Los ríos se están llenando de drogas gracias a nuestra orina

Las campañas de concienciación en contra de las drogas a menudo nos advierten de lo malo que es su consumo tanto para nosotros como para los que nos rodean.

El sufrimiento de las familias, las víctimas de accidentes provocados por conductores drogados y un largo etcétera están dentro de los daños colaterales a los que estamos acostumbrados, pero lo cierto es que éstos van mucho más allá, concretamente hasta el fondo de los ríos.

Al menos eso es lo que se pone de manifiesto en un artículo reciente de la revista Enviromental Science and Techonology, en el que se estudia el efecto que tiene sobre los ecosistemas fluviales la orina procedente de consumidores de un gran abanico de drogas. Sí, habéis leído bien, ¡la orina! ¿Os lo podíais imaginar?

El efecto de las drogas en los ríos

orina

Para la realización del estudio, estos investigadores se centraron en el estado de los ecosistemas de seis corrientes fluviales en Baltimore, analizando en el agua los efectos de varias sustancias concretas, entre las que se encontraban algunas drogas de consumo ilegal, como el MDMA, la metanfetamina o las anfetaminas.

Si decidieron actuar de este modo fue porque se conoce que el 30 o el 40% de estas drogas no se metaboliza totalmente después de ser consumidas, por lo que se excretan en la orina, que llegan hasta los ríos y los lagos a través de los mecanismos habituales de eliminación de aguas residuales.

Y como la mayoría de estudios científicos comienzan en un laboratorio, lo primero que hicieron fue reproducir allí estas corrientes, añadiéndoles después las drogas, con el fin de comprobar los efectos producidos.

Como ellos esperaban, después de tratar el agua con drogas, concretamente con anfetaminas, se producía hasta un 85% menos de una especie de limo orgánico que se forma en la superficie de los ríos y supone un último eslabón en la cadena alimentaria de sus ecosistemas.

Además, también observaron un aumento de los organismos muertos flotando en la superficie, dejando muy poca duda sobre el efecto negativo que habían provocado las anfetaminas.

Pero esto no fue todo, pues también se observó una alteración en los niveles de ciertos tipos de insectos, algas y bacterias, viéndose unas poblaciones disminuidas drásticamente, mientras que otras se elevaban.

Sea como sea, el conjunto de todos estos procesos lleva a una alteración total del ecosistema; así que, ya sabéis, cuando tomáis drogas vosotros mismos os destrozáis la vida, pero también alteráis mucha de la vida que os rodea. ¿Realmente creéis que vale la pena?