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Tecnología

Crean una malla inyectable en el cerebro para controlar neuronas individualmente

Científicos crean una maya inyectable en el cerebro que permitiría monitorizar la actividad neuronal y controlar los tejidos. El futuro de la ciencia.

11 junio, 2015 20:42

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Investigadores consiguen crear una malla que puede ser inyectada en el cerebro de mamiferos sin rechazo para controlar neuronas individualmente.

Parece difícil de creer tal y como lo leemos en ExtremeTech, pero es un avance brutal para seguir descubriendo cómo funciona el cerebro y lo que es mejor, tener un control sin precedentes sobre él.

Un grupo internacional de investigadores han creado una malla ultrafina que puede ser enrollada a una escala mínima para después ser inyectada en la superficie del cerebro. Tal y como indican las pruebas que han llevado a cabo, la malla podría ser completamente aceptada por el tejido nervioso, permitiendo cablear regiones de todo el cerebro o centrarse sólo un algunas concretas.

Dicha malla de polimero incluiría a su vez docenas de dispositivos electrónicos de escala nanoscópica y tras el procedimiento en ratos, las esperanzas por poder ser aplicadas sobre cerebros humanos son altas. Se haría un pequeño agujero en la parte superior de cráneo y se inserta una jeringa que en su interior tiene el polimero blanco enrollado, y que se va desplegando conforme sale, cubriendo el área del cerebro.

brainmesh-2

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En las pruebas de laboratorio, además, ya habían comprobado con cultivos que las neuronas de mamíferos pueden desarrollarse sobre y entre la malla, tratando su estructura como las formaciones naturales.

La investigación tiene tanto potencial porque podría revolucionar el sector de la investigación, permitiendo a los científicos conocer en todo momento el estado de las diferentes regiones del cerebro, así como su actividad, y comprobando cómo reaccionan a diferentes situaciones, algo muy complicado hoy en día.

brainmesh-3

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Obviamente la investigación está en sus primeras fases, todavía tiene que estudiarse su efecto a largo plazo (los ratones han aguantado unas 5 semanas sanos), así como la posibilidad de aplicar la malla a todo el cerebro y no sólo a zonas. Con todo, la expectación y la ilusión puesta en un proyecto como este es máxima.

Podría ser la clave para conocer con mayor detalle cómo funciona el cerebro y luchar contra enfermedades cerebrovasculares que están a la orden del día.