Consiguen conectar dos cerebros a distancia por Internet y que se respondan preguntas

Conectar dos cerebros a distancia ya era posible, pero ahora incluso han conseguido hacerse preguntas y responderlas.

¿Y si pudiésemos hablar con otra persona sin necesidad de coger el teléfono? No estamos hablando de telepatía, sino de capturar nuestras ondas cerebrales y enviarlas por Internet.

El pasado Enero os hablábamos de un experimento por el que un científico consiguió mover la mano y los pies del otro a miles de kilómetros de distancia, y así mandar un mensaje, pero desde luego esa no es la manera ideal de comunicarse.

Conectar dos cerebros a distancia puede ser el método de comunicación del futuro

Ahora científicos de la Universidad de Washington han conseguido ir más allá, conectando dos cerebros a través de Internet que pudieron comunicarse entre sí; es el experimento de comunicación entre cerebros más complejo hasta la fecha que se haya conseguido en humanos, y abre la puerta a comunicarnos con nuestros pensamientos.

comunicacion cerebro 1

El experimento conectó a cinco pares de personas, separadas por unos 16 kilómetros de distancia, cada una en habitaciones cerradas. A una persona se le mostraba un objeto en una pantalla, y la segunda persona le mandaba una pregunta de Sí/No haciendo click con un ratón; la primera persona entonces tenía que responder a la pregunta mirando a unas luces LED que se encendían de manera intermitente con distinta frecuencia.

comunicacion cerebro 2

Esa información era capturada con un gorro de electrodos y enviada al que había hecho la pregunta por Internet; este la recibía directamente al cerebro por un inductor magnético situado detrás de la cabeza, que estimulaba la corteza visual del cerebro para que “viese” los mismos destellos que había visto la persona que respondía. En 20 rondas de este juego con cinco pares de personas, eran capaces de responder correctamente un 72% de las veces.

Por lo tanto, no es una comunicación muy precisa, aunque algunos errores se achacan a no saber interpretar los destellos que “vienen del cerebro”, y no de los ojos. Así que la investigación continúa para averiguar cómo es posible solucionar ese y otros problemas.

Fuente | CNET