Estos chips de Intel ayudarán a descubrir porqué las abejas se están muriendo
Gracias a unos chips para abejas de Intel será posible identificarlas y seguir su comportamiento, con el objetivo de saber porqué se están muriendo.
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Los chips para abejas de Intel pretenden resolver un problema que puede afectarnos seriamente a todos.
Que la población mundial de abejas está reduciéndose constantemente parece ser un hecho innegable, y eso es un gran motivo para preocuparse.
Se calcula que las abejas son las encargadas de polinizar el 33% de todas las fuentes de comida de los seres humanos; no sólo las frutas, sino también la producción de todo tipo de vegetales, semillas y aceites podría desaparecer junto con estos insectos.
Los chips para abejas de Intel resolverán sus muertes
Los científicos sospechan varias causas que pueden provocar esta posible extinción de las abejas, la principal de ellas la contaminación atmosférica, pero aún hay mucho que no sabemos de ellas y de su comportamiento en la naturaleza por las dificultades que conlleva su estudio.
Aprender más de las abejas y de cómo les afecta el medio ambiente puede ayudarnos a tomar las medidas oportunas para evitar el desastre, y es el nuevo objetivo de Intel. La compañía aprovechará su plataforma Edison presentada el año pasado que permite crear sistemas en miniatura que necesitan poca energía.
La idea es colocar en la espalda de las abejas a estudiar un chip de radiofrecuencia RFID que permita identificarlas; con unas medidas de 2.5×2.5×0.4 mm y un peso de 5.4 miligramos, se espera que no afecte a la vida diaria del animal. Lo malo es que para leer su información hay que estar a una distancia de 30 centímetros.
El sistema creado por Intel cuesta unos 400 dólares, y puede leer 50 identificaciones simultáneamente, ideal para capturar información de toda una colmena. Está basado en Linux y cuenta con un procesador Intel Atom con 1 GB de memoria RAM, 5 GB de almacenamiento y conexiones Wi-Fi y Bluetooth.
El proyecto ya ha marcado 10.000 abejas en la zona de Tasmania en Australia, y es sólo el principio. La esperanza es que, ya que las abejas son hasta cierto punto muy predecibles, sea posible detectar movimientos inusuales que ayuden a identificar qué es lo que está haciendo que se comporten de manera rara y cause su muerte.