Avión chino misterioso

Avión chino misterioso

Defensa y Espacio

Así es el misterioso caza chino de nueva generación: un avión invisible a los radares y con tres motores para retar a EEUU

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Cuando parecía que el año ya no podía dar más de sí en el plano de nuevas plataformas militares, en los últimos días de diciembre llegaron desde China varias instantáneas de una aeronave tan misteriosa como aparentemente innovadora. Los primeros reportes apuntaban a una nueva categoría de caza de sexta generación —similar a lo que promete ser el FCAS de España dentro de dos décadas— que mejoraría los actuales en aspectos tan importantes como la capacidad de carga, la baja huella radar o la autonomía de combate.

Los primeros vídeos del avión circularon rápidamente por redes sociales. Además, las imágenes daban una pista extra: volaba en formación junto a un caza J-20S. Este último es uno de los cazas más avanzados de cuantos ha desarrollado China en su historia y ha servido para comparar ambos aparatos en términos de tamaño.

Todo este revuelo mediático ocurre al mismo tiempo que desde el Ministerio de Defensa de China se guarda el silencio más absoluto, aunque este tipo de apariciones a plena luz del día están más que planeadas y pueden significar un movimiento propagandístico a gran escala. Estados Unidos, por su parte, se encuentra inmerso en algunos programas para relevar al F-35 y F-22, sus dos elementos de quinta generación, mientras se ultiman los detalles del bombardero B-21.

Caza gigante

Uno de los aspectos que más ha llamado la atención es el tamaño del nuevo avión de China. Las cotas estimadas lo sitúan a medio camino entre un caza al uso y un bombardero de tamaño pequeño, lo que podría dar pistas sobre el potencial uso que dará Pekín a esta plataforma que podría inaugurar una nueva categoría de avión de guerra.

Otro de los puntos más relevantes es su planta y la configuración aerodinámica sin un estabilizador vertical tradicional. En cuanto a lo primero, según recogen en TWZ, tiene un ala delta modificada cuyas aristas parten desde prácticamente el morro del avión, justo detrás de la carlinga, y llega hasta la popa con un pequeño cambio de ángulo detrás de la entrada de aire a los motores.

Imágenes del vuelo de prueba del caza.

Imágenes del vuelo de prueba del caza. Justin Bronk X

La apuesta de China por las aeronaves sin cola viene de años atrás. En 2021 ya se publicaron fotografías de un modelo particular aparcado en el exterior de la fábrica de la compañía estatal CAC en las que se apreciaba una aeronave sin un estabilizador vertical. Se desconoce por el momento si se trata del mismo avión que ha aparecido ahora, aunque da una pincelada sobre las intenciones de los ingenieros para la siguiente generación.

Contar con un fuselaje sin estabilizadores verticales supone un paso muy importante en el terreno de los cazas por dos motivos principales. El primero es que esto significa que han conseguido una gran maniobrabilidad sin la necesidad de unas superficies de vuelo tradicionales en la cola, un reto que se lleva décadas investigando y hasta ahora no había cristalizado.

El segundo motivo pasa por la baja huella que este tipo de fuselajes tienen en el radar, lo que incrementa de forma notable las capacidades furtivas y de sigilo a ojos enemigos. Estados Unidos desarrolló durante la Guerra Fría varios bombarderos, como el mítico B-2 Spirit, con un diseño sin cola ni estabilizadores verticales. Gracias a ello podía sumergirse en el corazón de la Unión Soviética sin ser, la mayoría de las veces, detectado por los radares.

Los ingenieros chinos han apostado todo a un sistema de alerones en la punta de salida del fuselaje, justo en la parte más trasera de la plataforma. Se trata de un conjunto de 5 superficies de control por cada ala que serán las encargadas de maniobrar el avión en el aire.

Triple motor

El otro pilar sobre el que se sostiene la misteriosa aeronave es la motorización. En las imágenes se pueden apreciar 3 toberas de salidas de gases que corresponderían con el mismo número de propulsores a bordo. Esta configuración es la que más ha llamado la atención de los expertos por razones muy dispares.

Una de las más extendidas es que China no haya sido capaz de desarrollar —por el momento— una planta motriz lo suficientemente potente como para integrar dos motores. De hecho, el diseño y fabricación de los propulsores para los aviones militares en general y de los cazas en particular son dos tareas pendientes y urgentes para Pekín.

Sus cazas más modernos, como el antes mencionado J-20, han vivido un auténtico culebrón de cambios e iteraciones entre diferentes modelos y todavía no está muy claro qué motor equipará cada versión. Desde el comienzo de los tiempos de la aviación a reacción, China había recurrido a la Unión Soviética (luego a Rusia) para integrar sus motores a bordo de sus cazas.

Este movimiento va en contra de la independencia tecnológica que el Gobierno chino lleva impulsando en el último par de décadas y, mientras el desarrollo de plataformas, aviónica, electrónica y otros sistemas parece ir encaminado, los motores todavía se atragantan.

La otra posibilidad está asociada con una imagen en la que se ve una entrada de aire en la parte superior del fuselaje. En concreto, ese tercer motor podría ser realmente un estratorreactor (scramjet, en inglés) que sirviera al avión para sobrepasar 3 veces la velocidad del sonido (unos 4.000 km/h).