"Origen" se hace real: Científicos descubren como controlar el sueño lúcido
Aunque la película Origen (Inception) tenía una doble trama de ciencia-ficción, cada vez se está acercando más a la realidad. Por un lado, se explicaba la posibilidad de implantar recuerdos falsos a los individuos, pero mediante el control del sueño lúcido. La primera parte se confirmó, pues si es posible la implantación de recuerdos falsos. Sin embargo, el control del sueño lúcido aún era una utopía… hasta ahora.
Los misterios del sueño lúcido
En primer lugar, debemos explicar qué es el sueño lúcido. Seguramente todos lo habéis sentido en algún momento, aunque no habréis podido inducirlo o controlarlo voluntariamente. El sueño lúcido es esa parte del sueño donde somos conscientes de que estamos soñando, por lo que de alguna manera si tenemos cierto control del sueño y podemos ir cambiándolo a voluntad, hasta ciertos límites claro. Como y porque sucedía esto era un misterio, al menos hasta ahora.
En el pasado año 2010 ya se empezó a vislumbrar algún dato nuevo sobre el tema gracias a Ursula Voss y sus colegas de la Universidad JW Goethe de Frankfurt, Alemania. Estos investigadores entrenaron a unos voluntarios para que movieran los ojos en un patrón específico durante un sueño lúcido. Así, mientras dormían, se les monitorizó su cerebro y se descubrió que se elevaban unas ondas cerebrales en particular: Las ondas gamma. Este tipo de onda se produce cuando diferentes grupos neuronales sincronizan su actividad en zonas de la parte frontal del cerebro, concretamente los lóbulos frontales y temporales.
El control del sueño lúcido es posible
No contentos con esto, este mismo grupo de investigadores quería saber si dichas ondas cerebrales causaban los sueños lúcidos, o si tanto las ondas como los sueños eran consecuencia simultánea de algo. Así pues, empezaron otro estudio con 27 voluntarios a los que se les estimuló el cerebro mientras dormían con una técnica no invasiva llamada corriente alterna transcraneal.
Durante varias noches, los voluntarios fueron monitorizados mediante electroencefalogramas para identificar cuando entraban en la fase REM del sueño. En ese momento, recibían una estimulación eléctrica a una frecuencia de entre 2 y 100 herzios durante dos minutos, o una simulación sin ningún tipo de estimulación, según el caso. Posteriormente se despertaba a los participantes y se les pedía que calificaran la conciencia del sueño en una escala estándar.
En un trabajo previo se había demostrado que tres de los ocho factores de la escala se incrementaban durante el sueño lúcido, como la conciencia de los sueños, el control sobre la trama o la perspectiva en tercera persona. Y si, durante la estimulación transcraneal a unos 40 Hz, los voluntarios reportaron un aumento de esos mismos factores, justo a la vez que se incrementaba la actividad de las ondas cerebrales gamma. Las frecuencias mayores o menores a esta cifra no tenían efectos en el sueño lúcido.
La importancia de las ondas gamma en el cerebro
Según los investigadores, las ondas gamma tendrían la función de ayudar a la sincronización de diferentes áreas cerebrales. Sería como una forma de “atar” pensamientos y sentimientos para llegar a una experiencia cohesiva. En este caso, las áreas implicadas serían los lóbulos frontales y temporales, involucrados en la toma de decisiones y la memoria y constituyendo las zonas del cerebro más evolucionadas del cerebro humano. Eso si, cabe destacar que estas áreas no se encuentran normalmente sincronizadas en la fase REM, pero si lo están cuando estamos despiertos. Por ello, el aumento de las ondas gamma produciría una sincronización puntual mientras el resto del cerebro duerme.
Finalmente, los científicos afirman que la estimulación cerebral ayudaría a tratar a personas con trastornos de estrés postraumático o que sufren pesadillas recurrentes, por ejemplo, gracias a la activación selectiva de sueños lúcidos. Así podrían tomar el control y hacer sus sueños menos aterradores. Al menos esa es la idea que tienen hasta ahora, pero creen que es posible que haya más aplicaciones para el descubrimiento, aunque por el momento las desconocen.
Vía | New Scientist.