
Recreación del caza FCAS
Así son los cazas europeos que superarán al F-35 de EEUU: volarán con drones autónomos encargados de defenderlos
Tras dejar de lado la quinta generación de cazas, la industria europea ya se encuentra desarrollando nuevas plataformas mucho más avanzadas.
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La oleada de desconfianza hacia el caza F-35 ha supuesto un golpe importante para su fabricante, Lockheed Martin, y para Estados Unidos, el país de procedencia de la plataforma y, hasta hace poco, socio de primer orden de Europa. Esta doble crisis de la administración Trump ya se ha visto reflejada en la cancelación de pedidos de la aeronave, en la creciente preocupación de aquellos que ya la operan en sus Fuerzas Aéreas y en el consecuente refuerzo de la industria europea para el desarrollo de nuevas aeronaves.
El país que mejor ha ejemplificado esta situación es Portugal, que ya ha anunciado la cancelación de sus F-35 cuyo pedido se firmó el año pasado por un valor de 5.500 millones de euros. La Fuerza Aérea del país ibérico iba a recibir las primeras unidades en el año 2030, pero desde el Ministerio de Defensa ya han anunciado la retirada.
Un caso similar es el de Alemania, aunque en Berlín todavía no han decidido retirarse del todo. Hace unos días, anunciaban sus dudas sobre si Estados Unidos podría dejar en tierra sus aviones F-35 igual que ha dejado a Ucrania sin ayuda en temas de inteligencia.

FCAS junto a los drones que le acompañan
Los germanos cuentan, por ahora, con un acuerdo cerrado con Lockheed Martin por un valor de 8.300 millones de euros por 35 cazas F-35. El caso alemán es todavía más urgente, ya que tienen previsto recibir las primeras unidades en 2026, aunque cuentan con una importante participación en el programa Eurofighter.
Tras el éxito del Eurofighter, el Rafale y el Gripen —los tres de cuarta generación—, los países europeos rehusaron desarrollar plataformas nuevas que se encuadraran dentro de la quinta generación, cuya principal cualidad es ser invisible a los radares. Este espacio lo ocupó Estados Unidos, quien desarrolló el F-35 como el único caza de su clase disponible comercialmente.
Poco a poco, a medida que la necesidad de renovar las flotas iba siendo crucial, un número muy importante de países decidieron optar por los F-35 como cazas de referencia. Un negocio multimillonario para Lockheed Martin —y, en consecuencia, para Estados Unidos— que ahora pasa su peor momento debido a los últimos movimientos orquestados por Trump.
En la actualidad, la industria europea se encuentra trabajando en el siguiente paso: los cazas de sexta generación. Hay dos programas principales que se llevan en paralelo, el FCAS —impulsado por España, Francia y Alemania— y el GCAP —por Reino Unido, Italia y Japón—. Dos proyectos con un objetivo similar, pero que, por el momento, se mantienen totalmente estancos.
FCAS con sello español
El programa FCAS ha pasado por altibajos en los últimos años debido a las diferentes posturas de Alemania y Francia respecto a aspectos clave del programa, mientras España se mantenía en una posición intermedia a la espera de las decisiones de sus socios. Los momentos más delicados se vivieron entre 2022 y 2023, cuando los rumores de la desintegración del proyecto sobrevolaron durante algunas semanas. Sin embargo, a mediados de ese mismo 2023 los tres países reafirmaron sus posturas y decidieron continuar financiando el desarrollo.
"Es un proyecto apasionante y esencial para nuestro Ejército del Aire y del Espacio y para nuestras industrias, que trabajando coordinadamente van a conseguir la creación de puestos de trabajo, de talento, de nuevo tejido industrial y de tecnología", declaró la ministra Margarita Robles a finales de abril del 2023.

El ecosistema de guerra aérea de FCAS
En España, Indra es el contratista principal que coordina el programa, mientras que Airbus ostenta este papel en Alemania y Dassault en Francia. Una de las claves del desarrollo del Future Combat Air System, también conocido simplemente como FCAS, es la de impulsar un programa totalmente independiente que prime la industria europea y pueda proporcionar capacidades de sexta generación.
El proyecto de los tres países comprende el desarrollo del caza, de una planta motriz completa, un sistema de drones, una nube de combate, sensórica, tecnología furtiva de baja observabilidad en radar y un laboratorio de simulación. Más que un único modelo de aeronave, lo que se busca es crear todo un ecosistema de guerra aérea en la misma línea en la que trabajan otras potencias mundiales como Estados Unidos.
Las conversaciones de Alemania y Francia sobre el proyecto llevan cociéndose a fuego lento desde el año 2017. Por su parte, España se unió oficialmente al programa en la edición de 2019 del Salón Aeronáutico de París. Con un coste estimado que supera los 100.000 millones de euros entre los tres países, está previsto que el FCAS entre en servicio en los diferentes ejércitos para el año 2040, teniendo la primera unidad de demostración para el 2026.
"El FCAS es especial porque será mucho más que un mero avión de combate", señalan desde Airbus. El futuro de la aviación militar pasa por un ecosistema compuesto de elementos tanto tripulados como no tripulados. Los primeros tomarán un papel de coordinadores y se situarán como centros de control aéreo de los segundos, diseñados para realizar otro tipo de misiones.
FCAS y ecosistema de Airbus
Airbus lo describe como un "sistema de sistemas complejo y completamente interconectado". Y es que los aviones no tripulados serán los encargados de ejecutar las misiones más peligrosas y actuar de "compañeros leales" de los aviones tripulados. Algo en lo que EEUU lleva trabajando varios años y desde Europa se había relegado a un segundo plano.
"Protegerán a los pilotos y les darán soporte en las misiones de combate", apostillan en Airbus sobre los drones. La empresa también indica la posibilidad de integrar y sincronizar con el FCAS las plataformas militares existentes. "En el corazón del sistema hay una nube de combate aéreo, que proporciona a los participantes de la misión toda la información relevante en tiempo real".
Otras de las nuevas tecnologías que se integrarán dentro del FCAS son la inteligencia artificial, el análisis de big data, los componentes criptográficos y la interacción hombre-máquina. Eso lo posicionará por encima de los actuales F-35 y F-22 estadounidenses y del Su-57 ruso, que se encuadran en una quinta generación más enfocada en propiedades furtivas y de guerra electrónica.
Más allá del concepto de aeronave, dron acompañante y el resto de sistemas, las especificaciones no han sido todavía detalladas. Factores como la velocidad máxima, el techo de vuelo, la capacidad de pasar inadvertido a los radares enemigos y las armas que podrá integrar a bordo permanecen en secreto. Por su parte, la también española ITP Aero participa en el desarrollo de la propulsión del caza junto a la alemana MTU Aero Engines y la francesa Safran.
GCAP
El otro gran programa de caza de sexta generación es el GCAP (Global Combat Air Programme), que cuenta con participación de Reino Unido, Italia y Japón. Con un esquema de "sistema de sistemas" similar al FCAS, uno de los pilares fundamentales de todo este despliegue tecnológico es el caza Tempest impulsado por la británica BAE Systems.
El primer país en aliarse con Reino Unido para trabajar en el Tempest fue Suecia, seguido de Italia, ambos en 2019. Japón se unió en 2023 y, casi al mismo tiempo, desde Estocolmo decidieron que la participación sueca se desvinculaba del programa tras algunas dudas mostradas tanto por británicos como italianos.
Video promocional GCAP
Arabia Saudí también mostró gran interés por incorporarse al programa GCAP como un socio más. Al parecer, Italia y Reino Unido sí estaban de acuerdo con la incorporación, pero Japón se opuso y el país árabe finalmente quedó fuera, al menos de momento.
A pesar de llevar cierto tiempo de desarrollo, este tipo de alianzas suelen estar abiertas a otros países aliados. De hecho, no son pocas las voces —entre ellas algunas desde Airbus— que abogan por la fusión de los programas GCAP y FCAS. De hecho, algunos rumores apuntaron en noviembre de 2023 que Alemania tenía la intención de abandonar su participación en este último para integrarse en el liderado por Reino Unido.
"El avión de combate, que entrará en servicio en 2035, será uno de los aviones más avanzados, interoperables, adaptables y conectados del mundo", señalaron en 2024 en una declaración conjunta.
Las tres compañías participantes —BAE Systems, Mitsubishi Heavy Industries y Leonardo— también indicaron que "contará con un sistema de armas inteligente, una cabina interactiva basada en software, sensores integrados y un potente radar de nueva generación capaz de proporcionar 10.000 veces más datos que los sistemas actuales". Todo ello, "le otorga una ventaja para ganar en las batallas".

GCAP
Además del mencionado Tempest británico, el GCAP bebe directamente del caza japonés Mitsubishi F-X. Este último fue la respuesta de Tokio ante la prohibición de exportación del caza F-22 Raptor por parte de Estados Unidos a finales de los años 90.
Desde entonces, la compañía y el Ministerio de Defensa del país asiático fueron desarrollando toda la tecnología necesaria para desarrollar su propia aeronave de sexta generación, hasta que Japón se internó dentro del programa GCAP. A partir de ese momento, todos los conocimientos acumulados y tecnología diseñada se han centrado en el caza multinacional.