concentrada en la zona occidental, especialmente en el centro histórico, donde las calles “laberínticas y estrechas” dificultarán el movimiento y la visión, señala el ISW. Además, Al Qaeda operaba antes en ese área de la ciudad, por lo que aún puede tener “redes capaces” de oponer resistencia al Ejército iraquí e incluso una “población reacia a las fuerzas gubernamentales”.
En estos ejércitos no profesionales que se forman por un aluvión de civiles, hay que contar con elementos infiltrados
Arteaga va más allá y considera muy probable que el Ejército iraquí tenga infiltrados del EI entre sus filas en los rangos más bajos. No necesariamente miembros del grupo terrorista, pero sí simpatizantes que les informen. “En estos ejércitos que se forman por un aluvión (de civiles), no ha existido filtrado. Es el problema de los ejércitos no profesionales. Hay que contar con elementos infiltrados”, dice sin dudar. De hecho, considera que los servicios de inteligencia contarán con ello.
Baños no está de acuerdo en este punto, por provenir principalmente de una cultura principalmente chií frente a la esencialmente suní del EI. Cree que en caso de suceder, será algo anecdótico. “Puede ser, pero ahora mismo es muy difícil”. Arteaga recuerda que cuando el Daesh se hizo fuerte en 2014, tenía infiltrados en el Ejército, aunque descarta que ahora los tenga al mismo nivel. El investigador busca tranquilizar de otra forma: “Afortunadamente hay bastante falta de información, lo contrario sería dar muchas pistas” a los terroristas.
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