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Demostrado: preferimos el dolor a la soledad

5 julio, 2014 20:06

Debo confesar que me ha gratificado bastante descubrir el estudio del que hablaré hoy, pues ya no me siento tan extraño, después de todo. Uno de mis mayores miedos personales es la soledad (y no, no suelo estarlo), y nunca he sabido realmente por qué. Sin embargo, siempre había creído que era un miedo infundado, y parece que no, pues por lo visto la mayoría de las personas “sufren” lo mismo.

Odiamos pensar, sin hacer nada más

Al menos así lo afirma un estudio publicado en Science a cargo de la Universidad de Virginia y la Universidad de Harvard. Por lo visto, el hecho de estar solo y hacer volar nuestro pensamiento, es decir, el típico momento donde piensas en tus cosas, es doloroso. No, realmente no es del gusto de casi nadie, aunque siempre hayamos pensado justo lo contrario.

Siempre se nos ha dicho que somos “animales sociales” (al menos así lo explicaba mi profesora de filosofía en el instituto), y por ello no somos demasiado compatibles con la soledad. Sin embargo, también se suele decir eso de que no va mal algún que otro momento a solas para pensar en nuestras cosas… ¡ERROR!

Por lo que comenta Timothy Wilson, psicólogo de la Universidad de Virginia, en el experimento llevado a cabo tan solo dejaron a sus participantes de 6 a 15 minutos a solas, pensando en sus cosas. Esto no es mayor tiempo que el que solemos gastar esperando a un autobús, un tren, o una cita cualquiera. Y aún así los voluntarios sufrieron; no les gustó nada en absoluto.

Posteriormente se permitió a los participantes, los cuales tenían de 18 a 77 años, repetir el experimento en sus hogares. Es decir, estar de 6 a 15 minutos a solas sin hacer nada en absoluto, solo pensar… y algunos hicieron trampas.

“Hemos detectado que alrededor de un tercio de los participantes admitió habernos engañado en su hogar, ya que realizaban alguna actividad como escuchar música, usar el teléfono o salir a dar una vuelta. Y si no hacían nada, la experiencia era tan poco gratificante como en los experimentos de laboratorio”

Preferimos el dolor a la soledad

Para saber hasta que punto podemos llegar a odiar estar solos y pensar en nuestras cosas, sin más, los investigadores llevaron a cabo un experimento aún más extremo. Se preguntó a los voluntarios si preferirían sufrir una descarga eléctrica antes que estar solos y pensar, sin nada más… Y hasta una cuarta parte de las mujeres y dos tercios de los hombres dijeron que sí.

Evidentemente las descargas no eran demasiado graves, pero la aceptación de este dolor antes que la soledad fue algo sorprendente para los investigadores:

“Lo que es sorprendente es que el simple hecho de estar a solas con sus pensamientos durante 15 minutos fuera tan aversivo que llegara hasta el punto de que muchos participantes prefiriesen la administración de una descarga eléctrica que en cualquier otro contexto habrían pagado por evitar”

Finalmente, el hecho de que los hombres seamos más propensos a este comportamiento autodestructivo podría deberse (según comenta Wilson) a que somos también más propensos a disfrutar de las “sensaciones. Pero, como habéis visto, es muy complicado “apagar” nuestro cerebro, ya que siempre estamos preparados para la acción, para hacer cualquier cosa… menos pensar en soledad.

Vía | EurekAlert.