Protestas contra la guerra de Gaza, el día inaugural de la Convención Nacional Demócrata en Chicago, Illinois.

Protestas contra la guerra de Gaza, el día inaugural de la Convención Nacional Demócrata en Chicago, Illinois. Efe

Oriente Próximo

Netanyahu acepta el plan de alto el fuego en Gaza en plenas protestas durante la Convención Demócrata

Blinken urge a Hamás a ratificar el pacto, que podría ser crucial para la campaña electoral de Kamala Harris.

20 agosto, 2024 03:58

El acuerdo para alcanzar una tregua en la Franja de Gaza podría estar más cerca de materializarse. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha dado luz verde a la última propuesta presentada por Estados Unidos para un pacto de alto el fuego en el enclave palestino. Así lo ha confirmarlo este lunes el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, al término de su "constructivo" encuentro en Jerusalén con el mandatario hebreo. El respaldo israelí al plan de Washington es llamativo por el momento en el que se produce, precisamente, en vísperas de la Convención Demócrata que encumbrará a Kamala Harris como candidata a la Casa Blanca, que ha dado su pistoletazo de salida este lunes en Chicago, en medio de un fuerte despliegue policial y con protestas masivas contra la guerra en Gaza como telón de fondo.

"Es un momento decisivo, probablemente la mejor y tal vez la última oportunidad para devolver a los secuestrados a casa, para lograr un alto el fuego". Con esta contundente advertencia tanto a Israel como a Hamás, Blinken arrancaba este lunes por la mañana su reunión con los mandatarios hebreos, primero en Tel Aviv con el presidente israelí, Isaac Herzog, y después en Jerusalén con el primer ministro Benjamin Netanyahu. 

El máximo responsable de la diplomacia de EEUU, que visitaba Israel por novena vez desde el estallido de la guerra para impulsar los esfuerzos de la diplomacia internacional para lograr un acuerdo, mostró su optimismo ante la postura israelí poco después de concluir su encuentro con Netanyahu. Horas después, el propio Blinken confirmaba que "Israel acepta la propuesta de transición", planteada por Washington la semana pasada en las negociaciones en Doha, para "para intentar superar las diferencias entre las partes".

Tras el visto bueno de Netanyahu para tratar de sellar un acuerdo esquivo tras meses de intentos fallidos, Blinken ha emplazado a Hamás a aceptar la iniciativa. "El siguiente paso es que Hamás diga que sí", ha avisado el secretario de Estado estadounidense.

Pese a que el grupo terrorista no asistió a la última ronda de negociaciones, Hamás ha arremetido en las últimas horas contra el último plan de EEUU al considerar que éste se pliega a las exigencias de Israel. 

EEUU ya había presentado varios borradores de acuerdo antes de su última y definitiva propuesta. Hamás lo aceptó en un primer momento, aunque acusó a Netanyahu de poner nuevas condiciones, como el control israelí del estratégico Corredor de Filadelfiaque abarca toda la línea fronteriza entre Gaza y Egipto.

Y, precisamente, este es uno de los puntos que más fricciones genera entre ambas partes para rubricar un acuerdo. El líder israelí sigue sin dar su brazo a torcer, también se lo habría trasladado a Blinken en su encuentro de este lunes, y, según un comunicado de la oficina de Netanyahu, se habría mantenido firme en su intención de no retirar a sus tropas del Corredor de Filadelfia, al igual que la de no cesar la ofensiva militar hasta desmantelar al grupo islamista.

Una fotografía proporcionada por la Oficina del Gobierno de Israel  muestra a Benjamin Netanyahu, estrechando la mano del secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, durante una reunión en Jerusalén.

Una fotografía proporcionada por la Oficina del Gobierno de Israel muestra a Benjamin Netanyahu, estrechando la mano del secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, durante una reunión en Jerusalén. Efe

Se espera que las negociaciones se reanuden esta semana en El Cairo con la propuesta de Washington sobre la mesa y el objetivo de superar las brechas entre Israel y Hamás. 

Las difíciles negociaciones de estos últimos meses han girado en torno a los mismos asuntos. Por una parte, Tel Aviv advirtiendo de que la guerra sólo puede terminar con la destrucción de Hamás como fuerza militar y política; y, por otra, con la milicia terrorista dejando claro que solo aceptará un alto el fuego permanente, nunca temporal.

Protestas multitudinarias 

Mientras tanto, Chicago se ha blindado con una fuerte presencia policial y cordones de seguridad en el día inaugural de la Convención Nacional Demócrata, ante las protestas previstas de miles de manifestantes para denunciar la postura del Gobierno de Joe Biden en la guerra en Gaza. 

La protesta ha sido convocada por más de 200 organizaciones de todo el país. Han acudido activistas y votantes defraudados con la gestión del conflicto por parte de la Administración Biden, que esperan generar suficiente presión para forzar a la próxima candidata presidencial Kamala Harris un cambio en la política del país hacia el conflicto en Oriente Próximo.

Protestas contra la guerra de Gaza, el día inaugural de la Convención Nacional Demócrata en Chicago, Illinois.

Protestas contra la guerra de Gaza, el día inaugural de la Convención Nacional Demócrata en Chicago, Illinois. Efe

El tema es crucial para los manifestantes. La gran mayoría de ellos considera que, en función de la postura que adopte Harris sobre el conflicto, determinará su voto en las urnas el próximo 5 de noviembre, en unas apretadas elecciones donde la candidata demócrata aventaja a su rival, el expresidente Donald Trump, por solo tres puntos porcentuales, según una encuesta publicada este domingo por CBS News.

La guerra en Gaza se ha convertido en un quebradero de cabeza para los demócratas, un problema político que provoca una gran desafección, especialmente, entre los jóvenes. Hasta un 45% de los votantes menores de 30 años rechaza la gestión del Gobierno de Biden en el conflicto bélico, según una encuesta de Siena College/New York Times.

De hecho, a principios de año, las protestas del movimiento estudiantil en apoyo a Gaza irrumpieron en los campus universitarios hasta extenderse por todo el país. Las manifestaciones reflejaron este sentimiento propalestino y en algunos estados desembocó en una alta abstención durante el proceso de las primarias del Partido Demócrata.

Este descontento se coló incluso en varios de los actos de campaña de los demócratas, en los que Harris se mostró tan incómoda con este asunto que, incluso, mandó a callar, el pasado 8 de agosto, con un cortante "estoy hablando yo" a varios manifestantes tras ser interrumpida en un acto electoral.

Dos días después, el 10 de agosto, Harris se mostró más flexible con las protestas en sus mítines y fijó su postura: "Es momento de un alto el fuego en Gaza".

Se da la circunstancia de que el fuerte rechazo a la guerra en Gaza encuentra ciertos paralelismos entre la actualidad y el verano de 1968. Un año en el que las imágenes de la brutal represión policial a los manifestantes en contra de la guerra de Vietnam en los márgenes de la Convención Demócrata dieron la vuelta al mundo. Y, de nuevo, con Chicago como la sede del gran evento electoral del partido.

Balance de 10 meses de guerra

La guerra entre Israel y Hamás estalló 7 de octubre del año pasado con un ataque de Hamás contra Israel que dejó unos 1.200 muertos y 251 secuestrados.

Desde entonces, las fuerzas israelíes han atacado por aire, tierra y mar la Franja de Gaza, donde ya suman más de 40.000 muertos, 92.000 heridos, 10.000 desaparecidos bajo los escombros y 1,9 millones de desplazados que sobreviven una crisis humanitaria sin precedentes.

La reciente visita de Blinken, tras las negociaciones en Doha entre Israel y mediadores, refleja un esfuerzo diplomático que trata de poner fin a este conflicto y facilitar la liberación de rehenes israelíes, así como la entrada de ayuda humanitaria vital.

Está por ver si, tras la aprobación de Israel al último plan de Washington, Hamás cede finalmente y también lo respalda, propiciando así el tan ansiado alto el fuego de esta cruenta guerra que ya dura más de diez meses.