Toda España está en vilo pendiente de Totalán, Málaga, donde un niño de dos años se habría caído a un pozo. Las tareas de búsqueda y rescate ya han comenzado; pero la situación es mucho más complicada de lo que podría parecer en un principio.
La noticia saltó el pasado domingo, cuando los servicios de emergencia recibieron un aviso de que un menor de apenas dos años se había caído por un agujero en el Dolmen del Cerro de la Corona. El testigo era uno de los familiares del pequeño, que vio cómo se cayó mientras jugaba con otros niños.
Las claves del rescate del niño de Málaga
El agujero en cuestión en realidad es un orificio de prospección; que normalmente se usan para buscar agua para riego del campo. Estos agujeros suelen tener más de cien metros de profundidad, pero a cambio son muy estrechos, de apenas unos centímetros; ya que sólo se retira la roca y tierra justa para poder sacar el agua. Por lo tanto, normalmente no son un peligro para adultos o incluso para niños mayores; sin embargo, los casos que afectan a niños muy pequeños son relativamente comunes en todo el mundo.
En el caso concreto de este niño de Málaga, estamos hablando de un agujero de unos 110 metros de profundidad y apenas 25 centímetros de ancho. Esto dificulta sobremanera la tarea de los equipos de rescate. En caso de una caída en un pozo, normalmente es posible bajar por el propio agujero para rescatar al accidentado; sin embargo, en este caso ningún adulto podría bajar por el mismo agujero.
La tecnología para rescatar a niños caídos en pozos
La situación es cada vez más tensa conforme pasan las horas. El último descubrimiento, una bolsa de chucherías a unos 78 metros de profundidad, es la primera prueba física de la presencia del menor; sin embargo, la presencia de un posible desprendimiento de roca podría indicar que el menor se encuentra enterrado. Pese a todo, la esperanza de encontrarlo vivo aún perdura, y la tecnología usada es clave para mantenerla.
Estos agujeros de prospección son demasiado pequeños para que un adulto pueda bajar en persona; y como son usados habitualmente en países de todo el mundo, estos casos no son tan raros. Pero también es gracias a eso que se han desarrollado nuevas tecnologías y métodos diseñados para el rescate.
Robots capaces de descender por si solos
Ya hemos visto el primer ejemplo, con el uso de una cámara robótica para descubrir la bolsa de chucherías. Estos robots están diseñados para incluir todas las cámaras y sensores necesarios en un formato muy compacto; usando cuerdas pueden ser bajados hasta encontrar al menor o pruebas de su presencia.
Los desarrollos publicados en los últimos años se han centrado en la creación de robots capaces de descender por si solos; suelen contar con varias ruedas que sostienen al robot contra las paredes del agujero.
Por ejemplo, este robot desarrollado en Karumathampatti, India, cuenta con seis ruedas principales y una rueda superior que empuja contra las paredes del agujero para sostener al robot. De esta forma, puede avanzar, hacer las fotos y mediciones necesarias, y volver por donde ha venido.
Sin embargo, en el caso concreto en Málaga el agujero no está entubado; por lo que la superficie tiene muchas imperfecciones y tierra suelta, que pueden provocar que el robot caiga.
Cómo se rescatan niños caídos en pozos
El proceso de rescate en agujeros de prospección suele implicar hacer un segundo agujero, este con un diámetro mayor y aproximadamente igual de profundo. A partir de ahí, se cava en horizontal hasta llegar a la posición del menor. Aquí es donde la información obtenida por el robot cámara demuestra su valía, ya que es necesario conocer la posición exacta de la víctima.
Si todo va bien el equipo de rescate podrá alcanzar al pequeño y sacarlo de manera segura. Es de esta manera que el año pasado se rescató viva a una niña de 3 años en Bihar, India; aunque en su caso el agujero era de 33 metros de profundidad.
Sin embargo, este método no siempre es la mejor opción. Cavar un segundo agujero y un túnel hasta el niño puede provocar desprendimientos y acabar con la vida de no solo el menor sino los rescatadores. Es por eso que primero es necesario un estudio de la zona; en Málaga, por ahora apenas se han atrevido a cavar unos 30 centímetros antes de encontrarse con roca dura. Un proceso más agresivo podría provocar más desprendimientos.
Sistemas para sacar a niños de pozos directamente del agujero
Es por eso que se están desarrollando sistemas capaces de sacar a menores directamente desde el agujero en el que se cayeron. Algunos de estas innovaciones implican usar una polea con brazos mecánicos, capaces de coger al menor sin peligro. Estos brazos también pueden incluir tubos de oxígeno, luces LED, cámaras y sensores para monitorizar al niño durante la subida.
Estos brazos mecánicos están programados para coger al menor de manera segura; sin embargo, no siempre es posible conseguir el ángulo correcto para no hacerle daño. Por eso, otra de las innovaciones presentadas en los últimos años implica el uso de globos.
Usando un robot, es posible llegar hasta la posición del menor y analizarla. En base a estos datos, el algoritmo es capaz de encontrar la posición correcta para poner un globo bajo su cuerpo. A continuación, el globo se infla usando un compresor, controlando su posición en todo momento. Puede ser un proceso más lento, pero más seguro.
Pese a estos avances tecnológicos, aún no podemos decir que exista un método completamente fiable para estas tareas de rescate. Es sin duda alguna uno de los desafíos más complicados a los que se enfrentan los servicios de emergencia.
Foto destacada | Europa Press
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