Así será el escudo para blindar el cielo de Europa: interceptará misiles rusos más allá de la atmósfera
Alemania impulsa un sistema de defensa continental con misiles balísticos de medio y largo alcance en el que busca incluir a España en su propuesta.
6 octubre, 2022 03:18La sombra de la amenaza rusa es alargada y tiene forma de misiles balísticos capaces de alcanzar y causar gran destrucción en las principales capitales europeas. Así lo reconoce Alemania, que pretende sumar a varios socios europeos, entre ellos España, a su propuesta de Escudo Europeo del Cielo. Una iniciativa que se debatirá en la cumbre hispano-alemana que comienza hoy, en la que Olaf Scholz y sus ministros tratarán de convencer al gobierno español de la conveniencia de su participación en este ambicioso sistema de defensa antimisiles.
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La idea de Scholz, que pretende integrar los sistemas de defensa antiaérea de los países de la UE para hacer fente a las crecientes capacidades de medio y largo alcance de Rusia, fue presentada por primera vez el pasado 29 de agosto en Praga. Allí, el presidente alemán señaló que la guerra de Ucrania había puesto de manifiesto la "descoordinación y la reducción de las fuerzas armadas y los presupuestos de defensa europeos" durante los últimos años, que debía rectificarse con un "crecimiento coordinado".
Ante el escenario actual, sostiene el canciller alemán, es necesaria "una mayor cooperación entre las empresas europeas en proyectos de armamento, fabricación conjunta y adquisiciones". Entre ellos destacó el significativo aumento del gasto de Alemania en sus propios sistemas de defensa antimisiles, que estarán diseñados de tal manera que permitan unirse a otros vecinos europeos. Scholz nombró como posibles socios en este nuevo sistema europeo de defensa a la República Checa, Eslovaquia, Polonia, además de los países bálticos y escandinavos, a los que ahora se une España.
Misiles fuera de la atmósfera
Durante su comparecencia en Praga, Scholz no dio más detalles sobre este nuevo sistema antimisiles paneuropeo, pero es una demostración de las intenciones de Berlín de asumir el liderazgo en los planes de defensa conjunta. Es un campo en el que Francia había tenido un papel protagonista en Europa hasta el momento y que EEUU lleva décadas instigando sin éxito, ya que en el anterior contexto un despliegue similar se entendía como un movimiento muy arriesgado ante la posible respuesta de Vladimir Putin.
De hecho, Alemania llevaba un tiempo planteándose la necesidad de mejorar sus capacidades de defensa aérea, pero la invasión de Ucrania ha sido el elemento decisivo para que el país germano dé este paso y revise sus sistemas, con los Patriot estadounidenses a la cabeza. Son plataformas fiables y muy efectivas, pero insuficientes frente a amenazas como el misil hipersónico Zircón o el temible Satán II.
Estructurada para protegerse frente a riesgos distribuidos en tres capas —de alto, medio y bajo nivel—, la defensa antiaérea europea es especialmente vulnerable frente a las dos primeras. En ese sentido, los misiles balísticos que ha estado probando Rusia en los últimos tiempos son una seria advertencia sobre la posibilidad y letalidad de un ataque, algo que hasta hace poco sólo se contemplaba desde países tan lejanos como Irán.
Para ese fin, desde hace meses Alemania contempla la posibilidad de adquirir el sistema israelí Arrow 3, financiado, desarrollado y producido conjuntamente por Israel y Estados Unidos a través de Israel Aerospace Industries (IAI) y Boeing. De hecho, en una reciente visita a Berlín, el primer ministro israelí Yair Lapid confirmó las conversaciones, que supondrían la primera exportación de una plataforma valorada en cerca de 2.000 millones de euros. "Israel participará en la construcción de la nueva fuerza de defensa de Alemania, principalmente en el campo de la defensa aérea", aseguró Lapid en una conferencia de prensa conjunta con Olaf Scholz.
Arrow 3 entró en servicio por primera vez en 2017 y forma parte del "primer sistema de defensa ATBM (Misiles Balísticos Anti Tácticos) operativo y autónomo del mundo", según IAI. Este sistema modular de defensa aérea se encarga de detectar, rastrear, interceptar y destruir los misiles que se aproximan en un radio superior a los 900 kilómetros, gracias a los potentes radares Green Pine y a lanzaderas móviles con capacidad para seis misiles.
Lo más llamativo de este sistema, a diferencia de la Cúpula de Hierro que protege Israel de las amenazas de corto alcance, es que es exoatmósferico. Eso quiere decir que está diseñado para transportar los interceptores cinéticos Arrow 2 y Arrow 3 fuera de la atmósfera terrestre, para que estos se estrellen físicamente contra el objetivo, destruyéndolo en su fase intermedia de vuelo, a una altura máxima de 100 kilómetros.
Así, el sistema parece especialmente pensado para hacer detonar los misiles balísticos con cabezas de destrucción masiva (nucleares, químicas o biológicas), ya que la distancia de la explosión permite proteger con seguridad los activos estratégicos y los centros de población, y que no se vean afectados por la radiación o las nubes tóxicas. El sistema se basa en plataformas móviles, pero según IAI también podría adaptarse a buques, y podría servir en un futuro para derribar no sólo misiles, sino satélites enemigos.
El corazón del sistema, aparte de los interceptores y el centro de control, son los radares Super Green Pine de barrido electrónico activo (AESA) que se utilizan para la adquisición de objetivos. De momento no está claro si estos formarán parte del Arrow 3 alemán, ya que la plataforma también puede utilizarse junto con otros sistemas de sensores, como el radar de defensa antimisiles estadounidense AN/TPY-2 o incluso satélites de alerta temprana para configurar una red de defensa antimisiles más amplia, como podría ser la europea.
Ninguna de las pruebas realizadas hasta la fecha con Arrow 3, algunas de ellas fallidas, han verificado la que sería una de las características más importantes del sistema: su capacidad para interceptar hasta cinco misiles balísticos en un lapso de 30 segundos gracias a sus velocidades hipersónicas.
Lo que sí se ha comprobado es su capacidad para ser lanzado a una zona concreta del espacio antes de que los radares detecten hacia dónde se dirige el misil objetivo. Una vez confirmado e identificado el rumbo del misil, el interceptor Arrow se redirige hacia él utilizando su tobera vectorial de empuje para realizar la intercepción 'cuerpo a cuerpo'.
El teniente general Karl Müllner, antiguo jefe de la Luftwaffe alemana, confirmó a Breaking Defense los planes alemanes de adquirir el Arrow 3 y aseguró que "la defensa contra misiles balísticos, en general, será la piedra angular de cualquier iniciativa de defensa aérea europea".
Según Müllner, los diferentes países 'invitados' por Alemania, España incluida, tendrán que decidir hasta qué punto desean participar en el llamado de manera provisional Escudo Aéreo del Cielo. Eso supondría eelgir entre invertir en sistemas de defensa aérea, como el Arrow 3, proporcionar únicamente financiación o, además, participar en la toma de decisiones.
El escudo de la OTAN
El de Alemania no es el primer plan para una defensa antiaérea conjunta de Europa. La Defensa de Misiles Balísticos (BMD) es un proyecto de largo recorrido de la OTAN que se lleva desarrollando desde 2010 y pretende ofrecer un sistema capaz de cubrir el territorio europeo en su conjunto. Esta plataforma antimisiles, todavía en desarrollo y con muchos flecos pendientes, cuenta como mayor activo con los misiles estadounidenses SM-3.
Disparados desde barcos y con un emplazamiento terrestre en Rumanía y Polonia, es el interceptor predominante de la OTAN para atacar misiles en la capa superior de la atmósfera. Los funcionarios de la alianza Atlántica llevan asegurando desde hace años que la infraestructura del SM-3 estaba destinada únicamente a las amenazas que planteaba Irán, no Rusia.
El BMD también incluye el despliegue de los sistemas navales Aegis, presentes en las fragatas F-100 españolas y en la sexta flota de destructores de EEUU con base en Rota. Estos buques equipados con pueden transmitir su información de detección de blancos gracias al sistema de guerra electrónica AN/SLQ-62 y, si es necesario, afrontar posibles amenazas utilizando misiles SM-2 o SM-3.
Aunque el sistema todavía no ha alcanzado la capacidad operativa plena, el centro de mando de este este escudo antimisiles de la OTAN se encuentra precisamente en Alemania, en la base áerea de Ramstein. Desde allí se centralizará toda la información de detección de posibles amenazas y se supervisan las trayectorias de misiles entrantes y contramedidas del futuro BMD.
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