La explosión hormonal del fútbol
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Siempre he oído decir que hay mucha gente que va a los estadios de fútbol simplemente por gritas, por liberar tensiones o, como se escucha muchas veces tanto en competiciones como en los parques de atracciones, para “liberar adrenalina” (y si, cuando gritamos o sufrimos estrés se produce gran cantidad de esta sustancia).
Pero esto es lo que ocurre en los participantes pasivos del espectáculo que es el fútbol, es decir, sucede en los espectadores, que solo están allí de observadores. Si vamos a ver un partido de fútbol no salimos a correr, ni competimos directamente, solo gritamos (o sufrimos, si somos muy fanáticos del equipo que está disputando el partido). Pero, ¿Qué sucede a nivel hormonal en los jugadores que si están en el campo?
Pues la respuesta la vemos en la testosterona, la famosa hormona responsable de la virilidad masculina (relacionada con el tamaño de los dedos de la mano, y con el tamaño del pene según algunos estudios recientes). Resulta que después de un partido de fútbol, los niveles de testosterona en sangre podrían aumentar ¡hasta un 30 por ciento! Este efecto ya se había estudiado en hombres de países occidentales, pero parece ser que podría ser un fenómeno a nivel universal, según un estudio publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B realizado en los miembros del pueblo indígena Chimané.
Para ponernos un poco en materia, el pueblo de los Chimané (Bolivia) esta compuesto por unas 15.000 personas, repartidas en pequeñas localidades del Amazonas, subsistiendo a base de agricultura y caza. La peculiaridad de esta tribu es que sufren fácilmente diversas infecciones y enfermedades respiratorias y gastrointestinales gracias a que su sistema inmune está debilitado y, a causa de esto, secretan menos testosterona. Como nos explica el autor de este estudio, Benjamin Trumble, de la Universidad de Washington (Seattle, EEUU):
“Esta hormona es muy costosa energéticamente y además se piensa que interfiere con el sistema inmunológico”
En el estudio los investigadores midieron los niveles de testosterona de los Chimané antes y después de que jugaran un partido de fútbol. Aunque, como he explicado antes, los niveles medios de esta tribu son de por si inferiores a los valores medios de los estadounidenses, cuando acabaron el partido sus niveles de testosterona se incrementaron hasta un 30 por ciento (igual que los occidentales). Y no solo eso, sino que además los participantes que marcaron más goles durante el partido obtuvieron mayores aumentos de testosterona que los demás. Como dice Trumble:
“Los resultados confirman que hay más factores explicando en pico hormonal que el mero hecho de participar en la competición”.
Así pues, este trabajo podrá ayudar a entender mejor los mecanismos de regulación hormonal, tanto a corto como a largo plazo, y ayudará a dar pistas sobre el tratamiento de la baja producción de testosterona en personas mayores. Como curiosidad, que sepáis que la disminución de testosterona en las edades avanzadas puede dar lugar a un síndrome similar a la menopausia, pero en el género masculino, llamado “Andropausia”.
Vía: Muy Interesante.