La opinión de Hayao Miyazaki sobre animaciones creadas por Inteligencia Artificial ha resultado ser toda una polémica en Japón.

Existen pocas personas más adecuadas para hablar de animación que Hayao Miyazaki; el genio creador de algunas de las películas más exitosas de todos los tiempos.

Pese a haber anunciado su retiro hace unos años, Miyazaki se resiste a salir por la puerta de atrás; incluso ha encontrado tiempo para idear una nueva película, que si se aprueba estará lista para el 2020.

Durante este “retiro temporal”, Miyazaki ha aprovechado para experimentar más allá de la animación tradicional; con el corto Kemushi no Boro, Miyazaki ha trabajado sólo con ordenadores por primera vez.

Animaciones creadas por Inteligencia Artificial que se pasan de grotescas

Pero de ahí a aceptar un sistema de animaciones creadas por Inteligencia Artificial hay un trecho; los creadores de esta demostración lo aprendieron por las malas cuando decidieron enseñar su trabajo al genio.

Como veis, el resultado da bastante grima. La idea es buena, usar IA para crear animaciones que a una persona normal no se le ocurriría jamás; por ejemplo, usar la cabeza para movernos.

Sin embargo, la ejecución fue demasiado grotesca para Miyazaki, que no duda en dejar las cosas claras; es un sistema que nunca usaría en uno de sus trabajos.

El significado de las duras palabras de Miyazaki contra la IA

“Un insulto a la vida misma” es tal vez la frase con más peso, y la que provoca un silencio repentino entre los creadores.

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No es casualidad que Miyazaki empiece su crítica hablando de un amigo con discapacidad; como animador y director, Miyazaki ha trabajado con objetos, animales y personas reales, fijándose en sus movimientos.

Miyazaki sabe exactamente cómo se mueve una persona discapacitada, cómo se movería alguien que está sufriendo; para él, representar estos momentos tiene un peso que se pierde al automatizar su creación.

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Mi opinión es que sus palabras al ver el resultado de la IA tienen más sentido con este contexto.

Al final, Miyazaki dice que “los humanos estamos perdiendo fe en nosotros mismos”; porque no creemos que podamos crear algo con tanta fuerza sin necesidad de ayuda externa.