Pronto no hará falta ser Tony Stark para tener un exoesqueleto que nos haga más fuertes y rápidos; gracias a la miniaturización de la tecnología, el uso de estos dispositivos ya es factible en muchas tareas.
Sin embargo, por el momento los grandes fabricantes son los únicos que realmente están aprovechando esta tecnología; lo hemos visto con empresas como Ford, que ya usa exoesqueletos en algunos puestos de trabajo en sus plantas de producción.
Pero el verdadero potencial de los exoesqueletos está en nuestra vida diaria. Hay millones de personas para las que una ayuda semejante cambiaría completamente sus vidas; y poco a poco, estamos más cerca de ese futuro, y Japón ha sido la primera en llegar a él.
Exoesqueletos que puedes usar en casa
La compañía Innophys ha sido la primera en desarrollar y vender al público un exoesqueleto funcional, capaz de ayudarnos en las tareas que requieran más fuerza, como levantar cajas.
El nombre traducido de este exoesqueleto es "Muscle Suit Every", según SoraNews, y se llama así porque cumple la función de nuestros músculos.
A diferencia de otros exoesqueletos profesionales, este pesa sólo 3,8 kilogramos, por lo que una persona se lo puede poner sin necesidad de ayuda. Pese a eso, una vez que nos lo ponemos el exoesqueleto es capaz de generar 25,5 kilogramos de fuerza, o 100 Nm, como máximo.
No es un exoesqueleto que nos vaya a dar "superfuerza", ya que sólo sujeta el torso y no los brazos; no podremos coger cosas más pesadas de lo que normalmente podríamos.
Pero sí que en teoría nos permite levantar objetos pesados sin que esa carga afecte a nuestros músculos. Puede ser especialmente útil para la prevención de lesiones musculares en trabajos y tareas en las que tengamos que hacer fuerza.
En concreto, Innophys ha presentado varios empleos en los que podría ser útil, como cuidador de personas mayores, granjero, albañil, o simplemente personas con problemas de movilidad que necesiten algo de ayuda para realizar tareas como mover cajas o coger objetos a baja altura.
Este exoesqueleto no funciona con electricidad ni necesita baterías; en vez de eso, usa un sistema de presión de aire para soportar las cargas. El dispositivo en sí está cubierto de material resistente al agua y al polvo.
Innophys ya ha desarrollado varios exoesqueletos para fábricas, pero esta es la primera vez que ha conseguido reducir los costes lo suficiente como para que tenga sentido venderlo. Este exoesqueleto cuesta sólo 149.600 yenes, unos 1.200 €; parece mucho, pero hay que tener en cuenta que el resto de modelos del fabricante cuestan unas cinco veces más.
Por el momento, sólo estará disponible en Japón, y curiosamente se venderá a través de Amazon; pero es de imaginar que otros fabricantes pronto ofrezcan su propia visión de un exoesqueleto asequible en los próximos meses y años.