Una nueva innovación permitirá la producción de una batería elástica que se estiran sin ningún tipo de peligro.

Normalmente cuando una batería cambia de forma, es el momento de dar un giro de 180º y salir corriendo porque es posible que explote; y no es una incidencia rara ni mucho menos.

Pero ahora un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Arizona ha centrado su nuevo desarrollo en conseguir baterías que puedan cambiar de forma, y lo han conseguido basándose en el arte japonés del Kirigami.

Una batería elástica con inspiración japonesa

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El Kirigami no es tan famoso como el Origami de misma procedencia, aunque se basa en el mismo material, el papel. Pero mientras en el origami sólo es posible doblar el papel, en el Kirigami podemos tanto doblar como cortar para conseguir formas y estructuras maravillosas.

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Aplicando esos principios a su estudio, los investigadores consiguieron baterías que podían cambiar de forma, estirándose hasta un 150% de su forma original sin comprometer su funcionamiento.

Este tipo de batería tiene muchas potenciales aplicaciones, como por ejemplo baterías integradas en nuestra ropa que den energía a wearables. La prueba de concepto demostrada es una batería integrada en la correa elástica de un smartwatch.