Impacto y futuro de las Tormentas Perfectas
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Huracán en el continente americano, gran número de víctimas y heridos, miles de millones de dólares en daños, miles de personas sin hogar, etc.
Dando estos datos, nuestra mente se remontaría a un período muy cercano, finales de octubre y principios de noviembre de este año, siendo el huracán recordado, Sandy, y las imágenes que vienen a nuestra mente, las de los telediarios centrándose en la costa este de Estados Unidos.
Al empezar este artículo, no pensé en Sandy, que aunque provocó muertes, que son de lamentar todas, y daños cuantiosos, alcanzó la categoría 2 dentro de la escala de intensidad de huracanes de Saffir – Simpson (mide en 5 categorías la intensidad de un huracán en el momento del año indicado, como podeis ver en la imagen de la derecha); mientras que otro huracán, del año 1998, alcanzó la categoría 5 (la máxima), me refiero al huracán Mitch.
Debido al impacto y a la destrucción del huracán Mitch, dicho nombre fue retirado en la primavera del año 1999, y fue reemplazado por Matthew en la temporada de 2004, siendo el nombre Mitch un sustantivo que jamás será utilizado para nombrar un huracán del Atlántico.
¿Qué ocurrirá con las tormentas del Atlántico?
Según un estudio de la Universidad de Iowa, publicado en la revista Journal of Climate, se prevee que las tormentas tropicales que ocurren en el Atlántico Norte, se vuelvan más intensas durante el resto de este siglo.
Gabrielle Villarini, el principal autor del estudio, indica que se ha mostrado recientemente la influencia adversa y de larga duración que pueden tener las tormentas extremas, tal y como se ha visto en el caso de Sandy y la costa este americana.
Este estudio se basa en el análisis del Índice de Poder de Disipación del Atlántico Norte (PDI por sus siglas en inglés) usando una combinación de 17 modelos informáticos de clima global y 3 posibles escenarios de emisiones de gases de efecto invernadero. El índice PDI integra la intensidad, la duración y la frecuencia de una tormenta.
¿Qué se concluye?
Según informa Gabriel Villarini:
“No se prevee que el número de tormentas vaya a aumentar, pero sí su intensidad. Cuanto más dióxido de carbono sea emitido, más intensas se vuelven las tormentas, mientras que en escenarios con una emisión mucho menor de dióxido de carbono, las tormentas se vuelven mucho menos intensas”.
Impacto mediático
Al huracán Sandy, se le ha dado una gran cobertura internacional, además de por su grado de destrucción extremo, por el país desde donde salía el 99% de la información del huracán, Estados Unidos. Parece además, que una gran parte de la opinión pública, incluidos los por entonces, candidatos a la elección presidencial estadounidense, se comenzaron a concienciar de que el problema del cambio climático es muy serio, pero se buscan hechos, no palabras.
En nuestro mundo accidentalizado, filtramos todo a través del cristal de la cercanía (si me afecta a mí, o a mi mundo cercano, entonces me preocupo, si no, no le doy tanta importancia), y parece que sólo aprendemos a base de desgracias, pero el clima no es algo que afecte a un único país, es un sistema global en el que todos estamos interconectados, y hoy puede pasar allí, pero mañana puede pasar aquí, de cada uno depende el tomar decisiones diarias en favor del clima.
Fuente: Journal of Climate
Imágenes: (cabecera) NOAA Research (en el texto) Punto de Luz