En el campo de la nutrición existe generalmente muchos mitos. Por ejemplo, en una entrada anterior de Medciencia recopilamos los 5 mitos nutricionales más frecuentes, como “no hay que comer más de 3 huevos a la semana”, “el chocolate no es saludable” o “la fruta después de comer engorda”, entre otros.

El chocolate también ha dado mucho que hablar en el blog. Otro de los mitos que se le asocia frecuentemente es que “el chocolate engorda”, y no es cierto como ya comentamos en esta otra entrada. Ahora pasamos a explicar cuáles son las 5 cosas que cualquier nutricionista quiere que sepas.

1. Una caloría no equivale a una caloría

Aunque dos alimentos tengan idéntica cantidad de calorías, estos tienen un efecto distinto en tu cuerpo. Por ejemplo, tu cuerpo requiere el doble de calorías para digerir las proteínas que los azúcares, por lo que ese gasto extra hay que tenerlo en cuenta a la hora de conocer las calorías que hemos ganado de más.

Otro ejemplo: las calorías de los azúcares refinados son absorbidos en su mayor parte por nuestro organismo; además, carecen de vitaminas, minerales y fibra, de ahí que en ocasiones se les denomine “calorías vacías”.

Por tanto, cuando vayas al supermercado centra tu atención en el tipo de azúcares que contenga el producto en lugar de su número de calorías, pues éstas no te aportan toda la información y pueden ser engañosas.

2. Las bebidas sin azúcar no te ayudarán a perder peso

Si estás buscando perder peso, no confíes en las bebidas sin azúcar para lograr ese objetivo. Por ejemplo, la Coca-Cola Light contiene el edulcorante aspartamo que, según un estudio publicado en journal Obesity en 2008, hace que la persona sea más propensa a ganar peso al tratarse de un edulcorante artificial.

Por otro lado, puedes creer que una lata de Coca-Cola Light disminuye tu apetito consumiendo así menos calorías, pero en realidad un tentempié rico en proteínas es la mejor opción para ello.

3. Hay más cantidad de calcio en la col rizada que en un vaso de leche

Existe una confusión generalizada acerca de las diversas fuentes de calcio en los alimentos. Creemos que la leche es uno de los alimentos más ricos en calcio que existen, pero la realidad es bien diferente. Podemos obtener calcio de muchas otras fuentes, sobre todo en las verduras.

Por ejemplo, la col rizada contiene más calcio por caloría que la leche; además, es absorbida mejor por nuestro cuerpo. Las espinacas, las habichuelas, la col china y las semillas de sésamo son otros ejemplos de alimentos ricos en calcio.

4. Los zumos a base de concentrado no son tan saludables

Los zumos de frutas a base de concentrado contienen una gran cantidad de azúcar. Esto se debe a que la fibra que se extrae durante el procesado industrial deja como producto final una alta concentración de azúcares. Asimismo, si ha sido pasteurizado, muchos nutrientes y antioxidantes que contienen se destruyen por la acción de las altas temperaturas.

Por ello, opta por la forma natural de los zumos de frutas, o en los que en la etiqueta pone “prensados en frío”; es decir, que no han pasado por el proceso de pasteurización. Los zumos ricos en verduras son otra buena opción por su bajo contenido en azúcar.

5. El tipo de aceite que uses para cocinar importa mucho

Es importante que conozcas cuáles son los mejores aceites para cocinar ya que algunos pierden sus propiedades saludables al someterlos a altas temperaturas.

El mejor aceite para cocinar es el aceite de coco debido a que es muy estable cuando se calienta. El aceite de colza es el siguiente que mejor tolera las altas temperaturas, y el aceite de oliva también es muy bueno en la cocina aunque tienes que tener cuidado de no respirarlo si alcanza una temperatura muy elevada.

Finalmente, asegúrate de almacenar el aceite en un sitio fresco y oscuro.

Fuente: Cosmopolitan UK