La piel de los peces plateados desafía las leyes de la física
Desafiando las leyes de la reflexión
Cuando la luz incide sobre una superficie reflectante, como puede ser la piel de los peces, ésta se polariza. Significa que las ondas de luz toman una dirección definida. Para que entendamos qué significa esto os pongo un ejemplo muy claro. Cuando miramos al horizonte del mar nosotros vemos el reflejo que la luz produce en su superficie, si utilizamos un filtro polarizado en una cámara o unas gafas de sol, ese brillo se reduce y podemos ver lo que hay debajo del agua. Casualmente tengo unas fotos en las que se pueden apreciar las diferencias a la perfección. En la primera foto es lo que nosotros vemos normalmente y en la segunda es lo que vemos con un filtro de luz polarizada. Parece una playa típica de revista del Caribe ¿verdad? Pues no queridos lectores, es una playa de la Región de Murcia.
Antes de estudio se creía que la piel de los peces polarizaba la luz en su totalidad cuando ésta se reflejaba y a medida que la luz se iba polarizando debería haber una disminución en su reflectividad. Pero las escamas de los peces plateados han evolucionado hasta tal punto que la luz reflejada no se polariza, las ondas de luz se reflejan en todas direcciones y así mantienen su alta reflectividad. Lo consiguen mediante una combinación de 2 elementos de guanina en sus escamas, cada uno con diferentes propiedades.
La ventaja que ofrece este sistema es que, con la maximización de su reflexión desde todos los ángulos, ayuda a los peces confundirse con el entorno en mar abierto y esto hace que sus probabilidades de ser visto por los depredadores sean menores. En la imagen de portada podemos ver un banco de sardinas que muestra perfectamente lo que ocurre con su piel.
Aplicaciones futuras en nuevas tecnologías
Esta capacidad desarrollada por los peces plateados podría ofrecernos ideas para la mejora de los dispositivos ópticos. Según palabras del investigador principal del estudio, Tom Jordan:
“Muchos dispositivos ópticos modernos, tales como las luces LED y la fibra óptica de baja pérdida utilizan estos tipos de reflectores no polarizantes para mejorar la eficiencia. Sin embargo, estos reflectores artificiales requieren actualmente del uso de materiales con propiedades ópticas específicas que no son siempre ideales. El mecanismo que han desarrollado estos peces supera estas limitaciones de diseño actuales y proporciona una nueva forma de fabricar estos reflectores no polarizantes”
Una vez más, la naturaleza nos demuestra que es más sabia de lo que pensamos y que podemos aprender mucho de lo que nos ofrece. También hemos aprendido a que cualquier playa puede parecer paradisíaca con un buen filtro de luz polarizada. ¡Que no nos engañen!
Fuente: europapress, Nature