Es fácil perder de vista que cada día disfrutamos de grandes avances tecnológicos, casi sin darnos cuenta. Ya hemos aceptado que llevamos un ordenador muy potente en el bolsillo, que nuestro reloj puede analizar nuestra salud, o que tenemos la mayor biblioteca creada por el ser humano a un toque de distancia.
A veces hay que poner las cosas en perspectiva, para comprender mejor cómo hemos avanzado tecnológicamente hablando, especialmente en las últimas décadas. No hace tanto que todo lo que he dicho parecía sacado de una película de ciencia ficción.
Una referencia que se suele usar, porque todo el mundo la comprende, es el ordenador del Apolo 11. El pasado julio se cumplieron 50 años de la llegada del ser humano a la Luna, y fue todo gracias a un ordenador que, para los estándares actuales, es muy simple; pero que en su día realizó cálculos que los astronautas no podían hacer en el momento.
El ordenador del Apolo 11
Estamos hablando de 1969, cuando los ordenadores personales aún no habían sido inventados y la mayoría de informáticos tenían que usar gigantescos aparatos en las universidades. Fue el año en el que nació ARPANet, la precursora de Internet.
En ese contexto, un ordenador, que fuese lo suficientemente ligero y pequeño como para ir a bordo de la nave con los astronautas, era de lo más avanzado.
Para comprender mejor cómo hemos avanzado desde entonces, el desarrollador de Apple Forrest Heller ha decidido hacer una comparativa curiosa. No ha comparado el AGC con un ordenador moderno, ni siquiera con un smartphone; ambos aparatos le superan por mucho.
En vez de eso, se ha centrado en otro dispositivo en el que probablemente no hayas pensado nunca: el cargador USB. Aunque no lo parezca, los cargadores modernos que vienen con nuestros smartphones son inteligentes; necesitan cierta capacidad de procesamiento para gestionar la energía que proveen por el puerto USB. Algunos son bastante complicados, con nuevas tecnologías de carga con dispositivos compatibles.
Es por eso que los nuevos cargadores tienen procesadores internos, y la mayoría van mucho más rápido que el ordenador del Apolo 11. El AGC era capaz de realizar 40.000 operaciones matemáticas por segundo, a una frecuencia de 1.024 MHz.
Tu cargador es más potente de lo que crees
En cambio, Heller descubrió que el Anker PowerPort Atom PD2 USB-C tiene un procesador Cypress CYPD4225, que funciona a 48 MHz; no solo eso, sino que tiene el doble de memoria RAM, 8 KB por los los 4KB que podía acceder el ACG en algunas situaciones. También tiene mayor capacidad de almacenamiento, 128 KB por los 72 KB del ACG.
Claro, que el modelo de Anker es uno de los más avanzados del mercado, capaz de recargar dos smartphones al mismo tiempo y un portátil. Pero la historia no es muy diferente con cargadores que vienen con el móvil, como el del Google Pixel o el SuperCharge de Huawei.
Las diferencias ahí no son tan grandes, pero incluso el cargador más simple, el de Google, es unas 10 veces más rápido que el ACG; aunque curiosamente, no tiene tanta RAM ni almacenamiento. Eso hace que, según Heller, algunos cargadores no estén a la altura del ACG en capacidad de procesamiento.
Por supuesto, esta no es una comparativa justa. El ACG fue diseñado exclusivamente para unas funciones concretas, con componentes escogidos específicamente para cumplirlas correctamente, nada más. No es un procesador de uso general como los que tienen estos cargadores. Aún así, sirve para hacernos una idea de lo que hemos avanzado.