El smartwatch que Pedro Duque llevó al espacio ha conseguido mucha atención de repente, pero ¿realmente fue el primer smartwatch? ¿Qué es lo que lo hacía especial?
Puede que parezca que los relojes inteligentes no han terminado de despegar; bueno, eso si descontamos a Apple, que ha conseguido un gran éxito con su Apple Watch. Pero debemos tener en cuenta que el concepto de “smartwatch” no nació con WatchOS ni con Wear OS (anteriormente Android Wear).
Antes de las pantallas táctiles a todo color, de las “apps” y de los relojeros con Mickey Mouse, muchos fabricantes ya llevaban décadas experimentando con este concepto. Y si hablamos de relojes, tenemos que hablar de Casio.
El smartwatch que Pedro Duque llevó al espacio
Ahora uno de sus modelos, el Casio HBX-100, ha vuelto a ocupar titulares gracias a unos tuits de Pedro Duque, y a la historia que cuentan.
Cuando Pedro Duque visitó la Estación Espacial Internacional en 2003, tenía una agenda muy apretada; no solo era el ingeniero de vuelo, sino que tenía que realizar los experimentos científicos de la llamada Misión Cervantes. Y en todo momento, le acompañó una herramienta muy útil: un smartwatch, o reloj inteligente.
El Casio HBX-100 no era cualquier reloj inteligente; era uno de los modelos más avanzados hasta la fecha, y probablemente uno de los mejores hasta la llegada de los Apple Watch y compañía. El modelo que llevaba el astronauta estaba modificado con una tira de velcro en vez de una correa y con un cabo de seguridad; pero aparte de eso, era un modelo comercial puntero.
No estamos hablando de un reloj para aparentar. El HBX-100 se sincronizaba con un ordenador por infrarrojos, y Pedro Duque guardaba en él todo el plan de vuelo; como ingeniero de vuelo de la misión, era una herramienta importante para tener a mano, nunca mejor dicho.
¿Cuál fue el primer smartwatch?
Pero, ¿fue el primer smartwatch, como dice Pedro Duque? Pues depende mucho de la definición que tengamos de “smartwatch”. Desde la década de los 70 ya había modelos con algunas de las funcionalidades que asociamos con los relojes inteligentes, como por ejemplo, guardar información.
Como el Pulsar, fabricado por Hamilton Watch y luego adquirido por Seiko; la empresa japonesa fue una de las pioneras en crear “ordenadores para la muñeca”, con modelos capaces de guardar información en una memoria programable. No era mucho espacio (24 dígitos en el primer modelo), pero era la base de lo que estaba por llegar.
En la década de los 80 este tipo de dispositivos ganaron partes más propias de un ordenador; como el teclado del Seiko Data-2000, que podíamos acoplar al reloj para introducir datos más fácilmente.
Además, en esta época también se hicieron muy populares los relojes calculadora, que también contaban con cierta capacidad de procesamiento de datos.
Fue en la década de los 90 cuando los relojes empezaron a incluir funciones “inteligentes”, e interfaces alternativas. El VDB-1000 de Casio fue uno de los primeros con pantalla táctil. Contaba con “apps” preinstaladas, como calendario, calculadora, y agenda.
El Casio HBX-100, el abuelo de los relojes inteligentes modernos
El HBX-100 fue lanzado en 1999, y en muchos aspectos encaja más con los estándares actuales de “smartwatch”. Para empezar, como ya hemos dicho, permitía conectarse a un ordenador a través de una conexión de infrarrojos; no teníamos que introducir datos manualmente, los podíamos descargar, y subirlos de nuevo al ordenador.
Esta es una función muy parecida a la que tienen los relojes inteligentes actuales, capaces de conectarse con nuestro móvil para obtener y dar información.
Que el HBX-100 sea el primer smartwatch es algo discutible, pero no lo es el interesante uso que Pedro Duque le dio en el espacio. Lamentablemente, este reloj en concreto no está en ningún museo; como recuerda el astronauta, mientras se ponía el traje espacial para volver a tierra le dió un golpe y se perdió en la nave Saiús.
No había tiempo de ponerse a buscar el reloj; así que este se quedó en la parte de la nave que se desprende en la reentrada. Por lo tanto, el reloj se vaporizó junto al resto del compartimento.