El sistema de escape de la cápsula para viajes al espacio de Blue Origin ha sido probado con éxito.
Blue Origin, la empresa del hombre más rico de la historia, Jeff Bezos, continúa dando pasos de gigante en su cruzada por el turismo espacial barato; una manera de financiar a la compañía y llegar incluso más lejos.
Para ello, el desarrollo de la New Shepard ha sido vital; este conjunto de cohete y cápsula es reutilizable, y está pensado para llevar a futuros viajeros espaciales de manera segura. Para ello, por supuesto, debe ser capaz de aterrizar con los paracaídas integrados; pero hay muchas cosas que pueden salir mal en un viaje como este, y en eso se ha centrado el experimento de hoy.
Blue Origin da otro paso hacia el turismo espacial
El lanzamiento de Blue Origin de hoy en realidad es el noveno de New Shepard; y el tercero del nuevo diseño de la cápsula. Pero es el primero en el que se probaba el nuevo sistema de escape de la cápsula; que debe activarse en caso de que ocurra cualquier problema.
El cohete ha sido lanzado desde una plataforma en Texas, donde Blue Origin tiene su sede; en la parte superior tenía la cápsula, con un sólo ocupante: un maniquí llamado “Mannequin Skywalker”, que registró la experiencia que tendrán los tripulantes reales en el futuro próximo.
New Shepard está diseñado para alcanzar una altitud de 100 kilómetros, la línea de Karman; el límite reconocido internacionalmente entre el “espacio” y la “Tierra”, aunque en la práctica no es una línea tan clara y varía constantemente. Sin embargo, es suficiente para decir que “estuve en el espacio”, así que ese ha sido el primer objetivo de Blue Origin.
Una vez que alcanza esa altitud, el cohete se separa de la cápsula e inicia su aterrizaje; que hoy ha conseguido “clavar” de nuevo. Mientras tanto, la cápsula permanecerá en esta frontera durante unos minutos; permitiendo a los ocupantes disfrutar de la gravedad cero.
La cápsula para viajes al espacio cuenta con un motor de escape
Si durante este proceso ocurre cualquier error, se activará un motor especial de escape; este pequeño motor en la parte inferior de la cápsula puede separar forzosamente a la cápsula del cohete. De esta forma, si ocurriese una explosión, por ejemplo, los ocupantes se salvarían.
Blue Origin espera hacer primero pruebas con empleados de la compañía; y los últimos pronósticos hablaban de que los primeros viajes se harían a finales de este 2018. Si todo sale bien, los primeros turistas espaciales podrían viajar en 2019; y el precio que pagarían no sería demasiado elevado, teniendo en cuenta las alternativas. Entre 200.000 y 300.000 dólares es mucho para el mortal medio, pero no demasiado para la clientela que busca Blue Origin.
Ahora bien, nadie querrá pagar si no se demuestra primero que el proceso es seguro; y de ahí la importancia de las pruebas de hoy. Unos test que han ido a pedir de boca, incluso aterrizando el cohete sin problemas.