Ikea y Sonos siguen yendo de la mano en su apuesta por llevar la música a todos los rincones del hogar de forma fácil, conectada y lo más integrada en la vivienda que sea posible. Ese es el planteamiento que han tenido hasta el momento con la gama Symfonisk, que ahora recibe un a un nuevo miembro.
Si primero fueron sus altavoces en forma de balda y de lámpara, la nueva incorporación al universo Symfonisk se trata de un altavoz que puede colgarse en la pared, con una terminación enfocada hacia el diseño. Y es que ambas compañías pretenden que este nuevo altavoz se integre en la decoración del hogar de mejor forma de lo que pueden hacer otras alternativas.
El nuevo altavoz Symfonisk llegará a partir del 15 de julio a los principales mercados, entre ellos España, a un precio de 199 euros. De este modo no sólo es el más nuevo, sino también el más caro de los Symfonisk que estarán disponibles en las tiendas del gigante sueco.
Altavoz como cuadro
La aspiración de Ikea y Sonos es que su nuevo altavoz quede más integrado en la decoración del hogar, por lo que el último Symfonisk está pensado tanto para apoyarse sobre una superficie (ya sea en vertical o en horizontal), pero sobre todo que venga a sustituir a los cuadros.
El concepto no es nuevo, pero la apuesta de Sonos e Ikea es llamativa en este sentido. Por parte de la compañía estadounidense que apuesta por un nuevo concepto en el que llevar su calidad de sonido de altas presentaciones, así como por el del gigante sueco que se enfoca así a la decoración del hogar para integrar estos altavoces más allá de la usabilidad, como venía haciendo hasta ahora.
Los nuevos altavoces de Symfonisk estarán disponibles en dos terminaciones, blanco o negro, aunque el cable de ambos siempre es blanco para tratar de disimularse con la mayoría de las paredes.
Ambos vienen con un panel en el mismo tono con una composición geométrica, aunque éste se desmonta para poder intercambiarse con otros modelos. Una idea de cambiar la decoración sin cambiar el dispositivo.
Ikea pondrá a la venta otros once paneles con diferentes diseños fabricados en poliéster y plástico con la idea de que el usuario pueda escoger el estilo que más se ajuste con su hogar. En cualquier caso, estos paneles tendrán un precio de 16 euros adicionales al precio del altavoz.
Ecosistema Sonos
El punto fuerte de los Symfonisk es, como siempre, el ecosistema Sonos en el que se integra, que permite sacar todo el partido al altavoz. Una vez que se conecte el altavoz a la corriente habrá que vincularlo a nuestra cuenta de Sonos a través de la app Sonos S2 para que así pase a formar parte del ecosistema de sonido del hogar.
Aunque desde la app se puede controlar el sonido, en el marco del propio altavoz -escondido a plena vista- se puede encontrar unos controles para ajustar volumen así como para parar y comenzar la reproducción de música.
A través de la aplicación se podrá tener sonido simultáneo en diferentes habitaciones sin importar qué tipo de altavoz Sonos se esté utilizando. Eso sí, si se desea usar este Symfonisk en modo estéreo será necesario que ambos sean el mismo modelo para poder funcionar en pareja -como es habitual-.
Además de poder enviar canciones a los altavoces a través de la app de Sonos, los usuarios de Apple también podrán hacerlo a través de AirPlay 2, que tiene el soporte incluido. Eso sí, no tiene capacidad de conexión mediante bluetooth, como sí lo tenía su último Sonos Roam.