Todo parece indicar que en un futuro cercano los robots tendrán una mayor importancia en la sociedad. Posiblemente muchos de los empleos que existen en la actualidad pasen a ser realizados únicamente por robots.
Incluso, puede que éstos lleguen a salvar vidas, como en el caso del saltamontes cíborg del que os hablamos recientemente. Otros, como este perro robot, simplemente nos acompañarán a pasear.
Curiosamente, muchos de los robots de los que tenemos constancia están inspirados en la naturaleza, como esta cucaracha robot que soporta todos tus pisotones. Una idea bastante lógica teniendo en cuenta que muchos animales cuentan con habilidades increíbles. Pasa algo parecido con el robot saltarín del que os vamos a hablar en este artículo y que nos recuerda inevitablemente a un canguro.
Un robot canguro
Este curioso robot, bautizado como "Salto", nació en 2016 de la mano de la Universidad de Berkeley (Estados Unidos). En un principio, sus creadores pensaron que podría resultar de gran utilidad a la hora de realizar misiones de búsqueda y rescate, ya que puede saltar escombros y rocas mucho más rápido que cualquier humano.
Como habéis podido observar en el vídeo, el robot es capaz incluso de impulsarse en las superficies para avanzar, prácticamente como si estuviese haciendo parkour entre las calles de una bulliciosa ciudad. Sin embargo, por extraño que pueda sonar, el robot no lograba aterrizar con demasiada precisión. De hecho, en sus inicios alguien tenía que agarrar el robot inmediatamente después de dar un salto para evitar que éste se rompiera al golpearse contra el suelo.
Ahora también aterriza
Una barrera que acaban de romper al idear un sistema que mejora su habilidad a la hora de saltar, así lo explica Justin Yim, el líder del proyecto, a IEEE Spectrum. Para ello le han instalado a Salto una especie de talón robótico.
Si antes el robot podía aterrizar en el radio de un plato de comida, ahora éste es capaz de hacerlo en el radio de una moneda pequeña, mejorando notablemente su precisión. Es decir, ha pasado de tener una desviación estándar de 9 centímetros respecto a su objetivo a una cifra de tan solo 1,6 centímetros. En una prueba de 60 saltos, el robot realizó un aterrizaje limpio en 52 ocasiones y se cayó solo tres veces.
Al haber logrado una mayor estabilidad y una precisión mucho mayor, Salto está mucho más cerca de poder alcanzar su objetivo original. ¿Veremos algún día a este robot salvando vidas en una catástrofe?