A día de hoy, introducir un catéter en el corazón de un ser humano es extremadamente complejo. Solo los cirujanos más experimentados consiguen realizar dicha tarea. Una acción que requiere utilizar diversas herramientas y mantener un alto nivel de concentración. ¿Por qué no usar la tecnología para hacerlo más fácil?
No hemos sido los únicos en hacernos esa pregunta. De hecho, un grupo de expertos ha querido facilitarle la vida al resto de médicos creando un catéter robótico capaz de navegar de forma autónoma por un corazón vivo. Un dispositivo que, sin duda, será de gran ayuda para el sector sanitario.
El catéter robótico y autónomo
Pierre Dupont y el resto de su equipo de la Escuela de Medicina de Harvard (Boston) están detrás de este avance médico. Han sido los primeros en lograr que un catéter robótico se desplace de manera autónoma dentro de un corazón para realizar un procedimiento bastante complejo.
El dispositivo mide tan solo 8 milímetros de ancho y cuenta con una cámara y una luz LED en su punta; ésta funciona al mismo tiempo como sensor óptico y táctil. Para que el robot siguiese el camino correcto se utilizó un algoritmo de aprendizaje automático entrenado con 2.000 imágenes de tejido cardíaco.
El sensor táctil golpea cada cierto tiempo el tejido del corazón para localizar dónde se encuentra y asegurarse de que no ocasiona ningún daño. Dupont explica que las ratas usan sus bigotes para golpear a lo largo de las paredes; mientras que, las cucarachas emplean sus antenas. Siguiendo este modelo, el dispositivo hace algo similar con sus sensores táctiles.
¿El futuro de las operaciones de corazón?
Los científicos realizaron 83 pruebas diferentes con 5 corazones vivos de cerdos. En primer lugar, los cirujanos tuvieron que realizar una incisión en la parte inferior del corazón para introducir el catéter.
Después, el catéter robótico navegó hasta el lugar exacto en el 95% de las ocasiones. O en otras palabras, obtuvo un índice de éxito similar al de cirujanos experimentados. Tampoco dejó hematomas ni daños en los tejidos.
Una vez que el catéter estuvo en su sitio, los cirujanos se pusieron manos a la obra y cerraron las fugas existentes. Los catéteres robóticos ya existen desde hace unos años; sin embargo, éste es el primero que consigue desplazarse sin ninguna ayuda humana.
La idea es que esta tecnología libere a los médicos de dicha tarea para dedicarse a otras, también para ayudar a aquellos que no tengan la suficiente experiencia. Dupont relata que su dispositivo podría comenzar a utilizarse en humanos aproximadamente en cinco años.
Foto destacada: Pxhere
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