La paridad de sexo, o que exista el mísmo número de hombres que de mujeres en una posición laboral, es algo a lo que se le está dando mucha importancia actualmente. Y sí, en castellano el término es “sexo” porque género solo tienen las palabras. En muchos ámbitos, como la política, esta paridad de sexo se fuerza hasta el punto de buscar profesionales con un sexo determinado para tener número iguales de hombres y mujeres, lo cual resulta excluyente. En otras áeras, no exite esta obligación y los números no indican esa igualdad que tanto se busca.

En particular en ciencia los datos son muy exclarecedores. A pesar de que la mayoría de graduados son mujeres (aunque no por mucho), la contidad de puestos de responsabilidad ocupados por hombres es claramente mayor que el de puestos ocupados por mujeres. En física la historia es la misma, salvo en la nueva área de investigación en enseñanza de física, tal y como muestra un reciente artículo publicado en Physical Review Letters. Vamos a examinar un poco por qué  y cómo solucionar este problema.

Paridad de sexos en física, ¿obligación o imposible?

En física (y esto es aplicable a casi cualquier campo de investigación) el número de mujeres trabajando en investigación es mucho menor que el de hombres. Esto principalmente se puede atribuir a dos factores: la cultura de formar una familia y la herencia de épocas “pro-hombre”.  En cuanto a la familia no vamos a hablar demasiado, ya sea por herencia cultural o por instinto materno la investigación, siendo un campo que necesita mucha dedicación y da poca seguridad laboral, es una opción que la mujeres tienden a considerar menos que los hombres.

Por otra parte, el tema de la herencia de épocas pasadas es una lacra con la que debemos vivir hasta que haya un relevo generacional completo en el que todos los profesionales de un campo hayan sigo seleccionados por sus méritos profesionales y no por su sexo. Cada vez es mayor el número de mujeres en investigación y mi experiencia es que la igualdad de oportunidades es real, pero aún hay muchas mujeres que no tuvieron su oportunidad por el miedo que da adentrarse en un campo de hombres o porque las mujeres no tenían las mismas oportunidades.

Por otra parte, el tema de la herencia de épocas pasadas es una lacra con la que debemos vivir hasta que haya un relevo generacional completo en el que todos los profesionales de un campo hayan sigo seleccionados por sus méritos profesionales y no por su sexo. Cada vez es mayor el número de mujeres en investigación y mi experiencia es que la igualdad de oportunidades es real, pero aún hay muchas mujeres que no tuvieron su oportunidad por el miedo que da adentrarse en un campo de hombres o porque las mujeres no tenían las mismas oportunidades.

Investigación en enseñanza de Física, la honrosa excepción

Un artículo recientemente publicado en Physical Review Letters confirma lo que algunos sospechaban y muchos no creían: hay excepciones en los que la paridad es real. En concreto el campo de investigación en enseñanza de física es el mejor ejemplo en el que el ratio hombre/mujer es casi 1:1. Los motivos concretos por los que ocurre esto no son claros aún, pero se puede adivinar por donde “van los tiros”. Principalmente porque la enseñanza es un campo históricamente más igualitario y porque es una disciplina nueva.

La enseñanza es un terreno en el que las mujeres han tenido una aceptación mayor desde antes y sumado al hecho de que los procesos de creación y asignación de puestos de responsabilidad en este campo se hayan dado en una sociedad más moderna e igualitaria hace que la igualdad real en número de graduados pueda traducirse efectivamente en un paridad de sexo en puesto de trabajo. Desde luego no queremos sacar la conclusión errónea de que en física hay paridad, sino hacer una reflexión de por qué no es así siempre.

Así que espero que os hayamos conseguido transmitir la esperanza de que es posible y que las cosas funcionan igual de bien o de mal las lleven hombres, mujeres o ambos.

Fuente | PRL