Cuando los científicos se jugaban la vida para recoger muestras
Es sorprendente como ha ido avanzando la tecnología en poco tiempo, pero los avances en ciencia, y sobre todo en las técnicas de laboratorio, no se quedan atrás. Los aparatos de los laboratorios han evolucionado bastante bien, y que se lo digan a los investigadores, pues no hace tantos años debían recoger muestras de sustancias… con la boca
La pipeta moderna, todo un invento
Pues si, aunque parezca extraño, hubo una época donde a los investigadores les tocaba tomar muestras con pipetas y aspirar la muestra con la boca, como si fuera una pajita, con el peligro que eso podría conllevar. Porque claro, una cosa es pipetear (tomar muestras) de líquidos inocuos e inofensivos, como podría ser el agua, pero en muchas ocasiones es necesario tomar muestras bastante más peligrosas, como ciertos tipos de bacterias que causarían infecciones tan solo por ingerirlas (y claro, si estás usando tu boca para tomar la muestra con una pipeta, la cosa es bastante probable).
Así describe la técnica Rebecca Kreston en Discover Magazine, muy curioso:
“¿Qué es exactamente pipetear con la boca, me atrevo a preguntar? Pues es lo mismo que insertar un tubo capilar de vidrio en la boca. Se coloca el extremo opuesto, de forma cónica, en una solución: Microorganismos, sangre, cultivos celulares, a elegir. Con un método que imita cuidadosamente a la succión de una pajita, se aspira la solución hacia arriba mediante la boca jugando con las presiones de aspiración y el volumen de la pipeta. Es necesario mantener una aspiración optima, sin pasarse, y sin llegar a sorber la solución. Cuidado, hay que mover suavemente el extremo de la pipeta de la solución hacia el sitio deseado”
Si, si lo habéis entendido bien, es lo mismo que coger una pajita y aspirar agua, intentando no tragar esa agua y llevar la solución a otro sitio (sin que se caiga, y sin absorberlo). Todo muy complicado y peligroso, y bastante desagradable, pues se puede llegar a la intoxicación fácilmente.
Vía | Discover.