Desmontando mitos: 9 falsas creencias sobre la sexualidad
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Cierto es que muchas de las cosas que pensamos o creemos en torno a la sexualidad vienen determinadas por nuestra educación sexual. Pero como ya vimos, la educación sexual a veces no es la correcta ni la más adecuada, no está científicamente comprobada y puede que nos creamos cosas que nos han contado, que se rumorean, que les ha pasado a nuestros amigos o que, simplemente, dicen que son así, sin ir más allá.
Aunque vivimos en la era de la información (y también desinformación), cierto es que se siguen perpetuando muchos mitos en torno a la sexualidad que mucha gente ni siquiera se plantea ni cuestiona, o no averigua si eso es así o no. Esto no solo pasa en adolescentes, sino también en jóvenes y adultos.
Por ello, es importante parar a pensar dónde hemos aprendido todo eso y si podemos cuestionarnos si eso es así o no, y dónde podemos encontrar la información veraz y fiable para informarnos, preocuparnos, interesarnos por nuestra sexualidad. A continuación veremos algunos de los mitos que se siguen manteniendo y propagando.
Algunos mitos sobre sexualidad
1. Existen dos tipos de orgasmo en la mujer: Clitoriano y vaginal. Esto no es así, el orgasmo es solo uno, lo que cambia es la forma de alcanzarlo, es decir, a través de la vagina mediante la penetración o a través del clítoris, pero la respuesta orgásmica es exactamente la misma. Cierto es, que depende de la mujer, la situación, el nivel de excitación, etc. que pueda hacer que varíe su intensidad, pero a nivel fisiológico la respuesta es la misma.
2. Sólo a través de la penetración se consigue el orgasmo. El 75% de las mujeres alcanzan el orgasmo a través de la estimulación del clítoris, por tanto, cabe tener presente este tipo de estimulación durante la penetración, es decir, doble estimulación. Cierto es que a muchas mujeres les resulta muy placentera la penetración (del pene, dedos o juguetes eróticos) y algunas llegan a orgasmo sólo a través de ésta, pero son muchas menos y, habitualmente, necesitan estimulación adicional.
3. Cuanto más grande es el pene, mayor placer se proporciona. Es importante saber que tan sólo el primer tercio de la vagina y el final (el cérvix) tienen sensibilidad, el resto apenas siente. Por tanto, el tamaño del pene no es imprescindible para dar placer a la mujer. Un pene de 8 centímetros ya es apto para penetrar, y la media mundial se estipula alrededor de los 13 cm. Cabe tener en cuenta que la importancia del tamaño del pene es algo personal y subjetivo, aunque a nivel anatómico no es necesario tener un pene demasiado grande para dar placer. Además, durante la penetración anal no existe un tope y lo que realmente tiene sensibilidad es la entrada del ano, por tanto el tamaño del pene tampoco es importante para ello.
4. Si el hombre no tiene una erección, no se puede disfrutar de la relación sexual. No debemos otorgar toda la responsabilidad de las relaciones sexuales a la erección del pene. El pene no es una máquina con un botón de encendido y apagado que funciona cuando uno quiere, a veces puede fallar, ya que la erección la controla el cerebro, no el propio pene, y pueden ser muchas las causas y motivos por los cuales un hombre no tiene una erección (estrés, ansiedad, preocupaciones, haber consumido drogas, etc.). Existen otro tipo de prácticas que se pueden llevar a cabo en el hombre (caricias, masajes, estimulación de los testículos) y también en la pareja (masturbación, sexo oral, caricias, masajes, etc.) La penetración es una práctica más y el placer no radica única y exclusivamente en los genitales, sino que parte de nuestro cerebro y puede disfrutarse con todo el cuerpo.
5. Si a un hombre le gusta que le estimulen el ano, significa que es gay. El ano es una parte más de nuestro cuerpo con la que disfrutar, y la estimulación de éste puede ser muy placentera tanto en hombres como en mujeres. La orientación sexual no tiene que ver con ninguna parte de nuestro cuerpo, el hecho de que a un hombre le guste la estimulación anal (sea con penetración o superficial) no determina que le gusten hombres o mujeres. ¿Acaso es que las mujeres que les gusta la penetración anal son lesbianas?
6. Con el preservativo se siente menos. Esta afirmación parte de la idea de que realmente es así, ya que muchos chicos afirman rotundamente que así es. Es importante recordar que el placer está es nuestro cerebro y que el hecho de sentir o no sentir puede ser realmente psicológico. Actualmente existen preservativos muy finos que apenas se notan, por tanto aumenta la sensibilidad, incluso hay algunos con estrías que también aumentan la estimulación. También cabe tener en cuenta que una relación sexual sexual puede ser muy placentera, ya que nos invita al abandono y deja de lado preocupaciones como contagio de ITS o riesgo de embarazo.
7. Practicando sexo oral no hay riesgo de contagio de ITS. Recordamos que las infecciones de transmisión sexual son eso, es decir, se contraen a través de las relaciones sexuales, por tanto, de los fluidos vaginales o del semen principalmente. Aunque el riesgo es menor que a través de la penetración anal o vaginal, existe riesgo de transmisión ya que existe un intercambio de fluidos a través de la boca. Obviamente el riesgo aumenta si tenemos heridas internas en la boca, si ha habido una eyaculación en la boca y/o hemos tragado el semen o fluidos vaginales, etc.
8. Con la marcha atrás no existe riesgo de embarazo. Recordamos esa famosa frase que dice “Antes de llover chispea”. ¿Qué quiere decir esto? Durante la excitación el chico segrega un líquido, conocido como líquido preseminal, éste sirve para lubricar el pene, pero principalmente limpia el conducto de la uretra para eliminar el ácido que pueda quedar de la orina, para que los espermatozoides cuando pasen no mueran. Por tanto, este líquido lleva consigo algunos espermatozoides que son igual de válidos para fecundar el óvulo. Si en una eyaculación hay millones de espermatozoides, ¿imaginas cuántos pueden haber en el líquido preseminal?
9. Hablarles de sexualidad a los adolescentes es incitarlos a mantener relaciones sexuales precoces. Lejos de la realidad, cuánta mayor información tenemos, mejores decisiones podemos tomar a la hora de iniciar o llevar a cabo nuestras relaciones sexuales. Conociendo cómo funciona nuestro cuerpo, cómo se utilizan los métodos anticonceptivos, el tipo de relaciones sexuales que existen, las orientaciones, las ITS, etc. podremos entender mejor la sexualidad, por tanto, sabremos qué hacer y qué no hacer y cuál es la mejor manera. Tener información no conlleva iniciarse antes en las relaciones sexuales, sino hacerlo de una forma más consciente y coherente y, muy importante, saber tomar la decisión de si se está o no preparado para ello por decisión personal y no presión social.
Estos son algunos de los mitos que se siguen perpetuando pero existen muchos más. Lo importante es saber identificarlos y buscar una explicación lógica o científica que nos haga conocer la sexualidad en general y nos lleve a tomar mejores decisiones y podamos disfrutar abiertamente de nuestra sexualidad, sin mitos y sin tabúes.