29 minutos para llegar de Londres a Nueva York. Ese es el tiempo que promete Elon Musk con su última locura para revolucionar los transportes en la Tierra.
Hace un año, durante el Congreso Internacional de Astronáutica, Elon Musk dio muchos detalles de su plan para colonizar Marte. Ese es el objetivo de SpaceX y para ello idearon un Sistema de Transporte Interplanetario.
Hoy, Congreso Internacional de Astronáutica 2017 que se celebra en Australia, Elon Musk ha vuelto a dar una conferencia en la que no solo ha perfilado más detalles de la misión a Marte, sino que ha mostrado al mundo una nueva forma de transporte en la Tierra usando sus cohetes reutilizables. Literalmente promete transportar pasajeros a cualquier punto del planeta en menos de 1 hora.
Viajes a 27.000 km/h: 30 minutos separan los destinos más comunes
SpaceX centrará todos sus esfuerzos en crear un super cohete, un bicho enorme que es clave en el sistema de transporte interplanetario que proponen y que, de momento, se denomina Big Fucking Rocket (BFR como nombre más amigable).
Sin embargo, más allá de la misión a Marte, la conferencia de Musk dará que hablar por el uso del BFR en la Tierra. Sí, SpaceX quiere transportar personas de un punto a otro del planeta usando cohetes y en tiempos de récords. Un plan tan bruto que se antoja como imposible.
Para que imaginemos como sería, SpaceX ha preparado uno de esos bonitos vídeos que tan bien saben hacer y que nos pintan las cosas tan sencillas como tomar avión:
El protagonista: Big Fucking Rocket
En él vemos cómo sería una jornada cualquiera en un futuro en el que un centenar de pasajeros viajaría Nueva York a Shanghai en 39 minutos. Un barco transportaría a los pasajeros hasta una plataforma flotante en la que se encontraría el enorme BFR. Allí el cohete se lanzaría con los pasajeros hasta alcanzar una órbita baja.
En un punto, el propulsor del BFR se suelta de la cabina principal (e idealmente también regresaría a la Tierra en perfecto estado para ser reutilizado). Mientras tanto, la unidad principal del Big Fucking Rocket viajaría a 27.000 kilómetros por hora hasta su destino.
El aterrizaje sería, por supuesto, en vertical. Exactamente del mismo modo que hemos visto aterrizar a los Falcon 9 en los últimos meses sobre plataformas.
Hong Kong – Singapur en 22 minutos. Los Ángeles – Toronto en 24 minutos. Nueva York – París en 30 minutos… En definitiva: 30 minutos o menos para completar los trayectos más comunes y literalmente menos de 1 hora para conectar dos puntos cualquiera del planeta.
Todo es muy bonito, pero de momento el plan pinta más imposible que real, sobre todo por las múltiples incógnitas y desafíos a los que habría que enfrentarse en un escenario así.
¿Qué ocurrirá a los pasajeros al someterse a esas aceleraciones y viajes a 27.000 km/?, ¿qué precio tendrán los viajes? Musk asegura que los costes serán “súper reducidos”. ¿Estará la tecnología tan pulida y avanzada como para asegurar que no hay riesgos? Es cierto que en los últimos tiempos hemos visto muchos Falcon9 aterrizar en perfecto estado, pero también ha habido muchos accidentes:
Por supuesto, Elon Musk no ha dado ni una fecha aproximada de cuándo podría ser posible todo esto, ni de cómo se financiará todo su desarrollo. Eso sí, 2024 es el año objetivo para llevar humanos a Marte.