Google siempre se ha caracterizado por tomar decisiones arriesgadas en términos de interfaz con su navegador Chrome. Desde el diseño de las pestañas hasta detalles como el ocultamiento del prefijo “http://” en las direcciones. En muchos casos estas novedades se han implementado con el tiempo en otros navegadores, no sin falta de polémica. Como polémica puede suscitar el nuevo cambio con el que están experimentando ahora los desarrolladores de Google: eliminar completamente la dirección.

La barra de direcciones ya no es de direcciones

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Así es, como podéis ver en las capturas la idea es que no podamos ver la dirección URL en la barra de… eso, de dirección. Suena raro y de hecho lo es, aunque encaja con la idea que siempre ha tenido Google de ese espacio desde que unió las barras de búsqueda y las de direcciones. Puede parecer que el objetivo es tener siempre a mano una caja de búsqueda de Google, y la verdad es que teniendo en cuenta las intenciones de la compañía, no iríamos desencaminados. Por el momento solo podemos probar esta función usando la última versión de Chromium, el programa libre en el que se basa Chrome. Para probarlo hay que activar la siguiente opción:

chrome://flags/#origin-chip

Sin embargo, eso no significa que no vayamos a saber por dónde estamos navegando, porque ahora el nombre del servidor que estamos visitando aparece como un botón nuevo a la derecha de la barra de direcciones. Si pulsamos en él podremos ver tanto la dirección completa como los datos del servidor que en la actualidad podemos ver si pulsamos el favicon.

Todas las webs son web apps

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Otras novedades incluyen la posibilidad de convertir cualquier página web en una app de Chrome con acceso directo en la pantalla de apps. Para activarlo en Chromim tenemos que activar la opción en la siguiente dirección:

chrome://flags/#enable-streamlined-hosted-apps

Este es un cambio que sí que es mas probable que llegue a las versiones estables, mientras que el rediseño de la barra de direcciones parece ser un experimento que podría o no podría hacerse realidad.

Fuente | François Beaufort